El perro Paco, leyenda de Madrid.

"¿Querrán disecarme? Semejante pensamiento me horroriza.
   No me gustaría que profanasen mi cadáver.
   Varias veces he pasado por casa de Severini y me he estremecido de temor mirando aquellas siluetas de animales inmóviles, rígidos, con vientres llenos de estopa, y sus ojos de vidrio, que me contemplaban de una manera fatídica.
   Ahora comprendo que era un presentimiento.»
                                             
Fragmento de "Memorias autobiográficas del perro don Paco".

La siguiente es la historia de Paco, el perro más famoso de Madrid. A finales del siglo XIX aquel chucho vagabundo y sin amo frecuentó tabernas, cafés, restaurantes, teatros, e incluso acostumbraba a asistir a las corridas de toros y a las carreras de caballos. Los periódicos -nos encontramos en pleno costumbrismo- lo elevaron a la categoría de leyenda. Se le dedicaron piezas musicales y coplillas, y su nombre sirvió hasta para comercializar productos de consumo. Tuvo un final trágico y tras su muerte aparecieron quienes se disputaron su propiedad. El perro Paco fue disecado por Ángel Severini, el taxidermista madrileño más popular del momento. Por esa razón lo traigo a Taxidermidades.


Grabado de la contraportada de la revista La Lidia del 24 de noviembre de 1882.

El Museo Cospiano.

Grabado de Giuseppe Maria Mitelli del Museo Cospiano.

La xilografía anterior ha convertido al Museo Cospiano, de mediados del siglo XVII, en uno de los gabinetes de curiosidades más reconocidos. Una gran estancia con tres paredes cubiertas de estanterías repletas con centenares de objetos de todo tipo, mezclados, expuestos no de una forma sistemática sino ornamental, simétrica. Del techo y de la parte superior de los muros penden algunas decenas de piezas más.  Una escultura de Dante Alighieri ocupa un lugar preferente sobre la estantería superior. En la parte central inferior del grabado aparece el escudo familiar de su propietario, Ferdinando di Vincenzo Cospi, sostenido por dos putti. El propio Cospi está representado a la derecha con el brazo levantado mostrando su museo (1). El segundo personaje no es otro que Sebastiano Biavati, enano, "miembro viviente de la colección" y conservador de dicho Museo (2).

La técnica de la plastinación. Gunther von Hagens.

Empecemos aclarando que la Plastinación nada tiene que ver con la Taxidermia (1). Desde que surgió esa técnica a menudo me he visto en la obligación de hacer esa aclaración a más de un interlocutor. ¿Se acuerdan de aquel chiste que preguntaba en qué se diferenciaba un taxidermista de un abogado? La respuesta era que el taxidermista únicamente se contentaba con tu piel (2). Pues esa es exactamente la diferencia. 

Pareja humana plastinada presentada abrazándose (3).

La plastinación es un proceso para conservación de material biológico inventado en 1977 y patentado dos años después por el médico -considerémoslo también showman y sobre todo avispado hombre de negocios- alemán Gunther von Hagens, entonces colaborador científico en el Instituto Anatómico de la Universidad de Heidelberg.

"Still life", artículo de National Geographic.

En su último número de agosto de 2015 la revista National Geographic publica un artículo de unas veinte páginas titulado Still life (Naturaleza muerta) y que lleva por subtítulo In the taxidermist's hands even extinct animals can look alive. But preservation is one thing, and conservation's another (En las manos del taxidermista incluso animales extintos pueden parecer con vida. Pero la preservación es una cosa, y la conservación otra). En su texto Bryan Christy afirma que cien años atrás la Taxidermia jugó un papel clave a través de los museos en la tarea de concienciar a la población sobre la conservación de la fauna salvaje, pero duda de que en la actualidad contribuya de la misma manera. 

Wendy Christensen retocando un gorila (Robert Clark / National Geographic).