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"Home Taxidermy for Pleasure and Profit" de Albert B. Farnham.


Albert B. Farnham.
La primera noticia que tengo de Albert Burton Farnham (1870-?), taxidermista de Benning, Washington D.C., Estados Unidos, la hallo en el Informe Anual del Museo Smithsonian de Washington del año 1890, donde aparece en el apartado Estudiantes como "asistente voluntario en el departamento de taxidermia". Aficionado a la caza y a la ornitología, en mayo de 1894 la revista The Oölogist publicó una reseña suya en la que describía cómo construir una barca de forma económica. Al año siguiente Farnham mandó una carta a la revista Natural Science News quejándose del escaso rigor de algunas publicaciones divulgativas de Historia Natural. Años más tarde, en abril de 1899 la revista Recreation publicó otra contribución en la que describía cómo para evitar la posible pérdida de especímenes antes de llevarlos al taxidermista, una vez eviscerado el animal, éste se podía sumergir en una mezcla de una parte de formol con de 9 a 14 partes de agua. Ello era válido, aseguraba, para ejemplares de hasta el tamaño de un zorro, y el método funcionaba, afirmaba, igualmente en aves y reptiles que en mamíferos, y añadía que "al retirarlos de la solución, se pueden desollar y montar tan fácilmente como los especímenes frescos". Farnham colaboró en la revista Modern Taxidermist; por ejemplo en octubre de 1941 escribió sobre las afectaciones de la Primera y Segunda Guerras Mundiales en la Taxidermia.
 

La Sociedad de Taxidermistas Americanos. Sus cuatro exposiciones.


Primer Informe Anual de la Sociedad.
Reunidos en el Ward's Natural Science Establishment de Rochester, Nueva York, el 12 de marzo de 1880, Frederic S. Webster (1), Thomas W. Fraine, Frederic August Lucas, Jules François Desiré Bailly, Johannes John Martens, Arthur Benoni Baker y William Temple Hornaday, acordaron la creación de la Society of American Taxidermists. La elección de la ciudad de Rochester no fue casual. Todos ellos trabajaban en la ciudad, y todos ellos, excepto Fraine, lo hacían para el profesor Henry A. Ward.
 
Frederic S. Webster, en un artículo autobiográfico publicado en 1945 en la revista Annals, recordaba su amistad con Hornaday y la gestación de la Sociedad de Taxidermistas Americanos:
   "No estuve en el Ward's mucho antes de que William T. Hornaday retornara de la India donde había estado recogiendo pieles de animales y esqueletos, principalmente para el Museo de Harvard. Éramos aproximadamente de la misma edad, teníamos inclinaciones similares, y forjamos una firme amistad desde el principio. Vio lo que yo hacía y lo que había hecho, coincidimos en nuestra manera de pensar, y planeamos y organizamos la Sociedad de Taxidermistas Americanos."

Frank Blake Webster, taxidermista y comerciante de Historia Natural.


El primero de los edificios de Webster en Hyde Park (1).


Frank Blake Webster nació el 16 de junio de 1850 en Pawtucket, Rhode Island, Estados Unidos. En 1867, tras graduarse en la Academia Militar de Highland en Worcester, Massachusetts, trabajó como administrativo en una empresa mercantil mientras que por las tardes aprendía Taxidermia, estudiaba ornitología y recogía especímenes. El propio Webster se refiere a aquella época en el número de noviembre de 1890 en la revista Ornithologist and Oölogist, escribiendo en tercera persona:

La contribución de Claude-Nicolas Le Cat sobre la conservación en alcohol.


Las figuras 1 y 2 representan el tarro propuesto por Le Cat.


Una pequeña contribución más con el objeto de conservar especímenes. En esta ocasión fue el cirujano francés Claude-Nicolas le Cat quien remitió en 1748 a la Royal Society de Londres una comunicación en la que exponía una mejora en el cierre de los frascos de vidrio destinados a contener muestras anatómicas y también objetos de Historia Natural, con el propósito de evitar la evaporación del alcohol. Su escrito, traducido por el médico inglés, miembro asimismo de la Sociedad, Thomas Stack, se público en marzo de 1749 en Philosophical Transactions. Acompañado de la ilustración superior, el texto completo es el siguiente:
 

"The Bird Stuffer", ilustración y poema para niños de 1900.


The Bird Stuffer, ilustración de F. D. Bedford.
 

La anterior ilustración y el siguiente poema pertenecen al libro infantil Four and Twenty Toilers, en español, Veinticuatro oficios, volumen publicado en Estados Unidos e Inglaterra en 1900 en el que mediante ripios se describen algunas profesiones comunes como albañil, jardinero, agricultor, conductor, leñador o relojero, y otras menos corrientes como estibador, apicultor, deshollinador o disecador. Las ilustraciones son de Francis Donkin Bedford y el texto de Edward Verrall Lucas. Su traducción aproximada sería:
 

Otto Ernst Oppermann, médico y disecador. Su manual de Taxidermia.


Otto Ernst Oppermann.
Hijo de un licenciado en cirugía y miembro de una familia que durante generaciones pertenecieron al tradicional gremio de barberos cirujanos, Otto Ernst Oppermann nació el 23 de marzo de 1764 en Bodenfelde an der Weser, Baja Sajonia, Alemania. Estudió medicina en Marburgo y ejerció de cirujano municipal en Karlshafen y Helmarshausen. En 1793 se casó con Martha Gertrud Hornung, con quien tuvo tres hijos. Al año siguiente se doctoró en la Universidad de Marburg donde leyó su tesis De natura criseos morborum. El 14 de marzo de 1794 el duque Pedro I lo nombró médico provincial del palacio de Oldenburgo y tres días después se estableció en Delmenhorst.
 
Convencido de los beneficios que para la salud pública suponía disponer de espacios verdes, en 1796 Oppermann solicitó autorización de la Cámara de Oldenburg para convertir un centenario robledal y hayedo comunal que había sido coto de caza de la nobleza, y que en aquella época servía como pastizal de cerdos, en un bosque donde la ciudadanía pudiera pasear. Con dicho propósito trazó senderos y creó una "arboleda de los dioses", una hilera de diez hayas que bordeaban la Oldenburger Landstrasse, en cuyos troncos esculpió en relieve imágenes de la mitología griega, y en la más grueso el escudo de armas del condado (1). Aquel que desde antiguo se conocía como Tiergarten, se convirtió a partir de 1798 en una atracción dominical muy popular también para los vecinos bremenses y oldenburgueses. Bastantes años más tarde, en 1840, Oppermann creó la Tiergarten-Gesellschaft, entidad sin ánimo de lucro de gestión del parque.
 

Instrucciones del Museo de París sobre conservación y transporte de especímenes.


Primera página de Instruccion sur les Recherches.
Insertas en el cuarto volumen de Mémoires du Muséum (1818) el Museo de París publicó unas primeras e imprecisas instrucciones de preparación de objetos de Historia Natural destinadas a viajeros. El ministro de la Marina había ofrecido al Museo los medios a su alcance para ordenar a los administradores de las colonias y a los comandantes de los barcos estatales su colaboración para el engrandecimiento de las colecciones. Tituladas Instruction sur les Recherches qui pourroient être faites dans les Colonies, sur les objets qu'il seroit possible d'y récueillir, et sur la manière de les conserver et de les transporter, ocupan cuarenta y siete páginas y fueron redactadas por los profesores de la institución, en aquel momento, entre otros, Geoffroy-Saint-Hilaire (mamíferos y aves), Lacépède (reptiles y peces), Lamarck (invertebrados), Cuvier (anatomía), Jussieu y Desfontaines (botánica) y Haüy (minerales).
 

"Handbook of Instructions for Collectors", editado por el Museo Británico.


Cubierta del libro.
Algunos de los grandes museos de Historia Natural editaron manuales con instrucciones básicas destinadas a viajeros recolectores de especímenes de interés para sus propias colecciones. Es el caso de la sección de Historia Natural del British Museum (1), que en 1902 publicó Handbook of Instructions for Collectors, un práctico libro de bolsillo con cantos redondeados, de un tamaño de 17'5x13 cm., de 137 páginas, y con ilustraciones, algunas de ellas a página completa o extraídas de otros tratados. El director de la institución, el naturalista Edwin Ray Lankester, afirmaba en el prefacio que los capítulos habían sido redactados por personal del propio Museo de Londres.

"Der Präparator und Konservator" (1895) de Robert Voegler.


Der Präparator und Konservator (1895).
Un, para mí, desconocido Robert Voegler publicó en Magdeburgo en 1895 Der Präparator und Konservator. Eine praktische Unleitung zum Erlernen des Ausstopfens, Konservierens und Skelettierens von Vögeln und Säugertieren, en español, El taxidermista y conservador. Guía práctica para aprender a disecar, conservar y esqueletizar aves y mamíferos. Del autor no he hallado más que un artículo de diez páginas publicado unos meses, en diciembre de 1894 en la revista berlinesa Natur und Haus, acerca de como acostumbrar a los niños a observar la naturaleza. Quizá se tratara de un ornitólogo aficionado, o bien de un profesor de Ciencias Naturales por como escribe, lo cierto es que el manual debió tener buena acogida entre el público puesto que, además de ser traducido al finés en 1902, se reeditaría en varias ocasiones hasta 1933 (1).

El libro, letra gótica, octavo menor, 136 páginas y 34 ilustraciones intercaladas entre el texto, está casi por completo consagrado a la Taxidermia de aves. Apenas veinte páginas únicamente de texto sobre la preparación de mamíferos, dos acerca de la conservación de los especímenes disecados, y seis más sobre preparaciones osteológicas.
 

Los tratados de Oliver Davie. "Methods in the Art of Taxidermy".


The Naturalist's Manual.
El taxidermista, ornitólogo y librero Oliver Davie (Xenia, Ohio, Estados Unidos, 1856- Columbus, Ohio, 1911), a cuya biografía nos aproximamos ya en un capítulo anterior, publicó dos tratados de Taxidermia. El primero en 1882 fue The Naturalist's Manual, El manual del naturalista, un volumen de 130 páginas en tamaño octavo y escasamente ilustrado que contenía una descripción de nidos y huevos de aves norteamericanas de las familias de túrdidos y tráupidos, y a continuación un breve y básico tratado de Taxidermia de aves y otro sobre captura y preparación de insectos.
 
Davie dedicó el libro a Theodore Jasper, "mi primer instructor en Taxidermia", y en el breve prefacio, en lo referente al disecado, el autor escribía sencillamente que "se espera que el nuevo método para montar aves sea de valor tanto para el taxidermista experimentado como para el principiante". La sección de Taxidermia ocupa 24 páginas y se subdivide en Preparación de pieles de aves para gabinetes, el Montaje de aves con las alas cerradas, el Montaje de aves con las alas abiertas y finalmente Diversas recetas, etc. Entre estas últimas detalla la formulación de una solución alcohólica para sumergir durante algunos días los pajarillos y conservarlos enteros y secos; la de una cola para fijar las plumas, compuesta por goma arábiga, azúcar, jabón arsenical, almidón y agua; y la del jabón arsenical de Bécoeur modificada, como preservativo para la piel (2 libras  de jabón blanco, 2 más de arsénico pulverizado, 5 onzas de alcanfor, 6 onzas de carbonato potásico, 2 de cal y 8 onzas de alcohol (1)). Dicha subsección miscelánea contiene además instrucciones sobre cómo confeccionar ramas y rocas artificiales.

"Nouveaux Procédés de Taxidermie" (1889) de Amédée Alléon.


Portada de la edición de 1889.
En 1889 se publicó en París Nouveaux Procédés de Taxidermie expérimentés et décrits par M. Amédée Alléon. Jean Gérard Amédée Alléon, fue un naturalista, taxidermista y cazador, miembro de una acaudalada saga familiar francesa residente en Constantinopla desde alrededor de 1730. Amédée, el pequeño de nueve hermanos, nació en Büyükdere, Estambul, en la costa del Bósforo, pocos días antes del fallecimiento de su último hermano varón vivo y, por tanto, en principio estaba destinado a heredar los negocios familiares. Se aficionó temprano a observar y dibujar las aves y más tarde aprendería a disecarlas.
 
Con veinticinco años, en 1863, su padre, Jacques Alléon, financiero, consejero del gobierno otomano, impulsor del Banco de Constantinopla, inversor -cofinanció el canal de Suez-, propietario de numerosos inmuebles en París y Estambul, ennoblecido en 1838 con el título de conde palatino por el papa Gregorio XVI, oficial de la legión de Honor, lo señaló como sucesor, pero Amédée no aceptó. La negativa del hijo obligaría al padre a vender sus participaciones en negocios, retirándose a Francia. En octubre de aquel año el joven se casaría en París con Madeleine Asseline de Villequier, hija de un barón normando, un matrimonio de conveniencia concertado por los padres y aceptado por los novios. Y también en 1863 Amédée heredaría en diciembre el título nobiliario, después de que el papa Pío IX accediera a la petición del padre de cederlo en vida. El joven matrimonio se instalaría en 1865 en una mansión recién construida en Makrikeui, actual Bakirköy, a orillas del Mármara.

"Museum museorum" (1704), de Michael Bernhard Valentini.




El médico y naturalista alemán Michael Bernhard Valentini (26 de noviembre de 1657-18 de marzo de 1729) nació en la universitaria ciudad de Giessen. Su padre, de nacimiento Velten, había latinizado su apellido. Michael, el mayor de dos hermanos, estudió Historia, Lógica, Metafísica y Matemáticas en la Facultad de Filosofía. Se licenció como médico en 1680 con la disertación De convulsionibus. Ejerció en Leiningen-Hardenburg y como médico militar. De vuelta a su ciudad natal en 1682 escribió Epistolica de nova matricis et morbonae muliebris anatome, ingresando al año siguiente en la Academia Naturae Curiosorum, a partir de 1687 redenominada Academia Nacional Alemana de Ciencias Naturales Leopoldina (1). Viajó por Francia, Paises Bajos e Inglaterra. En 1686 se doctoró y un año después asumió la cátedra de Física de la Universidad de Giessen, que en 1697 abandonaría por la de Medicina. En 1704 ingresó en la Academia Prusiana de Ciencias de Berlín, y en 1715 en la Royal Society de Londres. En 1728 fue nombrado médico personal del emperador. Sus contactos con académicos europeos y del lejano Oriente facilitaron que acumulara gran cantidad de información y una extensa colección.
 

Breves instrucciones de desollado y conservación de pieles de aves de Elisha Lewis.


Capítulo sobre Taxidermia.
Miembro de la American Philosophical Society y de la Sociedad de Historia Natural de Filadelfia, el médico, y sobre todo, cazador y comerciante Elisha Jarret Lewis, publicó en 1851 The American Sportsman: containing notes on shooting; the habits of the Game Bird and Wild Fowl of America; the Dog, the Gun, the Field, and the Kitchen, en español El cazador americano: con comentarios sobre caza; hábitos de las aves cinegéticas y silvestres de América; el perro, el arma, el campo y la cocina, un libro que se reeditaría sucesivamente con éxito. La obra contiene referencias taxidérmicas en el capítulo treinta y uno, que siendo breves, reproduzco íntegras y traducidas a continuación:
 

"El taxidermista fantástico", un ensayo de Luigi Amara.

"La delicada tarea de hacer que un animal muerto vuelva a la vida y permanezca para siempre al acecho o en una pose amenazante, la oscura habilidad de curtir y estirar su piel sobre un maniquí de alambre y yeso a fin de que adopte la actitud y a veces la ferocidad de cuando aún no había sido alcanzado por las armas de los cazadores, se antoja una tarea más burda, menos artística e imaginativa que la de conseguir la recreación de una quimera, de un animal fantástico que jamás dio un paso sobre la faz de la Tierra, y que sin embargo es posible apreciar en todo su esplendor en medio de plantas de hule y piedras de mampostería. La profesión de taxidermista, la profesión meticulosa y acaso un tanto macabra pero sobre todo fiel y rigurosa del taxidermista, fue alguna vez llevada al límite por Isidoro García Saldaña, un aprendiz entusiasta que primero tuvo la ocurrencia de fabricar un mamut con los restos de un elefante que había muerto en el circo, añadiéndole pelo importado de bisonte y colmillos de madera laqueada, pero que más tarde probó suerte con el arcanodonte y otras bestias fabulosas que nadie podía encontrar en ninguna de las taxonomías existentes por la sencilla razón de que esas criaturas, antes de ocupar el centro de dioramas extravagantes, sólo habitaban en su cabeza."

Jules Terrier, taxidermista del Museo de París, reconstruyendo un dodo, especie extinta (1).

Joseph H. Batty. "Practical Taxidermy and Home Decoration".

Retrato de J. H. Batty (1).
"El señor J. H. Batty, durante los últimos tres años y medio, recolector de especímenes de historia natural, principalmente aves y mamíferos, para el Museo Americano de Historia Natural, murió en el acto a causa de la descarga accidental de su arma mientras recolectaba cerca de Pijijiapan, al sur del estado de Chiapas, México, el 26 de mayo de 1906. Anteriormente había recolectado abundantemente en la provincia de Chiriquí, Panamá, y en la región del Cauca de Colombia. Esas colecciones también pertenecen ahora en buena parte al Museo Americano, obtenidos en parte por compra y en parte como donación del Sr. Batty. El Sr. Batty nació hace unos sesenta años en Springfield, Massachusetts, donde recibió educación secundaria y se preparó para la universidad, pero sus salidas al campo y la afición por la caza lo llevaron a abandonar temprano sus estudios universitarios. Tenía gran interés por la historia natural, y en 1873 fue colector de aves y mamíferos en las montañas de Colorado en la Expedición de Hayden (2). Durante años tuvo un negocio de taxidermia en la ciudad de Nueva York, y publicó un libro sobre Taxidermia y decoración del hogar que ha tenido una amplia venta. Más tarde se dedicó a la caza de la pluma, en los primeros días de ese desafortunado asunto (3), visitando con ese fin Florida, el oeste de México, América Central y el norte de América del Sur, cuyo continente atravesó de océano a océano. Durante los últimos ocho años estuvo involucrado en la recolección legítima de historia natural, obteniendo nuevas especies en Colombia y Panamá, antes de su compromiso formal con el Museo Americano. Era un cazador experto, e inusualmente exitoso en la captura de los carnívoros más grandes. Fue un hombre de gran resistencia física, coraje, persistencia y entusiasmo, y fue probablemente quien mejor se familiarizó con una gran porción de la naturaleza tropical de América, más que cualquier otro viajero o explorador. Durante los últimos tres años ha recogido extensamente en los estados de Durango, Sinaloa, Jalisco y Chiapas, México, habiendo enviado como resultado de su trabajo más de 3.000 mamíferos y unas 6.000 aves al Museo de Nueva York. En el momento de su muerte tenía contrato con esta institución para continuar su trabajo a través de la costa del Pacífico de Guatemala, y desde allí trasladar su campo de operaciones a regiones aún imperfectamente exploradas del suroeste de Colombia. Su muerte prematura es, por lo tanto, una grave pérdida para la institución a la que ha servido tan fielmente. En lo personal era un hombre de la más amable naturaleza, confiado y concienzudo en su trabajo."

Artículo de 1843 sobre Taxidermia en el periódico "La Colmena".

Ángel Villalobos (1), por entonces profesor de Literatura Española en la universidad King's College, escribía y editaba desde Londres La Colmena, un periódico trimestral sobre Ciencias, Artes, Historia y Literatura. En el segundo tomo de 1843 insertó un artículo titulado Taxidermia que comenzaba con la siguiente introducción histórica:
   "Dase este nombre al arte de preservar toda clase de animales según los vemos en los museos y gabinetes de Historia natural. Este arte tan importante al progreso de la ciencia, y aún podemos decir indispensable al naturalista, ha sido sólo practicado con algun acierto durante los últimos sesenta años. Al principio de este periodo el célebre Réaumur (2) publicó una memoria sobre el modo de preservar la piel y plumaje de las aves para enviarlos a climas distantes, pero el método que empleaba resultó ser imperfecto e insuficiente.
Ilustración del artículo (3).

“The Sportsman’s Handbook” (1880), de J. Rowland Ward.

Cubierta de la primera edición.
James Rowland Ward (1847-1912), el conocido taxidermista londinense de Picadilly de finales del siglo XIX y principios del XX, miembro de la saga de taxidermistas fundada por su abuelo John Herbert Ward, publicó en 1880 en su propia editorial The Sportsman’s Handbook to Practical Collecting and Preserving Trophies, en español Manual del cazador para recoger y conservar trofeos de forma práctica, un tratado de Taxidermia con un formato de octavo mayor, ilustrado y de poco más de cien páginas, que dedicó a su padre Henry Ward. A pesar de que, como comprobaremos a continuación, no aporta mucho, Ward lo iría ampliando y reeditando hasta alcanzar en 1919 las once ediciones. En posteriores tiradas la cubierta del libro -imagen de la derecha- cambiaría, en vez de las manos de un taxidermista manipulando un ave, aparecerían grabadas dos cabezas de rinocerontes indios.

Ward no cita a ningún autor anterior en su manual, y las técnicas que describe son las propias de su tiempo. Para las aves proponía como preservativo el jabón arsenical (1) en las siguientes proporciones: 5 onzas (2) de alcanfor (3), 2 libras de arsénico blanco  (4) en polvo, 2 libras de jabón amarillo y 4 onzas de cal (5) pulverizada, todo ello mezclado con algo de agua y alcohol. Y para las pieles de mamíferos, peces y reptiles el curtido al alumbre, mezcla de alumbre de roca (6), sal común y agua (7). El desollado es el ordinario en aves, mamíferos y reptiles. Los peces los abre longitudinalmente por un lateral.

El ornitólogo Wilhelm Meves, conservador del Museo Sueco de Historia Natural.

Friedrich Wilhelm Meves (1).
Friedrich Wilhelm Meves nació el 14 de abril de 1814 en Delligsen, en el entonces ducado alemán de Braunschweig. Ya de niño mostró interés por las Ciencias Naturales, disciplina que aprendería con su padre, sacerdote y naturalista aficionado. Se cuenta que con cuatro años, mientras su madre cosechaba patatas, se entretenía recogiendo brillantes escarabajos; y que con once años ya disparaba a los pájaros con carabinas de aire comprimido y que fue por entonces cuando comenzó a disecar sus primeros ejemplares. Al fallecer su padre el pequeño Wilhelm contaba trece años y marchó a vivir con su abuelo, también sacerdote, a una aldea de Braunschweig hasta que en 1829 se trasladó a Elbingerode-am-Harz para trabajar en una botica, donde cinco años después se graduó como provisor o ayudante de farmacia. Prosiguió sus estudios en Lenguas y Ciencias en Mühlhausen, Ottendorf, Heiligenhafen y Kiel, ocupación que compaginaba con sus salidas al campo para observar pájaros. En 1840 ingresó en la Universidad de Kiel para estudiar los recursos naturales medicinales. Allí conoció al ornitólogo Friedrich Boie que lo empleó en el museo anatómico-zoológico universitario, abandonando completamente su carrera farmacéutica.

"A New Art", artículo de 1896 de James Carter Beard en Scribner's Magazine.


El escritor y naturalista estadounidense James Carter Beard (Cincinnati, 1837- Nueva Orleans, 1913), miembro de una saga de artistas, fue un pintor de género, de retratos y sobre todo conocido como ilustrador de animales y plantas en diccionarios, enciclopedias y libros de Historia Natural. Vivió en Nueva York y publicó en revistas como Scribner's, Harper's o Century. A mediados de 1896 firmó precisamente en Scribner's Magazine un artículo titulado A New Art, Un nuevo Arte, en el que reclamaba para la Taxidermia esa categoría, a la vez que alentaba a los taxidermistas para que se guiaran por la excelencia en su trabajo. El texto, que alcanza las siete páginas, lo acompañaba Beard con ocho ilustraciones, siete de ellas de factura propia, que son las que se reproducen a continuación.
 


"Guide du naturaliste préparateur" de Guillaume Capus.

Portada de Guide du naturaliste.
Guillaume Capus, un veinteañero luxemburgués estudiante en el Museo de Historia Natural de París, publicó en 1879 Guide du naturaliste préparateur et du naturaliste collectionneur pour la recherche, la chasse, la récolte, le transport, l’empaillage, le montage, et la conservation des animaux, végétaux, minéraux et fossiles, un manual de unas trescientas cincuenta páginas y un centenar de ilustraciones, que contenía instrucciones acerca de cómo recoger y preparar especímenes de Ciencias Naturales.

Dedica Capus la primera parte de su obra a los minerales y fósiles, y la segunda a los vegetales. Es en la tercera donde se ocupa de la preparación de animales. A su vez subdividida en capítulos, en el primero se refiere a la captura de sujetos, y en el segundo a la conservación de los animales empleando alcohol, cloruro de sodio, alumbre o éter. También se refiere a la acción curtiente del tanino (1) como reforzante del curtido en algunas preparaciones anatómicas, y al uso del aguardiente, la glicerina, o aceites. El autor particulariza comentando la conservación de zoófitos, gusanos, moluscos, larvas, arácnidos y crustáceos; la conservación en alcohol de reptiles, peces, tortugas y batracios; y mediante inyecciones, de aves pequeñas y grandes, y mamíferos. Capus explica la conservación "en seco" utilizando como preservativos el arsénico blanco (2), el arsénico rojo (3), el sublimado corrosivo (4), la caparrosa (5), el cardenillo (6), el jabón arsenical de Bécoeur (7), el alumbre en polvo (8), la esencia de trementina (9), el licor curtiente y la pomada jabonosa de Nicolas (10), el éter sulfúrico (11), el azufre, los aceites y las sustancias vegetales olorosas como el romero, la manzanilla, el ajo, la pimienta, el tabaco, la lavanda, etc… El autor opta no obstante por la utilización del jabón arsenical de Bécoeur y transcribe la fórmula que Léonard Dupont –lo cita- incluye en su libro. Describe las fumigaciones sulfurosas (12) o de arsénico, las inmersiones en agua hirviendo, el curtido -mezclando tanino y agua, o tanino, alcohol, alumbre y sal-, las maceraciones conservantes -cita un procedimiento de Gannal-. Describe los peligros que pueden afectar a las colecciones como los insectos destructores, el calor, la luz, el aire, la humedad.; y concluye aludiendo al embalsamamiento (13).