"Un naturalista en su gabinete" (1872), óleo de Manuel Amell Jordà.


Un naturalista en su gabinete (1872) de Manuel Amell Jordà (1).


El óleo sobre lienzo Un naturalista en su gabinete, obra de Manuel Amell Jordà, está datado en 1872. En él el artista representa a un anciano naturalista, vestido con chaqué y pantalones de terciopelo azul, consultando un libro en su biblioteca, apoyado sobre una mesa en la que hay más tratados, algunas hojas y plumas de escritura, una pecera con carpines, y detrás de ella una garza real y un búho chico disecados. El formato de la obra es de 67x49'5 centímetros y se conserva en los almacenes del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), no está expuesta. Al MNAC llegó procedente del legado del empresario y político Camil Fabra Fontanils, fallecido en 1902.
 

"L'ull del cabirol", instalación de Setxu Xirau Roig en el Museo de Arte de Cataluña.


Corzo joven ante el mural de Miró (1).


Acudir al Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) de Barcelona y encontrarse en la Sala de la Cúpula un joven corzo admirando el mural que Joan Miró creó en 1978 para la sede de la empresa IBM en Barcelona. La paradoja del visitante contemplando a un animal salvaje apreciando a su vez una obra de arte es parte de la intervención artística de Setxu Xirau Roig. Su instalación, que se inauguró el pasado 6 de octubre y permanecerá hasta el 26 de febrero de 2023, se completa con un segundo corzo, adulto, también disecado, mirándose al espejo en la sala educArt, un espacio cerrado cuyo interior vemos a través de un cristal.
 

Fotografía de la Taxidermia de Walter Gilmore de Salt Lake City.



La fotografía muestra la fachada del negocio de Walter Gilmore. El taxidermista, que posa de pie y con la cabeza baja, expone su trabajo en el exterior del edificio: cinco cabezas de bisonte, dos de ciervo, un osezno y pieles de coyotes y panteras. Lo que más llama nuestra atención, no obstante, son los dos niños, probablemente los hijos del disecador. Ella sentada en los escalones con su vestidito claro y un gran lazo en el pelo, indiferente, sosteniendo una muñeca. Su hermanito, algo mayor, de pie ante la puerta de entrada, mirando a cámara, con una mano en el bolsillo y con la otra sosteniendo un rifle de caza.
 

El "Elefante Fénykövi", ahora "Henry", del Museo Smithsonian de Washington.


El Elefante Fénykövi o Henry en una imagen de la década de los años sesenta (1).


Lo primero que encuentran los visitantes al entrar al Museo Nacional de Historia Natural Smithsonian de Washington es un gran ejemplar de elefante africano al que hasta hace poco se conocía como Elefante Fénykövi, en honor al cazador que lo donó, últimamente rebautizado como Elefante Henry, denominación de mayor corrección política que intenta ocultar su origen como trofeo de caza. Henry es quizá la mascota más conocida del Museo y tradicional punto de encuentro de familias y escolares. Esta es su historia.