"Manual que trata del Arte de Disección y Taxidermia" de Isidro Sánchez Caro.

Portada del libro.
Una docena de páginas insertadas en un tratado de lo más variopinto y con título largo: El artista práctico. Manual que trata de pintura, dorado, plateado y estucos; de moldear por todos los sistemas conocidos, de la fundición y del galvanismo; de la fotografía, retratos en papel y placa; del arte de disección y taxidermia y trabajos de cristal. El autor es Isidro Sánchez Caro, que se describía como "maestro de obras, pintor y revocador, fundador de la Biblioteca de la Amenidad y otros establecimientos de utilidad pública". En la portada aparece el año 1864, aunque en la cubierta figura 1866, el de reimpresión. Carece de ilustraciones.

A modo de introducción, podemos leer:
   "Este precioso arte, por cuyo medio se conservan las producciones de la naturaleza, es muy antiguo.
   En tiempo de los egipcios ya se poseía con la mayor perfección, y se le daba importancia porque estaba muy en uso el embalsamamiento de los cadáveres: Así es que en nuestros días se conservan las momias de aquellos tiempos en el estado más completo.
   Hemos admirado algunas en España, pero existen en mayor número en el jardín de plantas de París.
   Los procedimientos de la disección ofrecen a la par que estudio mucha distracción, por la variedad de objetos que se presentan a cada paso. Para proporcionárselos el disecador debe recurrir a la caza y la pesca, o cuando no sea aficionado a estas tareas, estimular a los que ejerzan tales industrias para que se los proporcionen.
   Como para la disecación se necesita de antemano tener los preservativos, me parece conveniente empezar por dar una idea de los mejores y más usuales, y las recetas para su preparación."

Descripción de algunas fórmulas.
Tal cual, la anterior entradilla se asemeja a la redacción de un escolar. Las recetas conservantes que ofrece Sánchez Caro están tomadas del Manuel du Naturaliste Préparateur (1825) de Pierre Boitard, que en 1833 tradujo al español Santiago Alvarado de la Peña. Son el "licor de Sir Smith" (1); el "licor curtiente"; el célebre "jabón arsenical" de Jean Baptiste Bécoeur; la "pomada jabonosa" y el "licor espirituoso amargo", ambos propuestos en 1800 por Pierre François Nicolas; la mezcla en polvo de arsénico, alumbre (2) y sal marina; o el clásico baño curtiente para pieles de mamíferos a base de agua, alumbre y sal marina. Los dos últimos licores que ofrece Sánchez Caro son el "empleado en inyecciones" y el "líquido preservativo para los fenómenos y objetos que no pueden disecarse", es decir la solución de alcohol etílico, alumbre y agua para mantener los especímenes sumergidos en tarros de vidrio. Emplazo al lector interesado en conocer las composiciones y proporciones de las fórmulas, descritas ya en varias ocasiones en Taxidermidades, a que acuda al artículo El Manuel du Naturaliste Préparateur de Pierre Boitard.

A partir de aquí el autor prescinde de los consejos de Boitard. El apartado completo dedicado a la "Disección de los pajarillos y animales pequeños" es el siguiente:
   "Para no estropear un ave o animal delicado por su tamaño diminuto se le arrancan o sacan por el ano las vísceras que contiene en el bajo vientre. Se tapan bien con algodón hecho bolitas los agujeritos o heridas del tiro o municiones.
   Luego se vacía la cabeza traspasando el cráneo por la órbita de un ojo y tirando hacia afuera el cerebro con un limpia oídos hasta que esté bien.
   Se introduce éter, y se llena en seguida el cráneo y las órbitas con algodón.
   A continuación se inyectará por el ano con una jeringuilla cargada de éter.
   Se repite esta operación al día siguiente por el pico después de haber tapado el ano, y se continúa hasta que el cuerpo esté disecado y endurecido por el encogimiento de los músculos, y entonces queda asegurado y preservado de la putrefacción."

Y sigue con la "embalsamadura de las aves mayores":
   "Por el anterior proceder se pueden preservar las otras aves; pero es preferible el método que voy a exponer porque puede darse más gracia al individuo. Se coloca de espaldas. Se van separando con cuidado las plumas; se le hace una incisión con el escalpelo desde el cuello hasta el ano, y se van desollando por los lados cuidando de no cortar ni romper la piel ni desarticular ninguno de sus miembros.
   En seguida se extrae la carne y todas las partes blandas. Después se sacan los ojos cuidando de no reventarlos porque en este caso se mancharían las plumas con el humor vítreo que contienen, y sería algo difícil de remediar; y después con el limpia oídos se vacian los sesos por una de las órbitas, se quitan la lengua, la laringe y demás partes blandas, y por último debe quedar en estado de esqueleto.
   En tal estado se procede a untar toda la piel y huesos con el preservativo.
   Ahora falta ponerle en una buena actitud, a lo cual contribuye la colocación de los alambres.
   Con una lima se saca punta al 1º y se introduce a lo largo del cuello, penetra en el cráneo hasta salir port la frente. La otra punta debe doblarse y formar un corchete que se implanta en el hueso del pecho. (Esternon).
  Se aguzan sólo por una punta otros 2 alambres para las piernas, y clavándolos en las patas se hace que pasen por detrás del tarso, de la tibia y el fémur, y se fijan en el sacro por medio de otro corchete.
   Hecho esto, se espolvorean todas las partes del ave con alumbre.
   Después se hincha de algodón el cerebro y el cuerpo de estopa, se cose la piel, se le da una buena actitud, se ponen los ojos y se arregla el plumaje."

Justo al revés, lo que realmente propone el autor para los pájaros pequeños es la "embalsamadura", mientras que lo que descoloca al lector cuando aborda el apartado de las "aves mayores" es que parece no necesaria la extracción del cuerpo del sujeto sino que este debe "quedar en estado de esqueleto". Exposición caótica e incomprensible para el aficionado que por primera vez se aproximaba a la Taxidermia por medio de este libro, que prosigue con la sección "para embalsamar mamíferos":
   "Si el animal está vivo se debe matar con precaución, bien asfixiándole o por otro medio que no pueda desfigurarlo. Muchas veces lo he conseguido punzándole con una lanceta en el corazón. En el acto debe desollarse antes que se enfríe.
   Cuando esté muerto de algún tiempo se deben estirar sus miembros en diferentes direcciones y sentidos para volverle su flexibilidad.
   Se pone en una mesa boca arriba, se separan las piernas y se le hace una incisión que empezará desde el origen del esternón, y concluirá sobre dos pulgadas del ano poco más o menos. Mientras que se va cortando la piel con la mano derecha, se va separando con la izquierda el pelo por donde va pasando el escalpelo.
   Se procura no cortar más que la piel y no internarse para evitar un derrame de sangre, espolvoreando con yeso para secar los líquidos que pudieran manchar la piel.
   Debe irse desprendiendo esta, por la parte superior con el mango del escalpelo y con los dedos, tirando con cuidado y avanzando todo lo posible hasta llegar a la parte inferior.
   Cuando se haya desprendido hasta los muslos, se cortan estos por su articulación superior, lo que es lo mismo entre el fémur y el hueso de la pelvis, y se continua desollando hasta llegar a la cola.
   Si por su casualidad ocurriese que al llegar a la ingle se cortase la arteria femoral, produciría un derrame, y en tal caso se remedia con facilidad espolvoreando con yeso e introduciendo estopa.
   Al tratar de la cola se separan las primeras vértebras de su piel, y se corta por entre la 1ª y el sacro.
   Después se pasa a desollar el lomo y volviendo la piel cuando se halla completamente desprendida se echa sobre la cabeza del animal.
   Luego se continua por los hombros: se descubren y separan del tronco cortando la articulación del húmero con el omóplato. Habiendo llegado aquí se desuella el cuello, y al tocar el cráneo se corta la cabeza entre el agujero occipital y la primera vértebra. Se sacan los ojos con unas pinzas o por otro medio semejante, se limpia el hueco y se espolvorea con yeso para evitar las manchas que podría ocasionar el derramamiento de sangre. Debe cuidarse mucho de no tocar a los párpados porque cualquier imperfección en ellos sería irremediable. Para desarrollar la cabeza debe irse tirando la piel y desprendiéndola con las uñas. Al llegar aquí no se debe operar con ningún corte porque sería fácil herir la membrana. En las orejas debe arrancarse el saco membranoso que tienen y cortarlo a la mayor profundidad posible. Cuando ha llegado a la región de los ojos se debe procurar no estropear los párpados, para lo cual se tira un poco de la piel y se cortan los ligamentos con el escalpelo, y se prosigue desollando hasta la mandíbula.
   Cuando se ha concluido de desollar se quita toda la carne y partes blandas. Luego por medio de un golpe que se da en la parte del cráneo junto al paladar y las mandíbulas se abre y se sacan con más facilidad los sesos e introduce el alambre que ha de sostener la cabeza.
  Cuando el animal es pequeño puede suprimirse la operación de las mandíbulas. Si fuese grande debe ensancharse lo más posible el agujero occipital con una sierra de mano u otro instrumento a propósito.
   Después de haber sacado los sesos, se limpia bien el cráneo metiendo yeso y removiéndolo para secarlo bien por dentro. Cuando lo esté, se vuelve a echar la piel sobre el cráneo poniendo las orejas en su lugar y procurando colocarlas en su natural posición.
   Se pueden coser si se quiere a su cartílago, y para que se mantengan firmes sin arrugarse se las puede poner entre un naipe doblado atravesándola con un alfiler. Así deben permanecer uno o dos días mientras se sequen.
   Para introducir la piel en el baño se ponen dentro de ella los huesos de las piernas y para que se impregne mejor se deja la cabeza sin cubrir, pero todo dentro del baño. Todos los demás procedimientos, como en las aves grandes.
   Debe advertirse que sobre estas materias se aprende más con un rato de práctica con con mucha teórica y explicaciones."

Materiales de relleno.
Cierto es que con la práctica se va aprendiendo, pero quizá con unas "explicaciones" más precisas...  A continuación las del montaje de mamíferos.
   "Una vez henchido el cuerpo de algodón, estopa o heno según su tamaño, se procede a preparar los alambres que han de ser del número que convengan al tamaño del individuo, y cortados según el largo de sus proporciones. Se emplean para los cuadrúpedos naturales 6. Cuatro para las piernas y uno para el través del cuerpo, y otro más delgado para la cola. También es mejor poner sólo 3. Uno más largo para todo el cuerpo incluída la cola y los otros 2 para las manos y piernas, que se pasan por los corchetes que se han formado en el primero. Esto, además de ser más sencillo, ofrece más seguridad. Falta añadir a lo dicho, que después que se van colocando los alambres se les va envolviendo con estopa larga y en las piernas deben rodearse con la misma los huesos unidos por los alambres. Para ello debe empezarse por la parte inferior e ir subiendo hasta el muslo apretándolo bien y rellenándolo para que forme el mismo grueso que cuando tenían la carne.
   Si se quiere hacer con todo rigor y llegar al extremo de la perfección, no se debe descarnar una pierna sin haber rellenado la otra, sirviendo aquella natural, de original para las buenas proporciones de esta.
   Después de ejecutadas todas estas operaciones se coloca el individuo en su peana o zócalo.
   Los ratones, ardillas y otros animales de igual tamaño que no necesitan del baño deben lavarse bien con agua clara, y después peinarlos, cuya operación está de más, puesto que con el líquido del baño se limpian muy bien y sólo habrá que peinarlos."

Para terminar, el autor remata su caótico y breve tratado taxidérmico del siguiente modo:
                                      "De los fenómenos.
   En todas las familias y clases que componen el reino animal suelen encontrarse variedad de fenómenos más o menos notables, pero todos ofrecen más estudio que los otros que no salen del orden natural. Así es que son buscados con mayor interés y apreciados doblemente a medida que es más caprichosa su configuración.
   Para disecarlos se sigue el mismo orden que con los demás animales, y sólo se aumenta el número de alambres en proporción al de sus miembros.
                                        Conservación de reptiles.
   Basta con meterlos en un frasco que contenga espíritu de vino (3) debilitado con agua común o mejor destilada.
                                        Conservación de los pescados.
   Se deben lavar muy bien, y en seguida secar o enjugar con un lienzo sus escamas sin desperfeccionarflas y sumergirles en un licor preservativo como los reptiles, y en el que se conservan perfectamente."

Eso es todo. El volumen prosigue con el método "para separar en la fundición el oro y la plata", algo muy útil para el ciudadano con inquietudes y tiempo libre. Cierto es que un librito que pretende abarcar variadas materias ha de tratar estas de manera sucinta. Había dudado si incluirlo o no en Taxidermidades. Existen excelentes tratados y otros que, como este, no hubiéramos echado en falta. Su brevedad no obstante me ha permitido transcribirlo casi íntegro, circunstancia ventajosa que me ahorraba resumirlo, tarea nada fácil teniendo en cuenta que debía hacer entendible lo incomprensible.

Para terminar, algunos datos de la biografía del autor. El siguiente anuncio lo mandó publicar Sánchez Caro en el Diario de Avisos de Madrid del 15 de enero de 1836. Tenía entonces veintidós o veintitrés años:
   "D. Isidro Sánchez Caro, profesor de primera educación, y que ha tenido su clase en esta corte, que tanto le favorece, se ofrece a dar lecciones yendo a casa de los discípulos, exigiéndoles el estipendio mensual según sus facultades les permitan; todo por los métodos más modernos y en breve tiempo. Dará razón el sobrino del valenciano, Puerta del Sol, esquina a la calle de la Montera."

Pero entre su etapa de maestro a domicilio y la fecha de publicación de El artista práctico, Isidro Sánchez Caro, joven periodista con inquietudes políticas, tuvo un agitado periodo vital como editor de prensa. Lo fue durante un mes de El Porvenir en julio de 1837, acabando procesado y condenado a prisión, siguiendo los pasos de su antecesor en el cargo. Tenía entonces 24 años y estaba casado. Lo fue en 1839 del recién creado periódico de ideario democrático El Guirigay, acusado de subversivo y clausurado por los gobernantes de la época. Al año siguiente lo fue de La Revolución, otro periódico que tuvo que cerrar por presiones y que daría paso a El Huracán, donde Sánchez Caro aparecía asimismo como editor. En 1841 editaba El Cangrejo, una publicación que se subtitulaba como "diario político burlesco al nivel de las actuales circunstancias", que contaba en su redacción con parte de la plantilla de El Guirigay, de corte moderado conservador y partidario del pronunciamiento conservador moderado, partidario de la regente Maria Cristina de Borbón, de octubre de 1841. El mes anterior al golpe, editaba además El Correo Nacional y colaboraba con El Católico. En noviembre de 1841 fue condenado a dos años de prisión por un artículo publicado en El Correo. Meses después, en julio de 1842, el Diario de Sesiones de las Cortes publicaba la solicitud de Sánchez Caro para que se le eximiera del tiempo "que le falta por cumplir de la condena que se le impuso". En 1847 durante algunos meses fue el editor fundacional de La Prensa. Un periodo convulso de configuración del Estado liberal en España: la primera Guerra Carlista durante la regencia de María Cristina entre 1833 y 1840, la regencia del general Espartero entre 1840 y 1843, y el reinado de Isabel II hasta la Revolución de 1868. En 1871 Sánchez Caro tenía su domicilio en el número 18 de la madrileña calle Fuencarral. Quizá la publicación de El Artista Práctico fuera el medio para superar un bache económico. De ahí la calidad de la obra. Quizá durante algun tiempo Sánchez Caro, como afirma en la portada, se dedicara realmente a la maestría de obras y a la pintura de paredes y fachadas.


Notas.-
(1) Naturalista inglés que presidió la Sociedad Linneana de Londres.
(2) Bisulfato de aluminio, con propiedades curtientes.
(3) Alcohol etílico.


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Taxidermidades, 2020.


Bibliografía:
---  Diario de Avisos de Madrid, Madrid, 15 de enero de 1836.
Isidro Sánchez Caro  El artista práctico. Manual que trata de pintura, dorado, plateado y estucos; de moldear por todos los sistemas conocidos, de la fundición y del galvanismo; de la fotografía, retratos en papel y placa; del arte de disección y taxidermia y trabajos de cristal , Tipografía de don Juan Oliveres, Barcelona, 1866.

Recursos:
Artículo El "Manuel du Naturaliste Préparateur de Pierre Boitard en Taxidermidades.