"La gaviota" -disecada- de Antón Chéjov.

Gaviota argéntea joven disecada (1).
Se trata de una de la grandes obras teatrales del autor ruso Antón Chéjov. La Gaviota (1895) es un drama coral ambientado en la campiña rusa en el que los infelices personajes principales, la ingenua Nina, joven actriz hija de un terrateniente, la mediocre y veterana actriz Irina Arkádina, su hijo Konstantín Tréplev, aspirante a escritor, y Trigorin, escritor famoso y pareja de Irina, muestran su complejidad, su frustación y amargura, su fracaso, sus desvanecidos sueños, su conflicto entre lo romántico y lo artístico.
 
La gaviota que da título sobrevuela toda la obra, primero muerta, más tarde en sentido figurado, y finalmente disecada. Aparece por vez primera en la segunda escena del segundo acto (2):
 
"TREPLEV.- (Entrando sin sombrero, y llevando en la mano una escopeta y una gaviota muerta.) ¿Está usted sola?
NINA.- Sola, sí.
(TREPLEV deposita la gaviota a los pies de ella.)
NINA.- ¿Qué significa esto?
TREPLEV.- ¡Cometí hoy la infamia de matar a esta gaviota, y la pongo a sus pies!
NINA.- ¿Qué le pasa?
(Coge la gaviota y la contempla.)
TREPLEV.-
(Después de una pausa.) ¡Pronto, del mismo modo, me mataré yo!
NINA.- ¡No le reconozco!
TREPLEV.- ¡Puede..., pero después que yo he dejado de reconocerla a usted! ¡Ha cambiado tanto conmigo!... ¡Su mirada es fría y mi presencia la molesta!
NINA.- ¡En este último tiempo se ha vuelto usted irritable! ¡Se expresa siempre de un modo incomprensible y por medio de símbolos! ¡También esta gaviota será, seguramente, un símbolo, sólo que..., perdone..., no comprendo cuál!...
(Deja la gaviota sobre el banco.) ¡Soy demasiado sencilla para comprenderle!
TREPLEV.- ¡Todo empezó aquel anochecer, cuando, de modo tan necio, fracasó mi obra!... ¡Las mujeres no perdonan el fracaso!... ¡Lo he quemado todo! ¡Hasta la última!"
 
Y al final de la segunda escena:
"TRIGORIN.- ¡Qué bien se está aquí! (Reparando en la gaviota.) ¿Qué es eso?
NINA.- Una gaviota... La mató Konstantin Gavrilich.
TRIGORIN.- Es un pájaro bonito... ¡En serio que no tengo gana de marcharme! ¡Vea de convencer a Irina Nikolaevna de que se quede!
(Anota algo en el libro.)
NINA.- ¿Qué escribe usted ahí?
TRIGORIN.- Nada... Tomaba una nota. Se me ha ocurrido, de pronto, un argumento.
(Escondiendo el libro.) El argumento de una novela corta... Verá... «A la orilla de un lago, desde la infancia, vive una joven»... ¡Exactamente igual que usted!... «¡Esta joven ama el lago y es feliz y libre como la gaviota...; pero un día..., de modo casual..., llega un hombre, la ve y, por hacer algo, la mata..., como mataron a esta gaviota...» (Pausa.)"
 
Nina, personaje que encarna en la obra el espíritu de la gaviota, es un alma libre que pretende convertirse en actriz. Quizá participará en una obra de Tréplev, de quien en principio se enamora. En la segunda escena del tercer acto Nina se despide de Trigorin:
"NINA.- (Suspirando.) ¡No!... ¡Lo que tengo en la mano es sólo un garbanzo!... ¡Estaba echando a suertes el hacerme o no artista!... ¡Si tuviera a alguien que me aconsejara.
TRIGORIN.- En eso no se puede aconsejar.
(Pausa.)
NINA.- ¡Vamos a separarnos, y quizá no nos encontremos más!... ¡Le ruego acepte como recuerdo este pequeño medallón!... Encargué grabaran aquí sus iniciales, y por este otro lado el título de su obra "Días y noches"...
TRIGORIN.- ¡Muy fino!...
(Besando el medallón.) ¡Un regalo maravilloso!
NINA.- ¡Acuérdese alguna vez de mí!
TRIGORIN.- Me acordaré... ¡Me acordaré de usted como era en aquel claro día!... ¿Lo recuerda?... Hace una semana. Iba usted vestida de blanco, y nos pusimos a charlar... Sobre el banco estaba echada una gaviota también blanca...
NINA.-
(Pensativa.) ¡Una gaviota..., sí! (Pausa.) Viene gente. No podemos seguir hablando... ¡Antes de marcharse, concédame dos minutos!... ¡Se lo suplico! (Sale por la izquierda. En ese mismo momento entran por la derecha ARKADINA y SORIN; este vestido de frac y con una condecoración en el pecho. Detrás, IAKOV, ocupado en la preparación del equipaje.)
ARKADINA.- ¡Mejor sería que te quedaras en casa, viejo! ¿Cómo vas a ir de visitas con tu reuma?
(A TRIGORIN.) ¿Quién acaba de salir de aquí? ¿Nina?
TRIGORIN.- Sí."
 
En la segunda escena del cuarto acto han transcurrido algunos años.  Tréplev conversa con su tío Sorin, el dueño de la finca, el médico Dorn y el maestro Medvedenko, y revela a estos qué fue de Nina. La joven se escapó de su casa, fue desheredada por su padre, mantuvo una relación con Trigorin, con quien tuvo un hijo que murió. Trigorin, que seguía con Arkádina, abandonó a Nina, que efectivamente consiguió su propósito de convertirse en actriz. La carrera de Nina fue en declive, comenzó en Moscú y acabó en provincias. Tréplev la seguía a todas partes aunque ella no quería ni verlo. Más tarde recibió cartas suyas que ella firmaba como La Gaviota, unas misivas sin quejas que él percibía como escritas por una persona desgraciada. Nina se alojaba en una fonda.
 
En la tercera escena de ese cuarto acto, se encuentran reunidos de nuevo en la finca Trigorin, Arkádina, Tréplev, Shamráiev, el administrador de la propiedad, y Masha, hija de este. Juegan a la lotería todos excepto Tréplev, que se dirige a su mesa de escritorio. Shamráiev se dirige a Trigorin:
"SCHAMRAIEV.- (A TRIGORIN.) Aquí tenemos algo que le pertenece, Boris Alekseevich.
TRIGORIN.- ¿El qué?
SCHAMRAIEV.- Konstantin Gavrilich mató un día una gaviota, y usted me encargó que se la disecara.
TRIGORIN.- No recuerdo.
(Pensativo.) No recuerdo...
MASCHA.- Sesenta y seis!... ¡El uno!
TREPLEV.-
(Abriendo la ventana y escuchando.) ¡Que oscuridad! ¡No comprendo por qué siento esta inquietud!
ARKADINA.- ¡Kostia! ¡Cierra la ventana! ¡Entra mucho aire!
(TREPLEV cierra la ventana.)
MASCHA.- ¡Ochenta y ocho!
TRIGORIN.- ¡La partida es mía!
ARKADINA.-
(Alegremente.) ¡Bravo! ¡Bravo!"
 
Los jugadores marchan a cenar y Tréplev queda solo en el escritorio. Oye golpes en la puerta del jardín. Tréplev abre sorprendido y entra Nina:
"TREPLEV.- Qué extraño me resulta verla!... ¿Por qué no me dejó nunca acercarme a usted?... ¿Porqué no ha venido hasta ahora?... ¡Sé que hace ya casi una semana que está aquí!... ¡Varias veces, diariamente, he ido a la casa donde se hospeda, y me he parado bajo sus ventanas como un mendigo!
NINA.- ¡Temía que me aborreciera! ¡Todas las noches sueño con que me mira y no me reconoce!... ¡Si usted supiera!... ¡Desde el día mismo en que llegué he rondado por aquí..., por la orilla del lago! ¡Muchas veces estuve junto a esta casa, sin decidirme a entrar! ¡Sentémonos!
(Se sientan.) ¡Sentémonos y hablemos! ¡Qué bien se está aquí!... ¡Qué ambiente acogedor!... ¿Oye usted el ruido del viento?... Turgueniev dice así en una de sus obras: «¡Qué bienestar el del que, en noches inclementes, se encuentra bajo un techo!... ¡El del que tiene un cálido rincón!»... Yo.., soy una gaviota... No..., no es eso... (Se frota la frente con la mano.) ¿De que estaba hablando?... Ah, sí... Turgueniev... «¡Y que Dios proteja a todos los caminantes a quienes falte un cobijo!»... No..., no es nada... (Solloza.) Pasará..
(...)
NINA.- ¿Por qué decía usted que besaba la tierra por donde he pisado?... ¡Lo que se debería hacer conmigo es matarme!... (Inclinándose sobre la mesa.) ¡Estoy tan cansada!... ¡Qué bueno sería descansar!... ¡Descansar!... (Levantando la cabeza.) Soy una gaviota... No..., no es eso... ¡Soy una artista! (Se oyen las risas de ARKADINA y TRIGORIN. NINA escucha primero, corre luego a la puerta de la izquierda y mira por la cerradura.) ¡También él está aquí!... (Volviéndose hacia TREPLEV.) No es nada... ¡Sí!... ¡El no tenía fe en el teatro!... ¡Se reía de mis sueños!... ¡Yo también, poco a poco, dejé de creer en él y mi ánimo fue decayendo!... ¡A esto se unía la inquietud amorosa..., los celos..., un eterno temor por el pequeño!... ¡Me volví mezquina..., nula!... ¡No daba un sentido a mis papeles, no sabía que hacer con mis manos ni tenerme en escena!... ¡Tampoco era dueña de mi voz!... ¡Usted no sabe lo que es tener conciencia de que se ejecuta un papel terriblemente mal!... ¡Soy una gaviota!... ¡No..., no es eso!... Un día..., ¿lo recuerda?..., mató usted una... «¡El azar llevó allí a un hombre!... ¡El hombre vio a la gaviota y la mató por hacer algo!»... ¡Argumento para una novela corta!... No es eso... (Se frota la frente con la mano.) ¿De qué estaba hablando?... ¡Ah, sí!... Hablaba de la escena... ¡Ahora soy otra!... ¡Ahora soy una verdadera artista!... ¡Represento mis papeles con fruición..., con entusiasmo!... ¡Se apodera de mí como una embriaguez en el escenario, y me reconozco a mí misma maravillosa!... ¡Aquí ando..., ando incesantemente y, mientras ando y pienso, siento cómo crecen de día en día las fuerzas de mi alma!... ¡Ahora, Kostia, sé y comprendo que en nuestras profesiones - tanto escribiendo como representando- lo principal no es la gloria, ni el brillo, ni la realización de los sueños!... ¡Lo principal es saber sufrir!... ¡Lleva tu cruz y ten fe!... ¡Yo la tengo, y por eso mi sufrimiento es menor!... Y cuando pienso en mi vocación, no temo a la vida. 
TREPLEV.- (Tristemente.) ¡Porque ha encontrado su camino! ¡Conoce dónde va!... ¡Yo, en cambio, floto en un caos de sueños e imágenes, sin saber para qué ni para quién esto es necesario! ¡No creo, y no sé cuál es mi vocación! 
NINA.- (Escuchando.) ¡Tsss!... Me voy. Adiós. Cuando sea una gran artista, venga a verme trabajar. ¿Me lo promete? ¡Ahora, todavía!... (Estrechándole la mano.) Es ya tarde..., los pies apenas me sostienen, estoy débil, y tengo hambre. 
TREPLEV.- ¡Quédese! ¡Le daré de cenar! 
NINA.- ¡No, no!... ¡No me acompañe!... Los caballos están cerca... ¿Conque..., la trajo consigo?... ¡Bah! ¡Es igual!... ¡Cuando vea a Trigorin..., no le diga nada!... ¡Le quiero!... ¡Le quiero incluso más locamente que antes!... «¡Argumento para una novela corta!»... ¡Le quiero! ¡Le quiero apasionadamente..., hasta la desesperación!... ¡Qué bueno era todo antes, Kostia! ¿Lo recuerda?... ¡Qué vida tan clara, tan cálida, tan alegre, tan pura!... ¡Qué sentimientos!... ¡Semejantes a los de las flores más tiernas y delicadas!... ¿Se acuerda? (Recitando.) «¡Gentes, leones, águilas y codornices!... ¡Ciervos astados! ¡Gansos! ¡Arañas! ¡Peces silenciosos que poblabais el agua! ¡Estrellas del mar y demás seres que el ojo humano no alcanza a ver!... ¡Vidas todas, vidas todas, vidas todas, en suma..., que girasteis sobre vuestro triste círculo y os apagasteis!... ¡Hace ya mil siglos que la tierra no contiene ni un solo ser vivo, y que esta pobre luna enciende en vano su farol!... ¡En el prado ya no despiertan con un grito las grullas, ni se oye el chasquido del escarabajo en la arboleda de los tilos!» (De un movimiento impulsivo abraza a TREPLEV, y sale corriendo por la puerta de cristales.) 
TREPLEV.- (Tras una pausa.) No conviene que nadie la vea en el jardín... Podrían contárselo a mi madre, y le disgustaría... (En el espacio de un minuto rasga todos sus manuscritos y los arroja debajo de la mesa. Luego abre la puerta de la derecha y sale por ella.) 
DORN.- (Tratando de abrir la de la izquierda.) ¡Qué raro! ¡Parece enteramente que está cerrada! (Entrando y volviendo a colocar la butaca en su sitio.) ¡Carrera de obstáculos!"
 
Polina Andreevna es la esposa de Shamráiev y Iákov un peón de la finca. La escena final es muy breve:
"Entran ARKADINA y POLINA ANDREEVNA seguidas de MASCHA y de IAKOV, que transporta unas botellas. Después, SCHAMRAEV y TRIGORIN.
ARKADINA.- El vino tinto y la cerveza para Boris Alekseevich, póngalo ahí encima de la mesa. ¡Vamos a jugar y a beber! ¡Sentémonos!
POLINA ANDREEVNA.-
(A IAKOV.) Puedes traerte el té al mismo tiempo... (Enciende las velas y se sienta a la mesa de juego.)
SCHAMRAIEV.-
(Deteniéndose con TRIGORIN ante el armario.) Aquí tengo aquello de que le hablaba... (Sacando del armario la gaviota disecada.) ¡Su encargo!
TRIGORIN.-
(Mirando la gaviota.) ¡No recuerdo!... (Queda un momento pensativo.) ¡No recuerdo!... (Por el lado de la derecha y fuera de la escena suena un disparo. Todos se estremecen.)
ARKADINA.-
(Asustada.) ¿Qué es?
DORN.- Nada. ¡Seguramente algo que ha estallado en mi botiquín!... ¡No se preocupe!
(Sale por la puerta de la derecha, regresando medio minuto después.) ¡Exactamente lo que les decía! ¡Ha estallado el frasco del éter!... (Canturreando.) «¡Ante ti otra vez, fascinado estoy!»
ARKADINA.-
(Sentándose a la mesa.) ¡Uf!... ¡Qué susto me he llevado!... ¡Me acordé de cuando...! (Se cubre el rostro con las manos.) ¡Hasta se me ha nublado la vista!...
DORN.-
(A TRIGORIN, al tiempo que hojea una revista.) Hace unos dos meses venía aquí un artículo... Era una carta de América sobre la que quería preguntarle algo... (Cogiéndole por la cintura y atrayéndole hacia las candilejas.) Es cuestión que me interesa mucho... (Bajando la voz.) ¡Llévese de aquí a Irina Nikolaevna! ¡Konstantin Gavrilich se ha pegado un tiro!"
 
La falta de memoria de Trigorin respecto a la gaviota disecada es pues una alegoría de su historia con Nina, con quien tuvo un hijo, y a quien ya tampoco recuerda.

 
Chéjov junto a Stanislavski leyendo La gaviota a los actores de la compañía del Teatro de Arte de Moscú (3).

 
Tras un accidentado estreno en 1896 en el Teatro Aleksandrinski de San Petersburgo -la obra fue abucheada y la actriz principal perdió la voz-, La Gaviota se representaría poco tiempo después en el Teatro de Arte de Moscú, adaptada y dirigida por Konstantín Stanislavski, que la convirtió en todo un éxito.

 
Notas y créditos:
(1) Trabajo propio.
(2) Traducción de E. Podgursky. Véase bibliografía.
(3) Fotografía de Petr Pavlov.

 
© All rights reserved. ® Reservados todos los derechos.
Taxidermidades, 2021.
 
 
Bibliografía:
Antón Chéjov  Teatro completo , traducción de E. Podgursky y A. Aguilar , Aguilar, Madrid, 1959.
 
Recursos:
Artículos sobre Taxidermia y Teatro en Taxidermidades.
Artículos sobre Taxidermia y Literatura en Taxidermidades.