"The Taxidermist", escena de François Brunery.




The Taxidermist o A visit to the Taxidermist, como se conoció en algún momento, es un óleo sobre lienzo de un tamaño de 79x59 cm. sin datar pintado hacia 1900 por el artista François Brunery. La composición de la escena es algo desconcertante. Los muebles de marquetería, entre ellos una librería escritorio, no concuerdan con los del taller de un disecador, ausente además de herramientas. Quizá en el rincón opuesto de la sala se ubique una sencilla mesa de trabajo con tijeras, escalpelos, tenazas, alambre, estopa e hilo. Acaso el disecador se haya trasladado al gabinete del adinerado cliente, un naturalista aficionado, que en el cuadro observa sorprendido a través de una lupa, asistido por un ayudante, un objeto que no acertamos a distinguir. Es lo más probable.

Como sea, es precisamente ese señor mayor con un pañuelo en la cabeza y rico abrigo de tela brocada, y no el taxidermista, el protagonista. El disecador con mandil está en un segundo plano sosteniendo un cordel con pajarillos montados que penden de él. Es posible que se encuentre componiendo y completando, de acuerdo con los gustos de su cliente, el grupo de coloridos ejemplares situado sobre el escritorio. Las hojas de la ventana están abiertas y las lamas de la persiana entreabiertas, lo que nos indica que los ejemplares colgados de una pata están montados y secándose. Los animales exóticos se mezclan con otros más corrientes, incluso alguno doméstico. Obviando el grupo, de izquierda a derecha distinguimos un rebeco joven saltando; sobre el armario una rapaz y un mono; colgadas de las paredes una cabeza de caballo algo desproporcionada y otra íbice; sobre la ventana un gavilán con las alas abiertas; de los pájaros suspendidos apenas identifico una abubilla y quizá un periquito; a la derecha de arriba a abajo, un arrendajo, un loro amazona, un faisán común, un turón, una gaviota, un faisán venerado y una cacatúa; en el suelo una garza real y un faisán dorado. Los cadáveres de algunas aves sobre la cómoda y también en el suelo, sobre la firma del pintor: una abubilla, un loro amazona, una garza imperial y otro gavilán.

El cuadro fue adquirido en 1965 por un coleccionista privado. Rebuscando información sobre la obra y su autor, dí con la existencia de una segunda titulada The ecclesiastical Taxidermist (80x68 cm.), aunque no encontré ninguna imagen.

El pintor Francesco Bruneri, que firmó la mayoría de sus obras como François Brunery, nació en Turín, Italia, en 1849. A finales de los sesenta marchó a París para estudiar con los prestigiosos pintores académicos Jean-Léon Gérôme y Léon Bonnat. Durante la Guerra Franco-Prusiana de 1870-71, Brunery retorna a Italia y se dedica a pintar rincones venecianos en lienzos de pequeño formato destinados a turistas, practicando también la pintura de género. Durante un tiempo vive en Roma estudiando la obra de los grandes clásicos italianos. La proclamación en 1870 de la doctrina de la dogmática infalibilidad papal acrecentó un subgénero pictórico crítico con la Iglesia. Brunery comienza a pintar cardenales con ricos y coloridos ropajes en situaciones embarazosas, frívolas o ridículas y por lo tanto humanas, obras que gozaron de gran aceptación. Hacia 1890 comienza su reconocimiento internacional, exponiendo en los Estados Unidos, un país que se convertirá en su principal mercado. Entre 1898 y 1914 expone con regularidad en el Salón de Artistas de París, llegando a obtener una mención de honor en 1903. En 1898 estableció su taller en París y a partir de 1912 en Suresnes. Bruneri falleció en Aix-les-Bains en 1926. Su hijo Marcel se dedicó asimismo a la pintura.


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Taxidermidades, 2019.

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