"Owney", la mascota del Servicio Postal de los Estados Unidos.


Owney (1).


Se cuenta que hacia 1888 Owney, un perro callejero con traza de terrier, solía acompañar a su propietario, empleado de correos, a su trabajo en la oficina de Albany, Nueva York, y que se había acostumbrado a dormitar sobre las sacas de cartas. El animal incluso no permitía que nadie que no fuera funcionario de correos tocara las bolsas. El trabajador renunció al empleo y, creyendo que Owney sería más feliz quedándose allí, no se lo llevó consigo. Albany era entonces un nudo ferroviario importante y Owney comenzó a viajar en los vagones postales acompañando las valijas, y más tarde en trenes correo.  Los ferroviarios postales comenzaron a considerarlo talismán.
 
 
Detalle del arnés con sus medallas (1).

 
En ocasiones desaparecía durante meses. Cuando sus viajes comenzaron a ser cada vez más largos, los empleados de la oficina postal de Albany, preocupados por que se pudiera identificar al perro y llegado el caso, devolverlo, le colocaron un collar con una etiqueta metálica que decía "Owney, Post Office, Albany, New York". Trabajadores de oficinas de correos de otras ciudades hicieron los mismo, con lo que se convirtió de hecho en la mascota no oficial del Servicio de Correo Ferroviario de los Estados Unidos. Por donde quiera que fuera al pobre animal le colgaban, etiquetas, medallas conmemorativas o con inscripciones, monedas e incluso llaveros de hotel. Aquella parafernalia metálica tintineante se convirtió en parte de su identidad.
 

Owney posa en un vagón postal junto a trabajadores de correos (1).

 
En 1893 fue dado por muerto tras un accidente en Canadá, pero reapareció. A lo largo de toda su vida Owney recorrería los 48 estados contiguos de los Estados Unidos. El director general del Servicio Postal de Estados Unidos (USPS) de la época, John Wanamaker, terminó nombrándolo mascota oficial del Servicio Postal Ferroviario y mandó confeccionar un arnés que permitiera al perro lucir sus medallas, pero con el tiempo estas se convertirían en un problema. De vez en cuando algunos empleados aliviaban de peso al sufrido animal y mandaban las medallas a Albany o a la central de correos de Washington D.C. para que las custodiaran. Se sugiere que a lo largo de su vida Owney llegó a recibir más de mil.
 

Owney junto a un empleado (1).

 
En 1895 Owney daría la vuelta al mundo viajando junto a las sacas de correos a bordo de trenes y barcos. Por iniciativa del jefe de postal local y con el propósito de publicitar la ciudad, partió de Tacoma, Washington el 19 de agosto, y durante cuatro meses viajó por Asia, Oriente Medio y Europa, haciéndose mundialmente famoso. Su regreso a Nueva York el 23 de diciembre, en vísperas de Navidad, fue seguido por los periódicos estadounidenses. Alguno publicó que el animal fue recibido por el emperador de Japón, que le otorgó dos pasaportes y varias medallas con escudos de armas.

Son varias las anécdotas que de él se narran. En una ocasión Owney se quedó junto a una saca que había caído accidentalmente durante el reparto. Cuando los empleados regresaron a la oficina principal, echaron de menos al perro, y cuando volvieron sobre sus pasos lo encontraron custodiando el costal. En uno de sus viajes a Quebec, Canadá, un jefe de correos local lo mantuvo en una perrera y solicitó a la oficina de Albany que le reembolsaran dos dólares y medio por los gastos de manutención. Una colecta permitió su regreso a casa.
 

Posando de nuevo para el fotógrafo (1).

 
Owney fue envejeciendo. Se movía con dificultad, había enfermado dos veces y su carácter había cambiado. El gerente del Servicio de Correo Ferroviario de Chicago ordenó a sus empleados que no permitieran viajar en los trenes correo al que llamó de forma despectiva "perro mestizo". J. M. Elben, trabajador de correos de San Luis, Misuri, lo acogió durante algún tiempo. Se calcula que había recorrido 230.000 kilómetros.

Las circunstancias de la muerte de Owney no están claras. Los obituarios de los periódicos informaron que el animal había enfermado y se había vuelto agresivo. Lo cierto es que el 11 de junio de 1897 fue sacrificado a tiros en Toledo, Ohio, tras solicitarlo al alguacil el jefe de la oficina local de correos, después de que supuestamente el animal atacara a un subordinado. Algunas versiones apuntan a que el empleado encadenó al perro a un poste del sótano y avisó a un periodista local para que escribiera la crónica del célebre visitante. Owney no estaba acostumbrado a semejante trato y ello quizá contribuyera a su agresión.
 

En su ubicación actual en el Museo Postal Nacional de Washington (1).

 
Representantes de empleados de correos de todo el país clamaron para que su mascota no fuera enterrada, considerando que debía ser preservada y expuesta en la sede central de la compañía, y con dicho propósito organizaron una cuestación. En consecuencia los restos de Owney se mandaron a un taxidermista. En la Exposición Universal de San Luis de 1904 fue expuesto por el Servicio Postal. En 1911 pasó a ser propiedad de la Smithsonian Institution. En 1926 se expuso en la Exposición Internacional del Sesquicentenario de Filadelfia. Entre 1964 y 1992 estuvo en exposición en el Museo Nacional de Historia Estadounidense de Washington, y en 1993 se trasladó al recién inaugurado Museo Postal Nacional, dependiente igualmente de Smithsonian, donde comparte espacio con un vagón postal. El mismo Museo Postal conserva 377 medallas de Owney.
 
El primer sello de Owney que emitió el USPS.
Varios libros recuerdan su historia y el Servicio Postal de los Estados Unidos editó dos sellos con su imagen, el último conmemorativo en 2011. Aquel mismo año Paul Rhymer, taxidermista del Museo Nacional de Historia Natural restauró a Owney: durante el proceso limpió el pelo de los restos del arsénico empleado en su preparación, se sustituyeron los ojos de vidrio por otros más reales, se remodeló el hocico para asemejarlo al original que tenía en vida, se repuso pelo donde faltaba y se repintó.



Créditos:
(1) Imágenes propiedad del United States National Postal Museum/Smithsonian Institution.
 
Bibliografía:
Pope, Nancy, A.  The Post Offices Best Friend. Owney the Mail Dog , en Postmasters Advocate, abril de 2011, págs. 46-52.

Recursos:
Artículos sobre Perros y Taxidermia en Taxidermidades.