"El Naturalista", grabado de Bernardo Rico de 1882.


El grabado que sigue apareció en la revista La Ilustración Española y Americana el 30 de mayo de 1882.

 
Grabado de Bernardo Rico de El naturalista, cuadro de Ferrándiz.

El texto alusivo decía: 
    "El Naturalista, cuadro de Ferrándiz. 
    La Exposición de Bellas Artes que ha organizado el Sr. D. Pedro Bosch, y cuya inauguración se efectuó en la tarde del 26 del corriente, es un supremo esfuerzo de la iniciativa individual: al par de cuadros originales de ilustres maestros de las escuelas españolas, hay expuestos algunos centenares de producciones artísticas, lienzos al óleo, acuarelas y dibujos al carbón de casi todos los autores contemporáneos. 
    El Sr. Bosch merece un aplauso; el público ilustrado de Madrid se le tributa sinceramente, al visitar las salas de la Exposición. 
    Allí está el cuadro de Ferrandiz, que reproducimos en el grabado de la pág. 336: titúlase El Naturalista, y parece, por su asunto, composición picaresca de Teniers (1). 
    El grave doctor está archivando los cachivaches de su gabinete, y la linda doméstica, que se alza sobre el frágil peldaño de una escalera de mano, coloca ordenadamente en el armario los objetos que le indica el émulo de Linneo... 
    Pero ¿creéis que ese austero naturalista dirige su mirada al pájaro disecado o a la brillante estalagtita? 
    '¡Y bien!, -diríase él, contestando acaso a las objeciones que le presente, con ceño de enojo, su amor a la ciencia- no es verdadero naturalismo contemplar con sabrosa delectación la torneada pierna de mi doméstica?'" 

El calenturiento redactor del texto anterior y responsable de expresiones como "linda doméstica", "brillante estalagtita" o "contemplar con sabrosa delectación la torneada pierna de mi doméstica" no es otro que el escritor, periodista y dramaturgo José Fernández Bremón a quien sus biografías, en su etapa como responsable de la sección Crónica general de La Ilustración Española y Americana, definen como un personaje que comentaba la actualidad "con sátira ligera e ingenio y sin decir las cosas claras". Lamentablemente no he localizado ninguna imagen del óleo original de Bernardo Ferrándiz. Desconozco además quién es su actual poseedor. La ilustración está firmada por Bernardo Rico. Los tres, tanto Ferrándiz, como Rico, como Fernández Bremón, lo comprobaremos al leer sus biografías, despuntaron en su tiempo en sus respectivos campos.

Detalle del grabado.
La simple contemplación del grabado, que mide 32x20 centímetros, nos traslada a un gabinete de Historia Natural posiblemente de mediados del XIX. Aunque sabemos que estuvo colgado en 1882 en Madrid, desconocemos en qué momento fue pintado el cuadro. Ferrándiz vivió en Málaga los últimos años de su vida, pero también residió en Valencia, Madrid, París y Roma. No sabemos por tanto, dónde podría estar ubicado el gabinete original retratado, si es que alguna vez existió, una habitación entarimada, de techo artesonado (2) y con estanterías repletas de animales en las paredes. El aspecto del naturalista, el "émulo de Linneo", que viste medias y aparentemente va tocado con peluca, no obstante se nos antoja como perteneciente al siglo XVIII. El gesto del naturalista es relajado y algo sonriente, pero de ahí a insinuar lo que quizá pudiera estar pensando... Los animales que reconocemos son en su mayoría europeos, aunque también los hay americanos, como el tití que hay sobre la mesa, la vicuña y el ñandú en la pared de la derecha, y el tucán de arriba en el rincón, justo delante de un ave del paraíso, proveniente de Oceanía.

Bernardo Ferrándiz.
El pintor Bernardo Ferrándiz Bádenes nació en el barrio del Cabañal de Valencia, en 1835. Se formó en la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, donde fue discípulo de Francisco Martínez. Más tarde ingresaría en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, asistiendo al taller de Federico Madrazo. En 1859 se trasladó a París donde fue alumno de Théodore Duret en la Escuela Imperial. Viajó por África e Italia. Expuso en París y en Roma y participó en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de 1860, 1862 y 1867 en Madrid, recibiendo medalla de segunda clase en las dos últimas. También expuso en la Exposición Universal de París de 1878. En 1868 ganó la oposición y se trasladó a Málaga donde se incorporó como catedrático de Colorido y Composición a la Escuela de Bellas Artes de San Telmo de Málaga, donde en 1878 sería nombrado director. Reconocido pintor de género, junto a su amigo Antonio Muñoz Degrain y a Joaquín Sorolla, es considerado uno de los tres pintores valencianos más destacados de su época. Su obra más importante es El Tribunal de las Aguas (1865) de la que hizo dos versiones, una que fue adquirida por Napoleón III y otra que se conserva en su ciudad natal. Ferrándiz falleció en Málaga en 1885.

El grabador Bernardo Rico.
El grabador Bernardo Rico Ortega nació en El Escorial, Madrid en 1830. Discípulo de Vicente Castelló y de Calixto Ortega, empezó a publicar en el Semanario Pintoresco Español y en La Ilustración, unas de las primeras revistas ilustradas que se publicaron en España. Presentó algunos grabados a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de Madrid de los años 1856, 1858, 1864 y 1866, donde fue premiado con medalla de tercera clase en las tres últimas. Colaboró en la revista La Ilustración de Madrid, en El Museo Universal y en su continuadora, La Ilustración Española y Americana, de la que llegó a ser responsable de su diseño, director artístico y jefe de talleres. Ilustró además algunas novelas y libros de arte e historia. Rico falleció en Madrid en 1894. La imagen de Bernardo Rico que acompaña estas líneas es un retrato al óleo pintado alrededor de 1870 por su amigo Raimundo de Madrazo Garreta, hijo del retratista Federico Madrazo Kuntz y nieto del pintor neoclásico José Madrazo Agudo, que se conserva en los almacenes del Museo del Prado de Madrid. 

José Fernández Bremón.
José Fernández Bremon, el autor del texto, nació en Girona en 1839. Huérfano de niño, fue criado por su tío que lo inició en la literatura. Emigró a Cuba y México y retornó a España. Colaboró en El Globo, El Bazar, Blanco y Negro, El Liberal, El Diario del Pueblo y Nuevo Mundo. Fue redactor en La España, La Época y La Ilustración Española y Americana. Entre sus libros podemos citar El libro de la Caridad (1879), Cuentos (1879), donde presagia el género literario de la ciencia-ficción, Gestas o el idioma de los monos (1883) y Siete historias en una: cuento (1885). También escribió teatro con escaso éxito. De convicciones conservadoras, gracioso y bromista y aparentemente excéptico, destapó plagios literarios y, aún siendo amigos y respetarse mutuamente, polemizó con Leopoldo Alas Clarín. Fernández Bremón murió en Madrid en 1910. La fotografía de la izquierda se publicó a toda página en la portada de La Ilustración Española y Americana del 30 de enero de 1910, con motivo de su fallecimiento.

Pedro José Bosch Llanas, comerciande de tejidos, tapices y marchante de arte, fue uno de los copropietarios del edificio que había sido la Platería de Martínez de Madrid, donde en mayo de 1874 abrió una exposición permanente, que se conocía como "los Salones del señor Bosch", con los artistas de más éxito de la época. La entrada costaba cuatro reales y los visitantes podían comprar las obras que colgaban de las paredes. Bosch, amigo personal de Federico Madrazo, fue el fundador del Puente de Vallecas, una colonia para trabajadores del ferrocarril que se ubicó en unos terrenos propiedad de su esposa, Josefina de la Presilla. La Platería de Martínez fue una Real Fábrica impulsada en 1778 por Carlos III con el objetivo de impulsar el arte de la orfebrería, cuyo nombre honoraba al platero aragonés Antonio Martínez Barrio. El edificio de la Platería se demolió en 1920.
 

La Platería de Martínez hacia 1918.

Notas.-
(1) David Teniers el Joven (1610-1690), pintor flamenco.
(2) Parece ser que el artesonado del cuadro reproduce el de un techo del Palacio de los duques de Mandas de Valencia. El pintor Bernardo Ferrándiz salvó el artesonado de la demolición de dicho palacio en 1865, y lo trasladó y montó en su finca malagueña de las Barcenillas.


Agradecimiento.-
Sirva este artículo como reconocimiento a Xavier Romero, amigo que me obsequió este grabado en 1991 y que me contagió su pasión por el coleccionismo.


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Taxidermidades, 2015.


Recursos: 
Artículo Los taxidermistas privados de Madrid durante el siglo XIX en Taxidermidades. 
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