"Barry", el perro San Bernardo del Museo de Berna.

Se cuenta que Barry salvó la vida a unas cuarenta personas en aquellas montañas.

Barry, en la actualidad (1).

En plenos Alpes peninos suizos, a 2.469 metros sobre el nivel del mar, se encuentra el Paso del Gran San Bernardo, que une el cantón suizo de Valais con el valle italiano de Aosta. Allí se encuentra ubicado desde el siglo XI el Hospicio del Gran San Bernardo, un albergue regentado por religiosos agustinos que atendía a los arriesgados viajeros que seguían aquella ruta. Los guías locales, acompañados de perros robustos de variadas razas, recorrían el difícil camino socorriendo a quien lo precisara. Se calcula que los canes que se criaron y vivieron en el Hospicio rescataron con vida a más de dos mil personas. La presencia de los primeros perros en el Hospicio del Gran San Bernardo, que en un principio fueron utilizados solamente como guardianes, está datada en 1695. Más tarde empezarían a colaborar en el rescate de viajeros y montañeros.

El Hospicio del Gran San Bernardo (2).

En el año 1800, en pleno trajín por aquel paso de las tropas de Napoleón -en mayo de ese año fue atravesado por 46.000 soldados que se dirigían a Italia-, nacía en el Hospicio un cachorro macho de Mastín Alpino. Se cuenta que el general Louis Alexandre Berthier se lo quiso llevar, pero que Julius Genoud, el monje adiestrador del animal, se opuso argumentando que el animal apuntaba unas extraordinarias condiciones, un carácter amable, un buen olfato y una excelente dedicación en su cometido. Se narra que una característica de Barry era que obligaba a los soldados que encontraba solos a llevar el arma colgada al hombro, y que no cesaba de insistir, incluso interponiéndose en su camino, hasta que lo conseguía. No se sabe a ciencia cierta el origen de su nombre, Barry. Se especula que quizá derivara del inglés barrel, tonel, alentada por la gran cantidad de turistas y alpinistas de nacionalidad inglesa que recibía el Hospicio, lo que alimenta todavía más la leyenda de que esa raza de perros transportaba una pequeña barrica de aguardiente para calentar a los viajeros perdidos. También se especula con que Barry quizá derive de oso, en inglés bear, o en alemán Bär.

Imagen de la exposición del Museo de Berna ilustrando el paso de Napoleón (3).

Barry, que recibió el sobrenombre de el Salvador (4), estuvo en servicio desde 1800 hasta 1812, tiene una altura de 64 centímetros y en vida debía pesar alrededor de 45 kilos, un peso bastante alejado del de los actuales perros San Bernardo que pueden llegar a alcanzar los 85 kilos. Su proeza, la que se reseñaba al comienzo de este artículo, el hecho de haber salvado la vida a unas cuarenta personas poco más o menos, convirtió a Barry en una leyenda, y propició que la raza de perro pastor Mastín Alpino pasara a ser conocida más tarde, a partir de 1865, como raza San Bernardo.

Los monjes del Hospicio y sus perros San Bernardo retornando de un rescate (1).
 
Monumento a Barry en París. Postal antigua.
Como ocurre con todas las leyendas, alrededor suyo surgieron multitud de historias, unas reales y otras no. Una de ellas es la que apunta al posible origen del nombre de Barry. Otra es la que se refiere a su muerte. La inscripción de la placa de la escultura dedicada a Barry que se encuentra a la entrada del Cementerio de Perros de París, en Asnières-sur-Seine, afirma que salvó la vida a cuarenta personas y que fue asesinado por la cuadragésimo primera. Un rumor atribuído (5) al reverendo Thomas Pearce sostiene que un soldado suizo se perdió, que Barry siguió su rastro y que lo encontró dos días más tarde, que cavó en la nieve hasta llegar a él y que, tal y como había sido enseñado, empezó a lamerlo. El soldado se despertó sobresaltado confundiendo al perro con un lobo y le asestó una mortal herida con su bayoneta. Dominique Perraz (6) afirma en cambio que el responsable de la muerte fue un granadero del Imperio napoleónico quien por error clavó su sable en el cuerpo del animal, datando el suceso en 1814. La revista Magasin Pittoresque en su número de mayo de 1846 daba otra versión del incidente: un simple viajero fue quien clavó la punta de hierro de su bastón de esquí provocándole una herida que le alcanzó el cerebro.

En 1816 Friedrich Meisner, profesor de Historia Natural en Berna, escribía en Alpenrosen:
   "Durante doce años, Barry trabajó fielmente al servicio de los pobres. Sólo él salvó a más de cuarenta personas. El celo que mostró fue increíble. Nunca precisó que le instáramos a trabajar. Si presentía que una persona corría peligro, inmediatamente acudía en su auxilio. Si no podía hacer nada, regresaba al monasterio a pedir ayuda con sus ladridos y su actitud. (...) Creo que es placentero y reconfortante pensar que este perro fiel, que salvó las vidas de tantas personas, no será olvidado rápidamente después de su muerte. (...) Finalmente, cuando Barry envejeció y ya falto de fuerzas, el Prior del Hospicio lo envió en 1812 a Berna por medio de un asistente. Rodeado de cuidados murió en 1814. Al año siguiente, fue expuesto en el Museo Histórico."
Lo que parece indudable es que Barry falleció en 1814. Atendiendo al testimonio de Meisner, el más cercano física y cronológicamente a la muerte del animal, Barry fue enviado a Berna debido a su edad, no a causa de herida alguna, lo  que reduciría a la categoría de simples bulos el resto de versiones.  Según sostiene Marc Nussbaumer (7) asesor científico del Museo de Historia Natural de Berna, Barry, que ya se había ganado una merecida reputación, además de por su edad, fue enviado y permaneció aquel par de años en Berna quizá como apoyo a la difusión del trabajo que los monjes desarrollaban en la montaña.

Artículo en Magasin Pittoresque (1846).

Grabado antiguo con Barry salvando el niño.
Una tercera historia bastante extendida es aquella que cuenta que en una ocasión Barry, en uno de sus rescates halló a un pequeño niño perdido semicongelado, que lo lamió para despertarlo, y que incluso fue capaz de echárselo a sus espaldas para trasladarlo al Hospicio, algo imposible, a no ser que el niño colaborara subiéndose a lomos del animal. Relato que concluye con que el niño llegó a recuperarse en un hospital y fue devuelto a sus padres. Final, no obstante, que cuenta con otra versión menos feliz, y es que la madre del niño falleció a causa de la avalancha de nieve que sepultó a la familia. Esta historia, además, inspiró a algún pintor que inmortalizó la escena.

Otra más, la última, la historia o quizá la creencia de que los perros San Bernardo transportan un barril de aguardiente atado al collar, destinado a calentar los cuerpos congelados de los rescatados. Parece ser que ningún perro del Hospicio llevó nunca en el cuello ningún pequeño barril de licor, y que esa historia surgió a partir del cuadro de Edwin Landseer Alpine Mastiffs Reanimating a Distressed Traveller en el que, efectivamente, aparecía un Mastín con su barril al cuello, imagen que repetiría John Emms en otra pintura. Además, la administración de alcohol a las personas con hipotermia parece que puede llegar a ser extremadamente peligrosa.

Montaje original de Barry, previo a su restauración en 1923 (1).

Ultimando el bicentenario (3).
A partir de su muerte, en su honor, el Hospicio del Gran San Bernardo siempre bautizó con el nombre de Barry (Barry II, Barry III, ...) a alguno de sus mastines. El cuerpo de Barry fue enterrado y su piel se aprovechó para disecarlo. Desde 1815 ha permanecido ininterrumpidamente expuesto en el Museo de Historia Natural de Berna. Se desconoce el nombre del taxidermista que preparó la piel de Barry. En el año 1923, el reconocido taxidermista Georg Ruprecht (8) restauró el animal, cuya piel se había deteriorado y resquebrajado. Ruprecht aprovechó la ocasión para modelar de nuevo el cuello y la cabeza de Barry y dotarlo de unas facciones más propias de un San Bernardo. Le alzó la cabeza y le colgó un barril del cuello. El entonces director del museo, ordenó en el año 1978 volver a dejar al perro sin barril, aunque más tarde Barry volvería a lucirlo.

En el cine, Barry fue el protagonista en 1977 del telefilme de Walt Disney, Barry, el gran San Bernardo. En la literatura también ha aparecido en novelas, poemas y numerosos cuentos infantiles.

Cartel de la exposición dedicada a Barry (1).
En 2004 se creó la Fundación Barry del Gran San Bernardo, con la finalidad de encargarse de la cría de los perros del Hospicio. En ese momento catorce perros prestaban aún sus servicios. En una época, la actual, en la que los rescates los realizan helicópteros, y con el objetivo de mantener la raza, se construyó una perrera en la cercana población de Martigny donde cada año nacen una veintena de cachorros. En 2009 la Fundación abrió el Museo del Perro San Bernardo. Cada verano, la Fundación traslada sus perros desde el albergue de Martigny hasta el Hospicio para deleite de turistas.

En el año 2014, con motivo de la conmemoración del bicentenario de su fallecimiento, el Museo de Historia Natural de Berna dedicó una nueva exposición permanente e interactiva titulada Barry, el legendario San Bernardo en la que, además de explicar la historia del "más famoso San Bernardo", también repasa la historia tanto del Hospicio como del rescate de personas en los Alpes. A partir de ese año, Barry abandonó la ubicación del hall de entrada del museo donde había permanecido durante décadas, para ocupar un lugar privilegiado. Barry es ahora, sin duda, la mayor atracción del museo bernés. 

La imagen de Barry preside la entreda del Museo de Historia Natural de Berna (1).

Notas.-
(1) Fotografías propiedad del Museo de Historia Natural de Berna, obtenidas del dossier del museo a disposición de la prensa.
(2) Fotografía de Roland Zumbühl/Wikipedia Commons.
(3) Fotografías de Lisa Schäublin, propiedad del Museo de Berna, obtenidas del dossier del museo a disposición de la prensa.
(4) Der Menschenretter significa literalmente en alemán el Salvador de Personas.
(5) James Watson en su libro The Dog Book (1906).
(6) Ver bibliografía.
(7) Marc Nussbaumer en su libro Barry vom Grossen St. Bernhard.
(8) Georg Ruprecht (1887-1968) fue un notable taxidermista dermoplástico, discípulo de Hermann H. ter Meer, y uno de los asistentes a la primera reunión de la Asociación Alemana de Artistas Dermoplásticos de Museos que tuvo lugar en Berlín el año 1933.


Reconocimiento.-
Mi agradecimiento a José Manuel Sanchís, administrador del blog  Mineralogía Topográfia Ibérica, por descubrirme a Barry y despertar mi curiosidad por la historia de este animal.


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Taxidermidades, 2014.


Bibliografía:
--   Le chien Barry  , en Magasin Pittoresque, París, mayo de 1846.
Marc Nussbaumer   Barry vom Grossen St. Bernhard , Naturhistorisches Museum der Burgergemeinde Bern, 2000.
Dominique Perraz   Barry, le chien saint-bernard aux 40 sauvetages  , en Naturalia , nº 76, enero de 1960.
James Watson  The Dog Book , vol. 2, Doubleday, Page and Co., Nueva York, 1906.

Recursos:
Página web del Naturhistorisches Museum Bern dedicada a Barry (en varios idiomas).
Artículo Barry en Wikipedia (en inglés).
Artículo Barry, de perro de granja a héroe nacional por Thomas Stephens en Swissinfo.ch .
Artículos sobre Perros y Taxidermia en Taxidermidades.