"Un joven torero; una actriz que busca el significado de su existencia; una profesora que se cree espiada por una niña; un filósofo que se reconvierte a patinador artístico; una pareja que espera quintillizos y deja de comunicarse… Aparentemente nada vincula a estos personajes, pero las diferentes partes de un toro muerto, en su itinerario por distintos países, contribuye a que todos ellos se encuentren y reencuentren en situaciones absurdas, emocionantes, crueles, estrafalarias…"
Es el texto promocional que acompaña a la película Carnages (2002), el primer largometraje de la francesa Delphine Gleize. Se trata de una coproducción europea (Francia-España-Suiza-Bélgica), encasillada como comedia dramática, con reparto internacional -aparecen Ángela Molina, Chiara Mastrianni y Lio- y guion escrito por la propia directora. Su metraje supera las dos horas. En la cartelera española mantuvo el título original, mientras que en la inglesa se renombró como Carnage.
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Luc, sentado ante su mesa de trabajo, recibe el regalo de su madre (1). |