Monumento a Adolph Diesterweg, en el centro de Berlín.

A la salida de una librería especializada en Arte, donde casualmente compré tres volúmenes relacionados con la Taxidermia, me topé con ella. La escultura se encuentra en una esquina del James Simon Park, en la Burgstrasse, en pleno centro de Berlín, cerca de la estación de Hackescher Markt, justo donde comienza el puente sobre el río Spree que traslada al visitante a la turística Isla de los Museos. Se trata de un monumento de homenaje al pensador, educador y político liberal progresista alemán Friedrich Adolph Wilhelm Diesterweg (1790-1866), que propugnó la secularización de las escuelas y fue precursor en la reforma de los métodos pedagógicos. La inscripción dice "Lebe im Ganzen!", que traducido vendría a ser algo así como "Vive en su conjunto!" o "Vive como un todo!" (1). Una de las frases más conocidas de Diesterweg es aquella que dice que "Se ha de educar a los hombres en primer lugar, antes de preocuparse por su formación profesional o de clase, [puesto que] el proletario y el campesino deben por tanto ser educados para convertirse en seres humanos". La escultura data de 1990 y es obra del artista berlinés Robert Metzkes (1954).

Detalle de la escultura.

Lo que llama la atención de un taxidermista, fue mi caso, son el ave -se asemeja a una paloma- y el armadillo disecados sobre la mesa en la que se apoya el escolar. No sorprende, en cambio, si la contextualizamos históricamente y ubicamos esa escena en una de aquellas aulas de Historia Natural que había en casi todas las escuelas o institutos europeos a mediados del siglo XIX.

Los taxidermistas privados de Madrid durante el siglo XIX.

Uno de los primeros disecadores privados que ejercieron en Madrid, de entre los que tenemos noticia, es Luis Enequin, que vivía en el número 7 de la calle de Jacometrezo y que a mediados del año 1777 publicó un anuncio en la Gaceta de Madrid. Cabe la posibilidad de que Enequin fuera compañero en la Real Academia de San Fernando del disecador del Real Gabinete de Historia Natural Juan Bautista Bru de Ramón (1740-1799), sucesor de Francisco de Eguía y Arrese (1754-1777) como preparador de la colección real.

Anuncio en el Diario de Avisos de Madrid del 16 de enero de 1835.

Los taxidermistas empleados como disecadores en el Real Gabinete y en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid aparecen excelentemente documentados en los exhaustivos trabajos de los historiadores del Museo Agustín Jesús Barreiro, María de los Ángeles Calatayud Arinero y Santiago Aragón Albillos. Además de los citados Francisco de Eguía y Juan Bautista Bru, cabe mencionar a Mariano Bru de Ramón, que asistía a su hermano, a Francisco Javier Molina, a Juan Palafox Rovira, a Juan Enrique Talacker, estos tres además de disecadores, recolectores; y ya en el siglo XIX a Pascal Moineau, a Salvador Duchén Poyo (con domicilio en la calle de León, 22), a Juan José Duchén (calle de San Mateo, 11), a Juan Ramon Dut (calle de las Fuentes, 4), a Manuel Sánchez Pozuelo, a Jacinto Castro Duque (calle de la Magdalena, 36), a Roque Hernando Gabilondo (calle de Alcalá, 11), a Enrique Cortina Poveda (calle de Campoamor, 4) y a Maximino Sanz de Diego (calle de San Bernardo, 94, 1º). Este último compatibilizó su puesto de trabajo en el Museo a finales del XIX y principios del siglo XX, con su ocupación privada como "comerciante en objetos y libros de Historia Natural, y en utensilios para la recolección, preparación, y conservación de las colecciones", según recoge el Boletín de Historia Natural (1905).

En cambio apenas se ha investigado sobre los taxidermistas que ofrecían sus servicios a la población madrileña. Los primeros anuncios de disecadores publicados por la prensa durante el siglo XIX aparecieron a mediados de la década de los años cuarenta. Varias circunstancias concurren alrededor de aquella fecha.


"El hotel de los líos", un clásico protagonizado por los hermanos Marx.

Harry Binelli (Chico Marx) entra con una cabeza de alce en la habitación (1).

Gordon Millar (Groucho Marx) es un mediocre productor de teatral que quiere montar la obra de un joven autor. Gordon se instala junto a los veintidós miembros de la compañía en un hotel regentado por su cuñado. La cuenta con el hotel crece y van a ser desalojados. Gordon pretende alargar la situación a la espera de un socio con dinero y del estreno de la obra. En cierto momento Harry Binelli (Chico Marx) llega a la habitación donde se desarrolla toda la película con una cabeza de alce –un trofeo suyo de caza- bajo el brazo. Esa cabeza disecada estará presente durante el resto de la historia, primero sobre el sofa de la habitación y más adelante ya colgada en la pared, sobre el teléfono, y colaborará además en algunos de los gags.

“Gründliche Anweisung Vögel auszustopfen”, tratado anónimo publicado en 1788.

En 1788 se publicó en Leipzig, Alemania, el volumen Gründliche Anweisung Vögel auszustopfen und besonders gut zu conserviren, cuyo título aproximado en español sería Instrucciones detalladas acerca del disecado y conservación de las aves. El libro, de autor anónimo, tiene un formato de octavo menor, alcanza en total las ciento doce páginas y no contiene ningún grabado. 

Portada del libro.
En el prefacio el editor alude a algunos textos anteriores y justifica el encargo de esta obra con el fin de ofrecer un texto sencillo y más completo, que incluyera la conservación de los especímenes en los gabinetes de Historia Natural. Cita, entre otros y por este orden, la traducción al inglés de Differents moyens d'empêcher de se corrompre les oiseaux morts de René Antoine Ferchault de Réaumur, publicada en 1748 en Philosophical Transactions; el libro de John Coackley Lettsom The Naturalist's and Traveller's Companion (1771); el trabajo de David Hultman, discípulo de Carl von Linné, Instructio Musei Rerum Naturalium (1753); la traducción francesa de las cartas de Tesser Samuel Kuckhan (1770), publicadas por el abad Rozier en su Observations sûr la Physique en 1773; la Mémoire instructif (1758) de Étienne-François Turgot; Sur les moyens de conserver espèces d'Insectes et de Poissons (1774) de Charles Bonnet; o la carta de Lewis Nicola (1773) sobre la conservación de sujetos en alcohol, publicada asimismo por el Journal del abad Rozier. A continuación el anónimo responsable de este texto, en un prólogo propio, avanza igualmente su propósito, ensalza los beneficios de "este arte tan recomendable", tanto para el particular como para el ornitólogo o para el maestro que reúne una colección para enseñar a sus alumnos. El autor firma estas líneas con las iniciales D. B. 

El "Akeley Hall" del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York.

Vista general del Akeley Hall of African Mammals en la actualidad (1).

 
En su libro In Brightest Africa (En el África más deslumbrante, 1923) (2), publicado pocos años antes de su fallecimiento, Carl Ethan Akeley (1864-1926) escribía:
   "He tenido muchos sueños. Algunos los he olvidado. Otros tomaron forma y se convirtieron en algo agradable u odioso para mí en mayor o menor grado. Pero sobre todo han convivido conmigo con el paso de los años, marcando paulatinamente el rumbo. Se han convertido en la inspiración y en el propósito unificador de mi trabajo, todos los esfuerzos durante los últimos años se han redoblado para conseguir un único objetivo, la creación de una gran sala que se llama Salón Africano Roosevelt.