El Correo árabe atacado por leones (1867) es una de las obras maestras de la Taxidermia creada por la Maison Verreaux de París. Atribuida tradicionalmente a Jules-Pierre Verreaux (París, 1807- Londres, 1873), recientemente los conservadores del Carnegie Museum of Natural History de Pittsburgh, donde se expone en la actualidad, ponen en duda su autoría y la asignan a su hermano Jean-Baptiste Édouard Verreaux (París, 1810-1868).
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El Correo árabe en el Museo de Pittsburgh (fotografía de Melinda McNaugher, CMNH) |
La Maison Verreaux, ubicada en la Place des Vosges, fue fundada en el año 1803 por Pierre-Jacques Verreaux, pero fueron sus hijos Jules, Édouard y Alexis
quienes hicieron de ella un lugar indispensable para coleccionistas y
museos de Historia Natural de todo el mundo. A partir de 1834 Édouard se hizo cargo de un boyante negocio que más tarde se trasladaría al número 6 del Boulevard Montmartre y al número 9 de la Place du Collège de France,
también en París. Se cuenta que aquel inmenso almacén de objetos de
Historia Natural llegó a disponer, en su momento de mayor esplendor, de
más de 3.000 mamíferos disecados y de 40.000 aves. A la muerte de Édouard Verreaux en 1868, su viuda fue liquidando las existencias, hasta el cierre del establecimiento en 1899.
En 1867 se iba a celebrar en París la Exposición Universal y los Verreaux vieron aquel evento como una oportunidad inigualable para mostrar su trabajo. El Correo árabe es un diorama ubicado en el desierto y con cuatro figuras, un dromedario, su jinete y una pareja de leones. El objetivo del artista era retratar la vida en movimiento y emocionar al espectador.Como puede apreciarse en la fotografía, en el suelo yace una leona abatida por un disparo, y un león macho se abalanza sobre un dromedario al que le clava las garras y su jinete, aferrándose a su montura y sobre el cuello del animal, intenta hender una daga al felino. La ambiciosa y realista escena transmite movimiento, la fiereza del león, el espanto del dromedario, la desesperada defensa del jinete. El objetivo del artista era retratar la vida en movimiento y emocionar al espectador. Ciertamente, la obra de la Maison Verreaux impresionó y fue premiada con una medalla de oro en aquella Exposición. La teatralidad de la escena, además de innovadora, fue inspiradora para otros taxidermistas europeos.