El abad Gérard, taxidermista de Voué.


El abad Gérard posa junto a dos leones.


Encontré la tarjeta postal rebuscando por internet y me llamó poderosamente la atención. Un cura-taxidermista francés posando en un jardin con dos de sus obras, un león y un cachorro de la misma especie. La imagen, como ocurre en ocasiones, incitaba a conocerlo, y la respuesta me la ofrecía el blog de la Academia Troyana de Estudios Cartofílicos (ATEC-Troyes), una asociación de aficionados a reconstruir la historia local a través de las postales. Sus miembros reconstruyeron la biografía de este personaje que aparecía nada menos que en nueve tarjetas editadas entre 1903 y 1914.

Gérard junto al tigre que preparó para el Museo de Troyes en 1911 (1).


Hijo de carretero y de costurera, Joseph Auguste Casimir François Gérard, el mayor de tres hermanos, nace el 19 de noviembre de 1865 en el domicilio familiar de Thors, departamento de Aube, Francia. Sin mucha vocación y por influencia materna, Gérard ingresa en el seminario en 1885, lo que le dispensa del servicio militar, siendo ordenado sacerdote en Troyes en junio de 1888. Ejerce en Planty, en Arconville a partir de 1891, como vicario de Piney en 1896, y finalmente a partir de noviembre de 1897 como sacerdote en la parroquia de Voué, una aldea a unos 20 kilómetros de Troyes, la capital del Aube. Tenía 32 años

La exposición del abad Gérard en su domicilio.


El "abad Gérard", pues siempre unía su apellido a su cargo eclesiástico, vivía en el número 25 de la rue des Bûchettes, a unos cincuenta metros de la iglesia de Voué, y tenía a su servicio una mayordoma apellidada Pinson. Aunque se desconoce casi todo acerca de su actividad como taxidermista, se sabe que su exposición ocupaba las salas de su domicilio que daban a la calle, y aunque en las postales se describía como "naturalista-preparador del Museo de Troyes", como demuestra alguna factura suya él no era más que un taxidermista comercial que entre sus clientes contaba con dicho Museo.

Jabalíes, zorros, garduñas, hurones, un gato montés. Otra postal comercial de Gérard.


De nuestro protagonista se cuenta que era un gran aficionado a la caza y la pesca (2). Que en un lugar próximo llamado Galhaut poseía algunas hectáreas de abetos donde acudía a practicar su pasión, y que incluso alguna vez había incurrido en furtivismo. En una ocasión, mientras cazaba, se olvidó hasta de que debía decir la misa dominical, y fueron las campanas de Sant Rémy, donde también oficiaba, las que le recordaron su obligación. También se cuenta que mandó cavar una zanja para desviar parte del cauce del riachuelo Barbuise hacia su propiedad con el propósito de pescar truchas.

Joseph Gérard posando orgulloso junto a sus leones disecados.


Suponemos que su afición a la caza le encaminó a practicar la Taxidermia. En las fotografías, sobre todo la de la exposición de su domicilio, donde construyó un abigarrado diorama, vemos que casi la totalidad son especímenes locales, rapaces, garzas, un cisne, jabalíes, zorros, garduñas, hurones, alguna gineta, gato montés, etc., debemos suponer que cazados por él mismo, pero en las postales destacan los tres leones y el tigre. De los leones se desconoce su origen, si acaso procedían de algun zoo o circo ambulante. El tigre, que se conserva en los almacenes del Museo de Troyes, lo disecó Gérard por encargo en 1911. La piel, de un ejemplar fallecido en diciembre de 1910, procedía de la Ménagerie del Museo Nacional de Historia Natural de París, que la intercambió por varios pequeños especímenes. Terminado su trabajo y antes de entregarlo a su cliente, el abad se fotografió junto a su obra y mandó editar postales con propósitos comerciales. El encabezamiento de sus facturas, donde reproduce su imagen junto a los tres leones disecados, nos facilita alguna información añadida, como que ciertamente sus clientes le debían encargar trabajos mayoritariamente de fauna local, además de aves y pequeños mamíferos, cabezas de jabalí y ciervo; que también confeccionaba abrigos de garduña, marta, zorro o nutria -él curtía las pieles y probablemente su mayordoma las cosiera-; y que acostumbraba a cobrar al contado.

En el encabezamiento de sus facturas aparecía la imagen del abad Gérard con los leones disecados.


Gérard sufrió una congestión cerebral que le provocó una parálisis que iría en aumento y que le obligó a dejar su ministerio el 1 de enero de 1919. El agravamiento de su salud forzó su ingreso en una clínica de Châlons sur Marne (Marne), donde fallecería días después, el 25 de junio de 1920, a la edad de 54 años. Su necrológica publicada en Revue Catholique de la Diocèse de Troyes del 1 de julio, además de describirnos a Gérard como un hombre "muy simpático, de un carácter afable y popular", nos aporta algunos datos más. Como que su talento como "naturalizador acreditado" le valió que la Sociedad Académica de Troyes le confiara la preparación de especímenes destinados a las colecciones zoológicas de su Museo (3). O bien que durante la Primera Guerra Mundial "gracias a su automóvil" pudo atender y celebrar misa dominical en cuatro parroquias a la vez.

El tigre del abad Gérard en los almacenes del Museo de Troyes.
A su muerte, su colección de animales disecados, alrededor de unos 500, se incorporaría al Museo de Troyes, institución que por otra parte no conserva rastro alguno de su relación con nuestro cura-disecador.








Notas.-
(1) Esta y las siguientes imágenes son propiedad de la Académie Troyenne d'Études Cartophiles (ATEC). Mi Agradecimiento a Jacques Roland Fournier, su presidente,  por permitirme reproducirlas.
(2) Cuesta imaginarse un cura cazador, pero puedo dar fe de algun caso hace años entre mi clientela.
(3) Gérard no aparece en documento alguno en el archivo de la Sociedad Académica.


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Taxidermidades, 2019.

Bibliografía:
Marie-Pierre Moyot  L'étonnant destin de l'abbé Gerard , en L'Aube nouvelle, nº 96, Troyes, verano de 2016.

Recursos: