Salvador Dalí y la Taxidermia.

Dali en su suite del hotel Ritz de Barcelona (1).
La  Taxidermia estuvo muy presente en la vida de Salvador Dalí Domènech (Figueres, España, 1904-1989). En buena parte de su obra aparecen como motivo ciertos animales como hormigas, saltamontes, caballos o rinocerontes, sujetos con simbolismo que el artista atribuiría también a algunos de los montajes taxidérmicos con los que convivió y que todavía están presentes en su Museo y en las casas del artista, abiertas al público.

Dalí estudió en el Instituto Ramon Muntaner de Figueres, uno de los más antiguos de España, un centro que disponía de una sala que albergaba un pequeño museo con decenas de animales disecados (2). Quizá aquel fuera su primer contacto con la Taxidermia. En 1926, después de ser expulsado de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, marcha a París, donde conoce a Pablo Picasso y se une al grupo de los surrealistas. Allí visitaria en varias ocasiones la centenaria tienda de Taxidermia Maison Deyrolle, un comercio donde precisamente Woody Allen filmó una escena de su Midnight in Paris (2011) en la que el actor Adrien Brody encarnaba al pintor.


El recibidor del oso en la Casa-Museo de Port Lligat, Cadaqués (3).


En 1930 Dalí compró una cabaña de pescadores en Port Lligat, cercana a Cadaqués donde su familia tenía su segunda residencia, a unos cuarenta kilómetros de su Figueres natal, que con el tiempo iría ampliando. Allí vivió regularmente entre 1949 y 1982 junto a su esposa Elena Ivanovna Diakonova Gala -se habían casado en 1934-. La visita es obligada. En esa residencia del pintor, actual Casa-Museo, el visitante accede en primer lugar al recibidor del oso donde, efectivamente, le da la bienvenida un oso polar disecado, regalo que recibió a mediados de los años treinta de su por entonces mecenas, el poeta multimillonario escocés Edward James, un ejemplar que anteriormente decoró el apartamento parisino del artista. Es esta una imagen muy recurrente en la entrada de numerosas casas burguesas del siglo XIX y principios del XX donde el oso, signo de poder, recibía a los invitados a menudo con una bandeja entre las manos, donde se solían depositar las tarjetas de visita o las copas durante alguna recepción. Dalí, que en su universo lo consideraba un animal protector, le colgó collares y lo adaptó a varias funciones, como lámpara -la sostiene en su mano derecha-, como portacartas y como paragüero -le colocó uno a sus pies-. Detrás del oso emplazó un búho real, encarnador para su propietario de la sabiduría, dispuesto a defender las presas que acaba de capturar, una paloma y un conejo también disecados que yacen en el pedestal bajo las garras de la rapaz. De hecho, se suele contar que cuando sus invitados se sorprendían en ese recibidor, Dalí les respondía "Aquí, en esta casa, todo está disecado".


La biblioteca de Port Lligat, con tres cisnes y un águila disecados (4).


La casa de Port Lligat contiene algunos ejemplos más de la querencia de su propietario por la Taxidermia. En la biblioteca se conservan un águila y tres cisnes disecados -hay un cuarto en otra sala- todos ellos con las alas más o menos extendidas. Los cisnes solían nadar en verano en la vecina bahía, y de ellos se cuenta que, con un casquete con una vela en la cabeza, iluminaban a la pareja en sus paseos nocturnos en barca, eso hasta que sumergían la cabeza. Cuando se fueron muriendo Dalí, que también los inmortalizaría en sus cuadros, los mandó disecar y los incorporó a la decoración. En el denominado comedor de verano, sobre la ventana cuelga una réplica de una cabeza de rinoceronte, que en vida de Dalí era auténtica (5), flanqueada con unas alas de buitre, también disecadas.


El comedor de verano decorado con una cabeza de rinoceronte y alas de buitre (6).


El rinoceronte, bastante recurrente y característico tanto en óleos como en esculturas fundidas en bronce durante la década de los cincuenta, es otra constante en la simbología de la obra del pintor. En 1955 en una de sus actuaciones públicas en París Dalí se encerró, protegido por una barrera de rocas, junto al rinoceronte del zoológico para pintar un cuadro. El artista llegó a afirmar que el cuerno del animal, símbolo fálico que no obstante para él representaba la castidad de la Virgen María, "guardaba las más divinas proporciones de la naturaleza, el trazo de Dios, puesto que crecía en una progresión espiral logarítmica". En 1956 fue entrevistado en el programa Tonight Show de la televisión norteamericana CBS. Dalí se negó a sentarse y permaneció de pie junto a una cabeza disecada de rinoceronte, momento que inmortalizó el fotógrafo Philippe Halsman (7). Si nos trasladamos al Museo Dalí de Figueres comprobaremos que se expone un cuerno de rinoceronte que sostiene una mandíbula de tiburón ante un fondo de pieles de faisán común, y que en otro espacio cuelga una cabeza de rinoceronte disecada sobre las réplicas de un pulpo gigante y del Moisés de Miguel Ángel, aunque quizá esa cabeza se trate también de una copia.


Salvador Dalí en 1956 durante una entrevista en la televisión CBS (8).


Durante una época de su vida Salvador Dalí convertía cada aparición pública en una performance artística. En el semanario Destino del 14 de mayo de 1960, e ilustrado con un par de fotografías de Josep Postius, en una de ellas el pintor posaba en el interior del comercio Taxidermia Palaus de la Plaza Real de Barcelona (9) con unos cuernos de búfalo acuático a modo de su característico bigote, y en la segunda en el exterior a lomos de una cría de rinoceronte de Java y rodeado de curiosos, el periodista Andreu Avel·lí Artís Sempronio firmaba la siguiente crónica:
   "Con Dalí el taxidermista de la plaza Real no sale de su asombro. Un día presentósele preguntando qué cantidad de hormigas se veía capaz de proporcionarle...
   Ahora, recién llegado de América, estuvo en la tienda para comprarle un crustáceo llamado buey, que sólo se da en mares cálidos.
   -Lo quiero para colgarlo en mi estudio al lado del "Cucut" (10) -dijo el pintor, que atraviesa una época de "cucutismo" agudo.
   Asegura que el "Cucut", en colaboración con el rinoceronte, salvarán el mundo. Y por todas partes ve cabezas de "Cucut" con su barretina (11) y su cara mofletuda.
   Luego, el original establecimiento del taxidermista le procuró ideas para hacerse las fotografías que brindamos en primicia a nuestros lectores."


Dalí sobre una cría de rinoceronte de Java en la plaza Real de Barcelona en 1960 (12).


El pie de la fotografía de Dalí en mitad de la plaza rezaba: "Sobre un rinoceronte disecado, Dalí adopta una gallarda postura, entre el regocijo de los niños de la plaza Real. Magnánimo, con dólares frescos, gratificó con veinte duros a los mozos del taxidermista que le sacaron el animal al centro de la plaza". La misma imagen aparecería en La Vanguardia. Y a pesar de lo que publicó ese mismo periódico en 1989 (13), Dalí no compró aquel rinoceronte. Se trataba de un ejemplar del zoo que, como otros animales fallecidos en el parque municipal, disecó Taxidermia Palaus y fue vendido al Museo de Ciencias Naturales del Carmen de Onda, Castellón, un centro anexo al colegio gestionado por los Carmelitas, un lugar donde sigue expuesto en la actualidad.


El caballo blanco de Dalí en el taller del taxidermista Joaquim Jover (14).


Dalí a lomos de su caballo (15).
A mediados de julio de 1971 Salvador Dalí dio una rueda de prensa en su suite de la quinta planta del hotel Ritz -actual Palace- de Barcelona, montado a lomos de un caballo blanco disecado. Se conservan fotografías de los operarios dispuestos a subirlo a peso -cuatrocientos cincuenta kilos- por las escaleras del hotel, y cómo no, de la cita de Dalí con los periodistas. La historia comienza un año antes cuando el pintor Joan Abelló, amigo de Dalí, por encargo de este compra el caballo con la ayuda del empresario taurino Pere Balañá. El animal es sacrificado en un matadero de Terrassa, Barcelona, y un taxidermista de aquella ciudad, Joaquim Jover Roig, es el encargado de hacer el trabajo, no muy conseguido por cierto. Una vez terminado, el 15 de julio Dalí manda trasladarlo al hotel Ritz y ante la prensa se lo regala a su esposa. La fiesta en aquella estancia se prolongaría hasta el día siguiente en que el pintor reapareció de nuevo ante los fotógrafos, subido al caballo, decorado este con algunas vírgenes de la Macarena, y al que bautizó con el nombre de Rocibaquinante, en referencia a Rocinante y Babieca, el jamelgo de Don Quijote y la montura del Cid Campedor. Por entonces el matrimonio Dalí estaba decorando la residencia de Gala del castillo de Púbol, ubicado en la localidad ampurdanesa de La Pera, y aquel sería su destino, donde aún permanece y puede verse.


El caballo disecado en el castillo de Púbol (16).


Notas y créditos:
(1) Fotografía de Enrique Pérez de Rozas publicada en La Vanguardia.
(2) Fundado en 1839, su museo todavía se conserva. La mayoría de los ejemplares disecados históricos son de principios del siglo XX, adquiridos sobre todo en comercios de Historia Natural de Barcelona como los de Lluís Soler Pujol o Joaquim Esteva Marata.
(3) Imagen propiedad de la Fundación Gala-Salvador Dalí.
(4) Fotografía de JAAC/Saltaconmigo.com.
(5) A finales de septiembre de 2011 la réplica fue objeto de intento de robo por parte de una mafia de traficantes de cuernos de rinocerontes que por aquella época hizo estragos en domicilios particulares y museos de todo el mundo. Al percatarse los ladrones de que se trataba de una copia, decidieron abandonarla.
(6) Imagen publicada por el diario El País en su suplemento Tentaciones del 5 de julio de 2017.
(7) Dalí y Halsman establecieron y mantuvieron una relación comercial entre 1941 y 1979.
(8) Fotografía de Philippe Halsman.
(9) Se cuenta que en Taxidermia Palaus, sucesores de Lluís Soler Pujol, además recibieron el encargo del pintor de disecar un tigre y un león, un hecho que no he podido comprobar.
(10) Se sobreentiende que se trata de un reloj de cuco.
(11) Gorro de paño rojo, abolsado y caído, típico de Cataluña; una prenda que lucía a menudo el pintor.
(12) Fotografía de Josep Postius publicada en Destino.
(13) Con motivo del fallecimiento del artista, entre las imágenes que publicó La Vanguardia, se encontraba la de Dalí sobre el rinoceronte, y su leyenda afirmaba que el pintor lo había comprado.
(14) Imagen de la agencia Europa Press.
(15) Fotografía de Enrique Pérez de Rozas distribuida por la agencia Efe. En aquella época Pérez de Rozas trabajaba para las agencias Efe y Cifra, además de para La Vanguardia.
(16) Fotografía de Subaru, editor del blog Una mirada hacia Japón.


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Taxidermidades, 2018.


Bibliografía:
---  El final de una aventura surrealista , La Vanguardia, Barcelona, 24 de enero de 1989.
Andreu Avel·lí Artís   El establecimiento del taxidermista proporciona ideas al calenturiento cerebro daliniano , en Destino, Barcelona, 14 de mayo de 1960.
Josep Playà Maset   Las performances del Dalí provocador , en Culturas, suplemento de La Vanguardia, Barcelona, 8 de noviembre de 2018.
R.-M. Wennberg   Tarrasa: un taxidermista local disecó el caballo blanco de Dalí , La Vanguardia, Barcelona, 17 de julio de 1971.

 
Recursos:
Página web de la Fundación Gala-Salvador Dalí.