Breve fragmento de "El avaro", la comedia de Molière.

"... una piel de lagarto de tres pies y medio, rellena de heno, curiosidad agradable para colgar del techo" (1).

El avaro (1668) es una obra teatral cómica, una de las últimas escritas por Jean-Baptiste PoquelinMolière. El tema central es la ridículización de la avaricia. A modo de resumen, Harpagón es un hombre viudo rico y avaro que hace vivir a su familia en la más exagerada escasez. Su hija Elisa está enamorada de Valerio, el intendente de su padre, un joven de origen italiano que se halla en París para intentar reencontrarse con su padre. Cleanto, el hijo de Harpagón, quisiera casarse con Mariana, una joven que vive en la pobreza con su madre y a quien Harpagón también pretende como esposa. El tacaño padre desea casar a sus hijos con ricos viudos, a Elisa con Anselmo y a Cleanto con una tía, con el único objetivo de seguir aumentando su patrimonio. Tras algunos líos y malentendidos, se descubre que el rico Anselmo es en realidad el padre que Mariana creía desaparecido en un naufragio, y que esta tiene además un hermanastro, casualmente Valerio. Anselmo, ahora con la familia reunida, convencerá a Harpagón de que los hijos de ambos se casen por amor. El reaparecido y adinerado Anselmo pagará los gastos de las bodas y así el ridículo avaro Harpagón no deberá afrontar dispendio alguno.

"La familia Addams", extravagante serie de televisión de los años sesenta.

La gran sala de estar de La familia Addams (1).

Quienes cuenten con cierta edad quizá recuerden una serie de televisión de los años sesenta, La familia Addams. El título original en inglés era The Addams Family y en Hispanoamérica se tituló Los locos Addams. Aquella serie cómica, de 64 capítulos, que se estrenó en la cadena ABC y que se emitió en decenas de cadenas de televisión del mundo, fue creada por Charles Samuel Chas Addams (1912-1988) basándose en las viñetas que él mismo había dibujado y publicado en el periódico The New Yorker.

Francisco de Eguía Arrese, el primer taxidermista del Museo de Madrid.

Desconocemos casi todo de su breve biografía. Francisco de Eguía y Arrese (1), hijo de Juan Ángel de Eguía y Urquiola y Josefa de Arrese y Odria, el cuarto de cinco hermanos, dos chicos y tres chicas, nació el 10 de octubre de 1754 en Otxandio, Vizcaya. Su padre, que había enviudado, había tenido otras tres hijas -dos gemelas- de un anterior y muy breve matrimonio. El 1 de agosto de 1776, con veintiún años, Francisco de Eguía sería nombrado disecador del Real Gabinete de Historia Natural, un empleo dotado con un sueldo de 20 reales diarios que sólo pudo desempeñar durante ocho meses a causa de su repentino fallecimiento. Pedro Franco Dávila, donante, promotor y primer director del Real Gabinete, fundado en 1771, confió en él por varias razones. Se trataba de un joven con estudios artísticos que podía trabajar como ilustrador de la colección. Posiblemente fuera alumno de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando -que compartía edificio con el Gabinete-  y esa la razón que motivara su traslado a Madrid. Como disecador hacía ya un año que trabajaba por encargo para Franco Dávila, que lo prefirió antes que a otro candidato al puesto, el valenciano Juan Bautista Bru de Ramón. Nos consta que Bru, que efectivamente había estudiado en la Real Academia de Bellas Artes, había trabajado también por encargo para Dávila con anterioridad, en marzo de 1773, tres años antes de la apertura del Real Gabinete al público, disecando algunos ejemplares que había cazado el rey Carlos III y que dejaron insatisfecho al director del Gabinete. 
 

La osa hormiguera de su Majestad (1776) pintada por Goya y que meses después disecó Eguía.

Artículo de 1863 sobre Taxidermia en el semanario "The Sientific American".


El 18 de abril de 1863 apareció en Scientific American, el "periódico semanal de información práctica en arte, ciencia, mecánica, química y manufacturas", un artículo sobre Taxidermia con el sencillo título Taxidermy - Stuffing birds, en español Taxidermia, disecado de aves. Sin firmar, no muy extenso, no más de una columna, y sin grabados, en realidad se trataba de una primera entrega, puesto que una semana después se completaría con una segunda parte dedicada a mamíferos, peces e insectos.
 

La cabecera de The Scientific American.

 
El primer párrafo del texto incluía algunas referencias históricas. Se calificaba a la Taxidermia de un arte "relativamente moderno", se recordaba al "sabio francés" Réaumur como el primer escritor que redactó una memoria con el método para preservar aves, consistente en sumergirlos en alcohol, alambrarlos y colocarles dos bolitas negras a modo de ojos. También se citaba el tratado del abad Manesse, cuyo "método se practicó bastante de forma general para rellenar, aunque las sustancias que recomendaba como preservativos no se adecuaban al propósito". A continuación se facilitaba la fórmula "de la composición para tratar las pieles que se utiliza en el Museo de París, que se mantiene como la mejor", sin referirse en un primer momento a ella por su nombre de jabón arsenical, ni nombrando a su creador Jean-Baptiste Bécoeur. En cuatro líneas más se relacionaban las herramientas y los materiales que se precisarían.