Pierre Adolphe Bobierre, autor de "Nouveaux Procédés de Conservation" (1846).

Cubierta de Nouveaux procédés.
Son varios los autores que promovieron supuestos procedimientos alternativos a la Taxidermia, relacionados con el embalsamamiento, como forma de conservación de especímenes animales. El químico y farmacéutico Pierre Adolphe Bobierre fue uno de ellos. En 1846, cuando todavía era un estudiante, publicó Nouveaux Procédés de conservation des substances animales, applicables a l'embaumement des corps, a la préparation des pièces anatomiques et a la taxidermie, précedés d'un exposé des procédés d'embaumenent des anciens égyptiens et d'un examen critique de quelques méthodes modernes, un tratado de unas setenta páginas. Seis años antes, el también químico y farmacéutico Jean-Nicolas Gannal había propuesto el suyo como secuela de su exitoso método de embalsamamiento humano.

El taxidermista y ornitólogo Jean Crespon. Su tratado de Taxidermia.

El periódico L'Opinion du Midi publicó el primero de noviembre de 1857 la siguiente necrológica laudatoria redactada por un tal  R. Valladier:
   "Es hoy cuando con un profundo dolor hemos de lamentar el anuncio de la muerte de una de las individualidades más populares de nuestra ciudad. El señor Jean Crespon, el sabio fundador de nuestro Museo de Historia Natural, falleció la noche del pásado sábado a causa de la agonía que tuvo como preludio una enfermedad soportada con estoica resignación. Una existencia laboriosa consagrada enteramente a la ciencia de la que fue uno de los más modestos, uno de los más valientes voluntarios;
Portada de Faune Méridionale.
la publicación en 1841 de la
Ornithologie du Gard, y sobre todo la Faune Méridionale, obra de erudición, repleta de observaciones y de ingeniosos estudios, colocaron a Jean Crespon en un puesto distinguido entre nuestros naturalistas; su admirable destreza en materia de Taxidermia, arte ingrato y sumamente delicado, que profesaba con maestría y que le valió tras treinta años los más honorables elogios de la prensa y de los sabios, honrando a la vez la personalidad de nuestro compatriota, el talento del artista y la sagacidad de un naturalista consumado, en fin, en la creación en el jardín de la Fontaine, del Museo de Historia Natural cuyos salones son visitados a diario tanto por los extranjeros como por los nimenses, los cuales, en pocas palabras, los títulos de nuestro compatriota lo convierten en una celebridad meridional, lenta y concienzudamente adquirida a costa de grandes esfuerzos y los más constantes sacrificios.
   ¿Tenemos además la necesidad de añadir que el nombre de nuestro modesto compatriota permanecerá unido a la institución que fundó, y que se perpetuará en la memoria de los habitantes de una ciudad a la que dotó de uno de los más ricos establecimientos de zoología? Bajo la impresión aún reciente de un final prematuro, que tuvo las bendiciones del supremo consuelo de nuestra santa religión, no podemos aquí asignarle un lugar a nuestro compatriota en el movimiento científico de nuestra villa, puesto que seran otros quienes se encarguen de dicho cometido; simplemente hemos querido ofrecerle un último tributo de simpatía y de lamento a la memoria del hombre trabajador, del naturalista distinguido llamado a engrosar la lista desgraciadamente numerosa de víctimas y mártires de la ciencia."

"Un encantador perro disecado", cita de "Fiesta" (1926) de Ernest Hemingway.

"Bajamos por el Boulevard. En el cruce de la Rue Denfert-Rochereau con el Boulevard hay una estatua de dos hombres con túnicas ondulantes. 
   - Ya sé quiénes son -dijo Bill echando una mirada al monumento-. Son los dos señores que inventaron la farmacia. No trates de engañarme acerca de París. 
   Seguimos adelante. 
   - Aquí hay un taxidermista -dijo Bill-. ¿Quieres comprar algo? ¿Un encantador perro disecado? 
   - Continuemos -dije yo-. Te enamoras de todo lo que ves. 
   - Son unos perros disecados lindísimos -insistió Bill-. Con toda seguridad alegrarían tu piso. 
   - Sigamos. 
   - Sólo un perro disecado. Es aquello de "lo toma o lo deja". Pero oye, Jake. Sólo un perro disecado. 
   - Vamos. 
   - Una vez lo has comprado, lo significa todo para tí. Es un simple intercambio de valores. Tú les das dinero y ellos te dan un perro disecado. 
   - Compraremos uno al volver. 
   - Está bien, hazlo a tu manera. El camino al infierno está empedrado de perros disecados no comprados, pero no es culpa mía. 
   Continuamos andando. 
   - ¿Cómo has sentido tan de repente ese cariño por los perros? 
   - Siempre he sentido eso por los perros. Siempre he experimentado una pasión por los animales disecados. 
   Nos detuvimos a tomar una copa. 
   (...) 
   Nos pusimos de nuevo en marcha Boulevard abajo. Un coche de caballos pasó por delante de nosotros. Bill lo miró. 
   - ¿Has visto ese coche de caballos? Te voy a regalar ese caballo de coche disecado para Navidad. Voy a regalar animales disecados a todos mis amigos. Soy un escritor amante de la naturaleza.
   Pasó un taxi; alguien que iba en él saludó con la mano y golpeó en los cristales para que el chofer parara. El taxi se detuvo al borde de la acera. Era Brett. 
   (...) 
   El taxi se puso en marcha y Brett dijo adiós con la mano. 
   - ¡Qué chica! -dijo Bill-. Es tremendamente simpática. ¿Quién es Michael? 
   - El hombre con quien se va a casar. 
   - Bueno, bueno -dijo Bill-. Siempre me encuentro a alguien que se halla exactamente en esta situación. ¿Qué voy a regalarles? ¿Crees que les gustaría un par de caballos de carrera disecados."

"The Taxidermist's After-Dinner Dream", ilustración publicada en Harper's Weekly.


El pintor e ilustrador Frederick Stuart Church es conocido sobre todo por sus composiciones alegóricas y humorísticas de animales, frecuentemente adoptando estos actitudes humanas. Un buen ejemplo de ello es The Taxidermist's After-Dinner Dream, una ilustración realizada a plumilla que se publicó en el suplemento de Harper's Weekly el 28 de febrero de 1874. Mide 17'5x19 centímetros.
 

The Taxidermist After-Dinner Dream (1874) de Frederick S. Church.