El hipopótamo del Museo de la Universidad de Pavía.

El hipopótamo de la Universidad de Pavía (1).


Según escribió Georges Louis Leclerc, conde de Buffon, en su Historia Natural, a mediados del siglo XVI Pierre Belon describió imperfectamente un hipopótamo que vio en Constantinopla. En 1600 el cirujano italiano Federico Zerenghi capturó dos ejemplares en el delta del Nilo, junto a la ciudad de Damieta, y tres años después editó Vera Descrittione dell'Hippopotamo, un opúsculo de unas veinte páginas que el naturalista francés valoraría como la primera descripción fiable y de primera mano. El siguiente fragmento pertenece a la obrita de Zerenghi:
   "Más tarde, el día diecinueve me interné allí con ese propósito, vimos a unas doce millas de Damiata dos hipopótamos, macho y hembra, pastando. Fue el veinte de julio del año de nuestra salud de 1600 cuando los hombres que apostados a este efecto cavaron un hoyo en tierra del tamaño necesario, no muy lejos del lugar donde fueron vistos en el río, cubierto sutilmente con ramas, tierra y hierba, colocado de modo que no se pudiera conocer de modo alguno el engaño. Durante el ocaso del mismo día, cuando regresaban de pastar, ambos volvieron al río por el mismo camino. Gran cosa fue que ambos en un mismo punto cayeran en la fosa, lo cual fue presenciado por los hombres que los vigilaban. Enterado fui con mi jenízaro (2), y disparamos tres arcabuzazos en la cabeza, con arcabuces más grandes de lo ordinario, de cuyos tiros murieron casi al instante sin más que un doloroso mugido más parecido al del búfalo que al del caballo. Al día siguiente los mandé sacar de la fosa, desollarlos con diligencia, salar sus pieles y llenarlas de hojas de caña de azúcar, y de allí las envié a El Cairo donde con mayor comodidad las mandé resalar, algo para lo que se precisaron cuatrocientas libras de sal por piel. Cuando a mi regreso en el año 1601 las llevé a Venecia, y de allí a Roma, mostrándolas a numerosos médicos y entendidos simplistas (3), muy pocos de ellos los conocían. (...) Permítanme nombrar aquí al señor Gieronimo Aquapendente, médico ilustre en Padua, que dijo no encontrar diferencia alguna entre el hipopótamo y este individuo, sólo los dientes, y que quería remodelarlo (4) según él lo imaginaba para desengañar a la gente. Lo conocía el señor Ulisse Aldrovandri, según me escribió Alessandro, mi hermano de Bolonia, que me pidió en una suya que, después de dejarle ver el hipopótamo macho en su domicilio de Bolonia, le haría gracia que le mandara el dibujo de la hembra, y que en agradecimiento por ello en su volumen, que estaba al punto de llevar a imprenta, haría una honorable mención a mi nombre."

El dibujo que Zerenghi mandó a Aldrovandri.


Zerenghi había ofrecido a finales de 1602 la pareja de hipopótamos al gran duque de la Toscana Fernando I de Médicis como adorno de la Galeria degli Uffici, aunque no obtuvo respuesta. Se conoce también que probablemente sirvieron de modelo al pintor flamenco Peter Paul Rubens, que recién llegado a Italia sirvió como pintor de corte para los duques de Mantua, que los incluiría en algunas de sus pinturas como La caza de hipopótamos y cocodrilos o Neptuno y Anfitrite.

El naturalista Aldrovandri fallecería en 1605 pero el dibujo se grabó e incluyó, también la mención a Zerenghi, en el libro tres del segundo volumen dedicado a los cuadrúpedos que se publicó en 1637. El esbozo que Zerenghi le mandó fue del animal ya montado, un hecho que sumado a su propio testimonio escrito nos lleva a creer que fue realmente Girolamo Fabrici d'Acquapendente, prestigioso anatomista discípulo de Gabriele Falloppio y catedrático de Cirugía en la Universidad de Padua, el personaje que hacia 1602 proporcionó de nuevo volumen a la piel del animal "según él lo imaginaba", lo que lo convertiría en el disecador conocido más antiguo cuyo trabajo todavía perdura, ambos datos inéditos hasta el presente, tanto la identidad del responsable del montaje como el hecho de convertirse quizá en el taxidermista más remoto con una obra todavía viva.

Portada del opúsculo de Zerenghi.
Más de siglo y medio después, el 14 de junio de 1775, durante los actos de inauguración de la nueva sede de la Academia de Ciencias y Bellas Artes de Mantua, el abad Giovanni Girolamo Carli, secretario de la institución, leyó la primera parte de una "elaboradísima Memoria sobre un grande y bien conservado cadáver de hipopótamo que se encuentra en este naciente Museo de Historia Natural", según leemos en la publicación impresa con el resumen de los actos que se organizaron. Dos días más tarde Carli leyó la segunda parte de su Memoria "en la que, con vastedad de erudición y finísimo criterio, examinó todas las descripciones que se han hecho del hipopótamo desde la Antigüedad", y más adelante "probó que nuestro cadáver es el mismo que aquel que Federico Zerenghi trajo a Italia". Durante su disertación Carli informó a los asistentes de que el ejemplar provenía del gabinete de curiosidades del Palacio Ducal de Mantua.

El matemático alemán Joseph Fürttenbach en su Neues Itinerarium Italiae (1627), dejó testimonio de su visita al Palacio Ducal mantuano, donde vio el cuerpo momificado de Rinaldo Passerino Bonacolsi sentado a horcajadas sobre el hipopótamo. Bonacolsi fue a principios del siglo XIV el último Señor de Mantua de su saga familiar, y murió durante una rebelión popular. Su sucesor, Luis I Gonzaga, aficionado a coleccionar curiosidades, mandó embalsamarlo y colocarlo sobre el hipopótamo exponiéndolo junto a otros objetos naturales como un armadillo, un cocodrilo, un cuerno de unicornio -narval-, una "vaca marina", la "cría de un dragón de siete cabezas", o la cabeza embalsamada de un hombre. Fürttenbach lo describió así:
   "Un ternero, también llamado caballo de mar (5), tan grande como un buey, pero no tan alto de patas; Es un animal torpe en sí mismo, con una cabeza grande y mandíbulas grandes provistas de cuatro grandes dientes curvos, cada uno de dos palmos y medio de largo. Esta bestia parece como si estuviera viva, pero sólo está rellena, la piel tiene una pulgada de grosor. Sobre él se alza el cadáver de Passerino Bonacolsi, cubierto con una capa, para que las damas no se asusten. Fue asesinado hace mucho tiempo por un mantuano, y de hecho todavía se puede observar una herida muy grande en el cráneo, y sangró de tal manera superficialmente por todo el cuerpo tal como ahora aparece, y se secó y tostó, como una momia. Fue abierto por un costado, por lo que también es posible ver parte de los intestinos, algo sorprendente."

Vista frontal del hipopótamo (6).


Vicente I Gonzaga, fallecido en 1612, fue quien creó el gabinete de curiosidades. A su muerte fue sucedido por Fernando II Gonzaga, definido como de gusto ecléctico y extraño y de carácter contradictorio, que prosiguió coleccionando naturalia y mirabilia. Desconozco en qué momento y circunstancias ingresó el hipopótamo en el Palacio Ducal de Mantua. Aquella cámara de maravillas, que ocupaba cuatro salas denominadas con el nombre de los cuatro elementos, se conoció con el nombre de Galería de Passarino Bonacorsi, puesto que en la última de ellas, la dedicada al fuego, se exhibía la momia de Bonacorsi a lomos del animal. El trofeo embalsamado permaneció sobre el hipopótamo hasta que, según cuenta la tradición, Susana Enriqueta de Lorena, la última duquesa de Mantua, cansada de ver aquella macabra imagen, mandó arrojarlo al lago. Se extendió la leyenda de que el cadáver de Bonacolsi era el que salvaguardaba las posesiones de la dinastía, creencia que se confirmaría en 1708 cuando los Gonzaga fueron despojados de propiedades y señorío.

A finales de los años diez y principios de los veinte del siglo XVIII las estancias que ocupaba la Galería de Passarino cambiaron de uso, dedicándose a biblioteca, pero a pesar de que el hipopótamo no figuraba entre los bienes del Palacio Ducal inventariados en 1714, nuestro protagonista debió permanecer allí almacenado. Reapareció más de medio siglo después. En 1768 Maria Teresa I de Austria, reina de Hungría, emperatriz consorte del Sacro Imperio Romano Germánico y duquesa de Mantua desde 1740, déspota ilustrada, al amparo de la Academia Nacional Virgiliana creó la Real Academia de Ciencias, Letras y Bellas Artes. A partir de 1775 la Academia y su gabinete de Historia Natural se instalaron en el Palazzo degli Studi, un colegio que los jesuitas tuvieron que abandonar dos años antes tras decretar el Papa la disolución de la orden. Es ahí precisamente donde durante los actos de inauguración, el secretario de la Academia Giovanni Girolamo Carli, diserta sobre el hipopótamo como especie y sobre la historia del ejemplar disecado. Años después los fondos del Museo de la Academia se incorporarían a los del Liceo de enseñanza media alojado en el edificio. Las piezas duplicadas se venderían al Liceo del Seminario.


En la piel de la cabeza se aprecian los parches que disimulan los arcabuzazos.


En 1777 Giovanni Serafino Volta, canónigo honorífico de la basílica de Santa Bárbara de Mantua, se traslada a Pavía para estudiar Ciencias Naturales. Cuatro años después es nombrado Conservador interino del Museo de Historia Natural de la Universidad de Pavía, una institución fundada en 1771 por iniciativa del naturalista Lazzaro Spallanzani asimismo bajo el auspicio de Maria Teresa I de Austria. En 1783 parte de los fondos del Liceo de Mantua se trasladan  al Museo de Pavía, y el mantuano Volta sería acusado por sus airados paisanos de ladrón por permitir el empobrecimiento de las colecciones locales. Volta escribiría  a Spallanzani:
   "Llegué a tiempo para asegurar el envío del hipopótamo a este Real Museo. Partió el pasado jueves día 5 con el carruaje de Mambrini, y quizá llegará antes de fin de mes. Los mantuanos siguen culpándome de haber robado ese animal a su tierra natal."

Volta regresaría a Mantua en 1787. En 1791 el sacerdote jesuita español Juan Andrés Morell (8), de viaje por Italia, escribió a su hermano (9):
   "De la biblioteca pasé al museo de historia natural, donde no estaba el prefecto Spallanzani, de quien te hablaré después; pero hallé el Señor Brugnatelli y a su abate custode, de cuyo nombre no me acuerdo (10), y uno y otro me favorecieron gentilmente. Una larga galería contiene el reino animal, en el cual además de la copia hay la raridad y valor de algunas piezas. Rarísimo es el hipopótamo, excelente pieza que fue de los duques de Mantua, y pertenecía a este naciente museo; pero que por orden de la corte se transportó al rico y decoroso de Pavía. Un cocodrílo y algunos otros animales grandes acompañan al hipopótamo para adornar el medio de aquella galería."

Detalle de la boca. Los colmillos superiores están rotos.


En la actualidad el hipopótamo, que se limpió y restauró en 1995, sigue expuesto en el Museo de la Universidad de Pavía, compartiendo espacio con otros ejemplares disecados históricos de finales del XVIII, los mismos que vio Juan Andrés, como un cocodrilo del Nilo de 1782, un delfín mular de 1781 y un tiburón mako datado en 1790. La gruesa piel del animal, como sucede con ejemplares contemporáneos de ciertas especies como caimanes o cocodrilos, le han permitido sobrevivir al paso de los siglos y llegar hasta nuestro tiempo con casi la misma apariencia que tuvo en sus orígenes. Observándolo, toscamente henchido, además del agujero en la espalda donde en su momento se insertó el soporte de la momia de Passerino, podemos apreciar en la piel de la cabeza los parches que intentan disimular los disparos de arcabuz que causaron su muerte. Los colmillos superiores están rotos. Examinando la cabeza da la impresión de que, a diferencia de lo que sucedió con un ejemplar análogo, el hipopótamo de Bóboli del Museo de la Universidad de Florencia, donde no se aprovechó, Fabrici d'Acquapendente sí se sirvió del cráneo original.

El Museo, que se encuentra en la Via Guffanti número 13, ha ido variando sus limitados horarios. Si desea verlo la mejor opción es concertar la visita.


Biografía de Girolamo Fabrici d'Acquapendente. 

Girolamo Fabrici d'Acquapendente.
Girolamo Fabrici o Fabrizio nació en 1533 en el pueblo de Acquapendente. Estudió Medicina en Padua gracias a la protección de algunas familias nobles venecianas, doctorándose en Filosofía y Medicina alrededor de 1559. Fue discípulo de Gabriele Falloppio a quien sucedió en 1565 como profesor de Anatomía y Cirugía. Promotor del Teatro Anatómico (1594), recibió el título de Supernumerario vitalicio de la lectura de Anatomía  en 1600 y de la de Cirugía en 1603. De carácter difícil y algo negligente con sus deberes como profesor, como investigador era infatigable. Como médico atendía gratuitamente a los pobres y entre sus pacientes trató a sus amigos el teólogo y científico Paolo Sarpi y el astrónomo Galileo Galilei, y también a miembros de familias poderosas como los Gonzaga, los Médicis, e incluso al rey de Polonia Segismundo III Vasa, lo que le proporcionó además de mayor reconocimiento, importantes ingresos económicos y numerosas distinciones. Entre sus alumnos destacarían Giulio Casseri, Adriaan van der Spieghel, Ole Worm, Caspar Bartholin el viejo y William Harvey, descubridor de la circulación sanguínea.

Su contribución a la Ciencia es ingente. Describió las válvulas de las venas, estudió el ojo, el oído y el mecanismo de la voz, analizó los tumores, los herpes, las hernias, y numerosas infecciones y patologías. Escribió el primer tratado de embriología comparada. Es autor de al menos dieciséis tratados. Fabrici se casó con Violante Vidal, con quien no tuvo descendencia, aunque se conoce que tuvo un hijo natural llamado Francesco antes de contraer matrimonio. Girolamo Fabrici, que tenía su residencia en la Via San Francesco, falleció el 21 de mayo de 1619. En el momento de su muerte había reunido un capital de unos 200.000 escudos, una suma que a pesar de sus claras disposiciones fue disputada por sobrinos y sobrinos-nietos.

Grabado de la publicación de Zerenghi.


Notas.-
(1) Imagen obtenida en Mantovaguide.com .
(2) Soldado otomano que lo custodiaba y protegía.
(3) Los simplistas o simples eran botánicos que cultivaban plantas medicinales en los denominados orto o giardino dei semplici.
(4) En el original "farlo ristampare", cuya traducción literal es hacerlo reestampar o reimprimir, pero que en italiano solamente adquiriría sentido con el sinónimo remodelar, es decir, volver a modelar o a montarlo. No existía entonces en Italia un verbo equivalente a disecar aunque pronto se empezaría a usar impagliare, en español empajar o rellenar. El término taxidermia no se comenzará a emplear hasta principios del XIX. En la descripción de otro ejemplar similar, el hipopótamo de Bóboli del Museo de la Universidad de Florencia, que data de alrededor de 1680, Giovanni Tagioni Tozzetti, director del Orto Botanico, en el inventario de su museo de 1763 también se refirió a aquel ejemplar disecado con el término stampa.
(5) Fürttenbach quizá quiso decir "caballo de río". Etimológicamente, en griego hippos significa caballo, y potamós, río.
(6) Esta y las siguientes fotografías son propiedad del Museo de Historia Natural de la Universidad de Pavía.
(7) Algunos de los especímenes que permanecieron en el Liceo de Mantua, todavía pueden admirarse en el Museo de Historia Natural del Liceo Clásico Virgilio, ubicado en el mismo Palazzo degli Studi.
(8) Es considerado como la principal figura de la llamada Escuela Universalista Española del siglo XVIII, en la que se incluyen naturalistas como Antonio José Cavanilles, José Celestino Mutis o Juan Ignacio Molina.
(9) Sus cartas familiares dando cuenta del viaje se publicaron en 1793. Véase bibliografía.
(10) Luigi Valentino Brugnatelli (1761-1818), médico y profesor de Química en la Universidad de Pavía, se aventuró como editor de obras científicas en los campos de la Física, la Química y las Ciencias Naturales. Fue precisamente en su Biblioteca Física d'Europa donde insertó la obra del abad Vincenzo Rosa Metodo de preparare e conservare gli Uccelli per i Gabinetti di Storia Naturale (1789), el primer tratado de Taxidermia italiano. Rosa fue nombrado en 1787 conservador de la sección "del Reino animal" del Museo de Historia Natural de la Universidad de Pavía, por lo que bien pudo ser él el "abate custode" cuyo nombre no recordaba Andrés en su carta.


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Taxidermidades, 2019.


Bibliografía:
---  Ragguaglio delle funzioni fattesi in Mantova per celebrare l'inaugurazione della nuova fabbrica della Reale Accademia delle Scienze e Belle Arti , Erede di Alberto Pazzoni, Mantova, 1775. 
Ulisse Aldrovandri   De quadrupedibus digitatis viviparis libri tres. De quadrupedibus digitatis oviparis libri duo , Nicholaum Tebaldium, Bolonia, 1637.
Juan Andrés Morell   Cartas familiares del abate Juan Andrés a su hermano Carlos Andrés, dándole noticia del viaje que hizo a varias ciudades de Italia en el año 1791 , vol. 4, Imprenta de Sancha, Madrid, 1793.
George Louis Leclerc Buffon  Obras completas aumentadas por Cuvier , Bergnes, Barcelona, 1833.
Giancarlo Malacarne y otros  Dai Gonzaga agli Asburgo. L'inventario del 1714 di Palazzo Ducale , Edizioni Speroniane, Mantua, 2008.
Federico Zerenghi   Vera Descrittione dell'Hippopotamo , Pandolfo Malatesta, Milán, 1603. (libro electrónico) 

Recursos:
Artículo El "Hipopótamo de Bóboli" del Museo de la Universidad de Florencia en Taxidermidades.
Artículo Algunos de los animales disecados más antiguos que se conservan en Taxidermidades.
Artículo "Huberta", la hipopótamo errante en Taxidermidades.