Soler y Palaus: 121 años de Taxidermia.

Lluís Soler Pujol.
Lluís Soler Pujol nac en 1871 en Santpedor, Barcelona. Fue el segundo de nueve hermanos y, como mandaba la tradición, estaba destinado a la carrera eclesiástica. La comenzó, pero dejó los hábitos por falta de vocación. Lluís Soler se trasladó a Barcelona donde comenzó trabajando de barbero mientras estudiaba en la Universidad, donde acabó la carrera de Ciencias Naturales. Discípulo del taxidermista Francesc Darder, fue el continuador natural de su actividad. Se estableció por su cuenta en 1889. Soler, que aún no había cumplido los treinta años, se casó en 1899 con Carme Boix Valls, la hija del propietario de la Imaginería Boix del Portal de l'Àngel. Tuvieron nueve hijas.

A finales del siglo XIX había unos cuantos comerciantes en Europa que, como se decía entonces, "proveían de objetos de Historia Natural": Ward en Londres, Deyrolle, Verreaux y Dreyfus en París, Darder en Barcelona, Benedito en Valencia. Se solía vender por catálogo y se enviaba a cualquier rincón de la geografía.

En el prólogo de su Manual de Taxidermia (1908) que autoeditó, en la exposición de motivos que justificaban la escritura y publicación del libro, Soler nos cuenta algunos detalles de su biografía:
   "Por lo que a mí se refiere, puedo afirmar, desde luego, que joven todavía comencé a dedicarme a las labores taxidérmicas, luchando con la gravísima dificultad de carecer por completo de todo elemento que pudiera orientarme en el cultivo de lo que eran entonces meras aficiones, ya que no tenía a mi alcance una persona a quien consultar mis primeros pasos, ni un tratado donde poder ilustrarme; de suerte que anduve vacilante e inexperto hasta tanto que logré ser admitido en los talleres de un distinguido naturalista de esta capital (1) , de donde salí algunos años después, cuando aquel puso fin a su comercio, para ejercer la profesión en cuyo desempeño han venido favoreciéndome diferentes corporaciones y sociedades de toda la Península, juntamente con gran número de familias de la sociedad barcelonesa que han confiado a mis modestos trabajos la disecación de ejemplares, formación de colecciones anatómicas, zoológicas, etc., etc.
   Durante este tiempo, obedeciendo a las inclinaciones de mi voluntad y haciendo caso omiso de toda suerte de sacrificios, he visitado los museos de París, Londres, Berlín, Leipzig y los de otras poblaciones de menor importancia, admirando las interesantes colecciones que en aquellos se contienen, la manera de disponer los ejemplares… siéndome posible estudiar los sistemas seguidos en los talleres extranjeros para dar a aquellas simples pieles de mamíferos, aves, reptiles… la forma que tenían en su estado vital."
(1) Mi particular amigo, D. Francisco de A. Darder, Director de la Colección Zoológica del Parque de Barcelona.
Luís Soler preparando una pantera en el año 1908.

Dicho manual contiene una fotografía donde vemos a Lluís Soler preparando una pantera. Precisamente, sobre este librol La Vanguardia publicaba el 29 de septiembre de 1908 en la sección Notas bibliográficas:
   "Manual de Taxidermia para la preparación de las especies zoológicas", por don Luís Soler i Pujol.
   Forma una obrita de 145 páginas con 125 grabados, dispuestos de manera que contribuyen poderosamente a la comprensión del texto, dando a la obra un carácter eminentemente práctico. Contiene entre otras cosas, un estudio del objeto y de la utilidad de la taxidermia, su historia y su cultivo en España; la taxidermia considerada como arte; un estudio sobre la preparación de las aves, los mamíferos, los peces, los reptiles, los crustáceos, etc., terminando con otro estudio acerca de la taxidermia aplicada a la peleteria, preparación de cabezas sueltas, preparaciones osteológicas y botánicas y conservación de los Museos de historia natural.
   El señor Soler, con la publicación de su obra, no sólo ha demostrado sus profundos conocimientos en la materia, sino que ha prestado un gran servicio a cuantos se dedican a dicho ramo, aclarando algunos puntos que, hasta ahora, habían permanecido confusos." 
El Museo de París era el más importante a a finales del s. XVIII y la primera mitad del XIX. El de Londres destacaba por sus vitrinas con dioramas, más propio de la tradición inglesa. Los museos alemanes ya aplicaban las técnicas de la dermoplastia de Martin que más tarde popularizaría Ter Meer en Leipzig. Los hermanos Benedito, ahora instalados en Madrid, aunque algo más tarde, importaron las nuevas tendencias de montaje y presentación de las piezas naturalizadas que aún hoy se pueden admirar en el Museo Nacional de Ciencias Naturales. Soler lo intentó en el Museo de Barcelona.

La tienda de la calle Rauric en 1889.
Alrededor de 1900 la Casa Luis Soler Pujol estaba ubicada en las calles Rauric, 16 y 18, y Heures, 8 y 10, de Barcelona. El 19 de noviembre de 1901 se podía leer el siguiente anuncio en La Vanguardia: "Luis Soler Pujol, disecador, participa a sus clientes haberse trasladado al nº 9 de la misma calle de Raurich (cerca Fernando VII)". Quizá se tratara de un traslado provisional, posiblemente para renovar la tienda, puesto que en los catálogos de los años diez seguía siendo la esquina de las calles Rauric y Heures el domicilio comercial. En uno de esos catálogos podemos ver fotografías de su local: armarios expositores en las paredes, leones, un oso, un ciervo, una mesa con pájaros, una vitrina repleta de esqueletos, una serpiente cerca del techo y casi una treintena de cajas pedagógicas, estas últimas muy conocidas porque llegaron a casi todos las institutos de segunda enseñanza que se crearon en España a mediados del siglo XIX a partir de la publicación de la Ley Moyano. Aquellos institutos y los colegios regentados por religiosos fueron sus más importantes y fieles clientes.

En 1908 se celebró en Zaragoza el Primer Congreso de Naturalistas Españoles. Lluís Soler participó con la ponencia titulada Taxidermia: Su proceso de formación. Taxidermia moderna: sus aplicaciones científico-industriales donde hacía un breve resumen histórico, apuntaba algún detalle sobre la técnica y exponía las diferentes aplicaciones de la taxidermia.

El 21 de noviembre de 1908, La Vanguardia publicó la noticia del nombramiento de Soler como preparador del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona.
   "El tribunal censor de las oposiciones a la plaza de preparador y disecador del Museo Municipal de Ciencias Naturales, ha acordado proponer, por mayoría de votos, a don Luis Soler y Pujol.
   Los ejercicios prácticos que han durado ocho días, se han efectuado en el Museo Martorell, consistiendo en preparar y disecar un conejo de Indias."
Más detalles sobre la plaza que obtuvo en el museo municipal, los conocemos por una carta publicada el 13 de septiembre de 1983 en La Vanguardia, firmada por su hija Anna:
   "(…) Como hubiesen muchos pretendientes a dicha plaza de preparador-conservador, el Ayuntamiento de aquella época acordó unas oposiciones que las ganaría quien [pre]sentara el mejor trabajo y fuese el pueblo quien lo votase. Y así fue que fue mi padre el ganador [de la plaza] de preparador-conservador del Museo de Zoología de Barcelona. (…)"
Lo cierto es que Lluís Soler tuvo como oponente al médico y taxidermista Pau Xavier d'Areny Plandolit, que nunca aceptaría aquella derrota, llegando incluso a impugnar la decisión del tribunal y convirtiéndose en declarado enemigo.

En la misma carta, Anna Soler Boix, viuda de Palaus, comenta algunos trabajos y méritos de su padre:
   "Mi padre hizo preparaciones muy famosas, muchas aves, entre ellas una en una reproducción del campanario del Pino con unos halcones atacando a las abundantes palomas que allí había; grupos de osos polares, cabras hispánicas, elefantes e incluso una ballena, desaparecida durante la Guerra Civil, pero cuyas fotos todavía conservo, etcétera. En nuestro museo particular de la Plaza Real hay una familia de gorilas de enormes proporciones. Mi padre fue también uno de los fundadores del Instituto Catalán de Historia Natural, tuvo medallas de oro en 1902 y 1912, y en Zaragoza, 1908, diploma de honor en Buenos Aires, 1911 y su memoria ha desaparecido por completo.
  No quiero silenciar a los aficionados a este arte que en nuestro museo particular se preparó una cabeza blanca de caballo, propiedad de S. M. Alfonso XIII, hace unos años cedida a una firma comercial que nos la pidió con mucha insistencia."

 

Diorama de los halcones peregrinos (1913).
El diorama de los halcones peregrinos capturados en la Iglesia de la Virgen del Pino, y naturalizados por Lluís Soler en al año 1913, aún se pueden ver en el Museo de Zoología.

Años más tarde, en 1919, aprovechando el veraneo de su familia lejos de Barcelona, Soler traslada el negocio al número 10 la plaza Real, entonces una muy buena ubicación y con un alquiler bastante elevado. Su esposa, hija de banquero y ahorradora donde las hubiera, no habría aprobado el traslado del negocio. Aquel local de la plaza Real tenía tres niveles: sótano, planta baja y piso.  En el sótano se encontraba la sección de escultura y esqueletos. El piso se dedicaba a los trabajos de taxidermia. La planta baja la ocupaba la tienda. El rótulo de la puerta rezaba Museo Pedagógico de Ciencias Naturales, aunque al negocio se le conocía popularmente como el Museo de las Bestias. En el año 1921 reeditó el Manual de Taxidermia donde podemos ver una fotografía de la fachada: además de la entrada, cinco escaparates. Vendían y aceptaban encargos de taxidermia, pero también vendían minerales y fósiles. Folch, propietario de una de las mayores colecciones de minerales de Europa compró su primera pieza a Lluís Soler.

La buena marcha de la empresa a principios del s. XX invitaba a la aparición de la competencia. El ya mencionado Areny-Plandolit abrió un primer comercio similar en 1911 en la calle Hospital, 61; Joaquim Esteva Marata, propietario del Bazar Ibérico de la Ronda Universidad, 37, comenzó en 1909 a aditar catálogos con material escolar y Taxidermia; o el entomólogo y taxidermista Felip Ferrer Vert que se estableció en 1928 en la calle Muntaner, 15, y que como continuador del negocio de Areny-Plandolit en los años cuarenta ocuparía precisamente el número 10 de la plaza Real. Un ejemplo del potencial de Soler como proveedor lo hallamos en la compra de casi 1.500 cajas educativas, 180 insectarios, 140 prensas para herborizar, etc., que la Dirección General de Primera Enseñanza efectuó en 1915, y de otras cerca de 1.500 cajas en 1916, para destinarlas a colegios de toda España. Ya en 1914 había ganado igualmente el concurso público. Por cierto, en competencia, entre otros, con Areny-Plandolit y Esteva Marata. Por entonces Soler empleaba a cincuenta trabajadores.
 

El Museo Pedagógico de Ciencias Naturales en el año 1921.

 
Lluís Soler Pujol murió en Barcelona el 28 de marzo de 1923. Ese mismo año se planteaba trasladar la tienda a la esquina de la Rambla con la calle Ferran, una nueva ubicación que haría su negocio más visible. Sin lugar a dudas, Soler fue un emprendedor. Maria del Carme Boix, a la que le sobrevivían cuatro hijas, continuó el negocio con el nombre comercial de Vda. de Luís Soler y Pujoly más tarde, en el año 1926, lo trasladaría al número 8 de la misma plaza, menos visible y con una renta más baja. Durante aquella época publicó anuncios en la revista ilustrada Ibérica, editada en Barcelona.
 

Josep Palaus Seigi, yerno de Luís Soler (foto archivo familiar).

 
Maria del Carme Boix moriría en 1948, a la edad de 75 años. En aquel momento le sobrevivían ya tan sólo dos hijas, Anna y María Teresa. Anna se había casado en 1929 con Josep Palaus Seigi, con el que tuvo seis hijos: Josep Lluís, Francesca, Maria del Carme, Xavier, Frederic e Ignasi. Josep Palaus, hijo de un conocido jardinero de Granollers conoció a Anna Soler Boix en La Roca, donde veraneaba la familia Soler. Ya hacía algunos años que Josep Palaus llevaba la riendas del negocio. No era taxidermista, era empresario. Desde principios de los años treinta hasta 1979, fecha de su muerte, fue Josep Palaus quien se situó a la cabeza del negocio familiar. Sin los conocimientos científicos de su suegro, pronto destacó en la vertiente comercial. Durante la Guerra Civil una patrulla de la FAI se lo llevó para darle lo que se llamaba un paseo. Uno de los componentes de la patrulla se hizo cargo de él. Lo salvó. Dos años encerrado y con el miedo a ser fusilado le provocó un trauma que le costó superar. Durante aquellos dos años, el establecimiento fue gestionado por los propios trabajadores, hasta que Anna Soler, mujer decidida y con seis hijos a los que mantener, se puso de nuevo al mando de la tienda. Acabada la guerra, Josep Palaus avaló y salvó a aquel miembro de la FAI que a él le salvó la vida. Por una entrevista a la revista Jóvenes conocemos que en el año 1964 trabajaban 25 personas "entre obreros y dependientes".
 

Interior de la tienda en el año 1964.

 
Entre los personajes famosos que pasaron por la tienda de la plaza Real encontramos el escritor Josep Maria de Sagarra. El pintor Joan Miró, que vivía cerca, a menudo pasaba largos ratos ante los escaparates. Salvador Dalí posó ante la tienda a lomos de un rinoceronte disecado. Salvador Dalí, recién acabada la guerra les encargó 100.000 hormigas. No puedieron complacerle. El pintor ampurdanés acostumbraba a acercarse a la tienda un par de veces al año. Encargó disecar un tigre y un león. En 1960, tras comprar un buey de mar, posó para la prensa en el interior de la tienda con los cuernos de un búfalo acuático a modo de bigotes y en plena plaza a lomos de un rinoceronte que actualmente se conserva en el Museo de Ciencias Naturales El Carmen de Onda, Castellón. Mario Cabré visitó la tienda para encargar el disecado de la oreja del toro que brindó a Ava Gardner durante el idilio que tuvo el torero con la estrella de Hollywood mientras rodaba en Cataluña Pandora y el holandés herrante. En aquella singular tienda se rodaron escenas de películas y decenas de piezas disecadas se alquilaron a productoras de películas y anuncios. 

Numerosas colecciones se nutrieron del Museo Pedagógico de Ciencias Naturales. Algunas de las mas famosas: la ya comentada Folch, de minerales; la Cervelló Bachs, también de minerales; la Bot, de malacología; la Pons
Oliveras, de aves; la Domènech, también de aves. Muchas de esas colecciones se donaron al Museo de Geología y al Museo de Zoología de Barcelona.


Garza real disecada en los años cuarenta. Colección IES Vicens Vives, Girona.

 
En el año 1979 fue Anna Soler Boix, viuda de Josep Palaus, quien pasó a dirigir la empresa familiar. Lo hizo hasta su muerte, en 1986. Ya en los años setenta había comenzado el declive. Los institutos y escuelas dejaron de nutrir sus colecciones. Los museos abandonaron el mantenimiento y el enriquecimiento de las colecciones, la política de compras cambió y apenas encargaban el disecado de alguna pieza a algún investigador de plantilla aficionado a disecar. Los Palaus continuaron vendiendo ojos de vidrio para taxidermia hasta que quedaron como los únicos fabricantes artesanos en España. La competencia aumentó con el surgimiento de nuevos establecimientos especializados en minerales, malacología..., la motorización y la consiguiente movilidad de los clientes, y la competencia de nuevos taxidermistas, muchos de ellos formados en el mismo taller de Palaus. Los ojos de vidrio de importación, más industriales y perfeccionados, se imponían.

En 1986, los hermanos Carme, Frederic e Ignasi Palaus Soler se hicieron cargo conjuntamente del negocio. Francesca había fallecido y los otros dos hermanos siguieron distintos caminos: Josep Lluís se hizo jesuíta y Xavier, licenciado en Ciencias Naturales y autor de un manual de taxidermia, se dedicó al estudio científico de los animales y a otros negocios. Durante la década de los 80, el descenso de la actividad se veía acompañada por la degradación del entorno de la plaza Real que, una vez más, se tornaba en una zona marginal. Carme, siempre tras el mostrador, mientras Frederic e Ignasi ejercían la taxidermia. Con la intención de renovar la tienda y salir a la búsqueda de nueva clientela, los hermanos Palaus Soler abrieron una sucursal en la calle París -entre Casanova y Villarroel-, otra en el Pueblo Español de Montjuic, y una tercera en Sitges. Todas tuvieron que cerrar.


En un intento de cambiar la imagen de la plaza Real el ayuntamiento de Barcelona promovió la restauración de sus edificios. También la de los pisos superiores del Museo Pedagógico. Allí se alojaron el aquitecto Oriol Bohigas, los escritores Maria Aurèlia Campmany y Jaume Vidal Alcover, y el economista Santiago Costa. El premio Nobel Gabriel García Márquez, en su etapa de Barcelona, recibió una invitación para vivir allí. En aquella plaza también vivieron durante un tiempo Lluís Llach y Josep Maria Flotats. Aquel intento municipal no funcionó.
 
Años después, en el diario La Vanguardia del 23 de octubre de 1991, el cronista de la ciudad Lluís Permanyer escribe un artículo con el título Adiós al taxidermista, que empieza:  
   "Me acabo de enterar, y con el disgusto imaginable, de que el taxidermista de la plaza Reial ha cerrado sus puertas. Se había convertido en un mal negocio y el local, de gran amplitud -sótano, planta y entresuelo-, será ocupado por una cervecería."
El local de la plaza Real se vendió tras la separación del negocio de los hermanos Federico e Ignacio. En el año 1991, Carme Palaus es la única titular. Al año siguiente crea la empresa Carmen Palaus Soler S.L., con un pequeño capital social y tres trabajadores en plantilla. Los nuevos locales, situados en la plaza de las Palmeras, estaban formados por una pequeña tienda, un despacho y una par de habitaciones, también pequeñas, una donde se fabricaban los ojos de vidrio y otra donde Ignasi Viladevall, el marido de Carmen, químico de profesión, tenía instalado un pequeño laboratorio. En la fachada un rótulo: Carmen Palaus. Ciencias Naturales. Bajo el letrero, una puerta de entrada y una reducida ventana-escaparate con reja. Carme e Ignasi no se jubilaron nunca. Mientras vivieron mantuvieron la tienda abierta.

En Europa, que yo tenga conocimiento, sólo quedaban dos establecimientos de Taxidermia centenarios, la Maison Deyrolle de París, fundada en 1831, y la regentada por la familia Palaus Soler de Barcelona, fundada en 1889. Carme Palaus falleció a finales de 2008. Su marido Ignasi a principios de 2010, a la edad de 81 años. La saga de taxidermistas más conocida de Cataluña llegó a su fin tras 121 años de historia.

El recuerdo de niños -o no tan niños-, ahora ya adultos, que abrían unos ojos como platos al entrar, llenos de curiosidad, en aquella singular tienda de la Plaza Real, amplia, no muy luminosa, pero repleta de animales, piedras y caracoles, todavía es muy recurrente en la actualidad.


Notas añadidas:
(*) Entre los meses de noviembre de 2013 y enero de 2014 tuvo lugar en la Fundació Setba de Barcelona la exposición El Taxidermista de homenaje a la conocida tienda de la plaza Real.
(*) En noviembre de 2021 se publica el libro El Taxidermista de la plaça Reial a cargo de Miquel Carandell Baruzzi y Núria Viladevall Palaus


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Taxidermidades, 2013. 


Bibliografía: 
Hemeroteca de  La Vanguardia.
Javier Palaus Soler  La taxidermia , De Vecchi. Barcelona, 1977.
Sempronio  El establecimiento del taxidermista proporciona ideas al calenturiento cerebro daliniano , en la revista Destino, nº 1188, Barcelona, 14 de mayo de 1960. 
Luís Soler Pujol   Manual de taxidermia ,  editado por el autor, Barcelona, 1908.
Luís Soler Pujol   Catálogo nº 5. Entomología, Taxidermia, Botánica, Microscopia, etc., Imprenta Bartra Laborde, Barcelona, [1913].
Luís Soler Pujol   Manual de taxidermia , Museo Pedagógico de Ciencias Naturales, Barcelona, 1921.
Ignasi Viladevall Padrosa   Memòries de la família Viladevall Palaus , manuscrito, Archivo Municipal de La Roca, Barcelona, 2000. 


Recursos:
Artículo Las etiquetas comerciales de Lluís Soler y sus sucesores. Cronología en Taxidermidades.
Artículo "Manual de Taxidermia" (1908) de Lluís Soler Pujol en Taxidermidades.
Artículo "El Taxidermista de la plaça Reial", perpetuando su recuerdo en Taxidermidades
Artículo Salvador Dalí y la Taxidermia en Taxidermidades.