"Der Präparator und Konservator" (1895) de Robert Voegler.


Der Präparator und Konservator (1895).
Un, para mí, desconocido Robert Voegler publicó en Magdeburgo en 1895 Der Präparator und Konservator. Eine praktische Unleitung zum Erlernen des Ausstopfens, Konservierens und Skelettierens von Vögeln und Säugertieren, en español, El taxidermista y conservador. Guía práctica para aprender a disecar, conservar y esqueletizar aves y mamíferos. Del autor no he hallado más que un artículo de diez páginas publicado unos meses, en diciembre de 1894 en la revista berlinesa Natur und Haus, acerca de como acostumbrar a los niños a observar la naturaleza. Quizá se tratara de un ornitólogo aficionado, o bien de un profesor de Ciencias Naturales por como escribe, lo cierto es que el manual debió tener buena acogida entre el público puesto que, además de ser traducido al finés en 1902, se reeditaría en varias ocasiones hasta 1933 (1).

El libro, letra gótica, octavo menor, 136 páginas y 34 ilustraciones intercaladas entre el texto, está casi por completo consagrado a la Taxidermia de aves. Apenas veinte páginas únicamente de texto sobre la preparación de mamíferos, dos acerca de la conservación de los especímenes disecados, y seis más sobre preparaciones osteológicas.
 

Los animales disecados del coronel Koshkariov en "Almas muertas" de Nikolái Gógol.


Portada de la 1ª ed. de Almas muertas.
Se trata tan sólo de una mención. La encontramos en el tercer capítulo de la segunda parte de la novela Almas muertas del escritor Nikolái Gógol. En el fragmento Chíchikov, el protagonista, visita al coronel Koshkariov, y este le ofrece su biblioteca:
   "Aquí tiene libros, papel, plumas, lápices, hay de todo. Disponga usted de cuanto quiera: es usted el dueño. La Ilustración debe estar al alcance de todos.
   Mientras hablaba de esa manera, Koshkariov le hizo pasar a la biblioteca. Era una sala enorme llena de libros hasta el techo. También había animales disecados. Los libros abarcaban toda clase de materias: (…)"

Reseña de 1892 de una visita al taller de Taxidermia del Museo de Nueva York.


El Museo Americano de Historia Natural de Nueva York en 1892. Ilustración del artículo.


Se publicó en el semanario Harper's Weekly el 3 de diciembre de 1892 y se titulaba In the Workshop of the American Museum of Natural History, en español En el taller del Museo Americano de Historia Natural. El artículo descubría a los lectores un rincón reservado del Museo neoyorquino, el taller de Taxidermia, los especímenes que en aquellos momentos se estaban preparando, y algunas particularidades de su montaje. El edificio inicial de estilo gótico victoriano -grabado superior-, inaugurado en 1877, se estaba ampliando; el director de la institución era Morris Ketchum Jesup y el taxidermista jefe Jeness Richardson.
 

"J. W. Geltz, taxidermista y curtidor", fotografía de 1910.


J. W. Geltz, Taxidermist & Tanner, fotografía de J. P. Lee de 1910 (1).


La fotografía se tomó el 15 de septiembre de 1910 en el número 401 de Kilbourne Street (actual N. 36th St.) de Seattle, estado de Washington, Estados Unidos,  y en ella contemplamos el comercio de John William Geltz, taxidermista y curtidor. La instantánea no nos permite apreciar el interior del establecimiento, cuyos escaparates apenas exponen algunas cuernas de ciervo, y en cuya fachada destaca sobre todo el gran rótulo. Del personaje apenas sabemos gracias a los censos que nació en 1867 en Oklahoma, que estaba casado con Beatrice, de su misma edad y originaria de Missouri, que la pareja ya con 73 años seguía con vida en 1940, y que el negocio aparece listado en varios directorios desde 1915 hasta 1928.
 

"The Taxidermist" (1943), poema de John Delbert Allen. Biografía del taxidermista.


El siguiente poema de John Delbert Allen titulado The Taxidermist apareció publicado en el número de julio de 1943 de la revista Modern Taxidermist:
 
"Taxidermists are model men,
But after that I hestitate.
Their sorrows toldwith tongue or pen,
Alas, alas, are far too great.
 
From highest Art to lowly work
His Art may lead him day by day,
But from nothing can he shirk
That luck and chance can throw his way.

Some things unpleasant to recall,
Where awfully rank aromas rose-
He could not have worked at all
Without a clothespin on his nose.

In one blue fly there's not much wrong,
Or danger to humanity,
But when he comes ten thousand strong,
That calls for near profanity!

When specimens are fresh and sweet
And every hair and feather tight,
Our happiness is then complete
And spirits sail up like a kite.

But this reversed-I hate to hell;
Our spirits then sink so low
And ere we even get a smell.
We feel like where vile sinners go.

Still we have one comforting thought,
Though our sorrows here are so great;
If we have done 'bout as we ought,
Heaven will fully compensate.

Would I ask more? o no, not I:
E'en this leaves one thought to annoy!
I would ask less, and this is why;
I fear, Up There, I'll die of joy."