El intrigante disecador del Real Gabinete Pascal Moineau.


No exageramos si consideramos que Pascal Moineau, disecador que fue del Real Gabinete de Historia Natural de Madrid entre 1800 y 1808 y entre 1825 y 1833, debió de suponer una pesadilla para los gestores del que a partir de 1815 pasaría a denominarse Real Museo de Ciencias Naturales, actual Museo Nacional de Ciencias Naturales. En la historia del Museo el paso de este taxidermista, personaje ambicioso, intrigante, mezquino, saqueador, rebelde, ingrato, inconformista, aprovechado, oportunista, y que contó sin duda con influyentes benefactores, siempre se ha descrito como un episodio oscuro de la institución. Su incorporación, su escasa producción, su colaboración en el saqueo del Museo durante la ocupación francesa, su huída a Francia, su reingreso como responsable de la Escuela de Taxidermia, su escaso éxito como enseñante, su aspiración a ser designado Jefe del Laboratorio de Taxidermia, sus continuas reivindicaciones, su nombramiento como Disecador de Cámara del Rey, su constante enfrentamiento con la Junta gestora, su inquina hacia algún profesor; he creído que valía la pena profundizar en el conocimiento de su paso por el establecimiento, lidiar con fechas y detalles, aún cuando ello supusiera extenderme bastante más de lo acostumbrado. Comenzamos.
 

 
Se desconoce su fecha de nacimiento, aunque sabemos que nació en Montauban, ciudad del sur de Francia a unos 50 kilómetros al norte de Toulouse. El primer rastro que disponemos de su presencia en España lo hallamos en la sección Noticias sueltas del Diario de Madrid del 25 de julio de 1797:
   "Se halla en esta Corte un mozo de nación francés, llamado Pascual, que posee el secreto de imitar perfectamente y a lo natural el bronce antiguo y moderno encima de cualquier figura de yeso, madera, y todos metales; diseca con la misma perfección toda clase de pájaros, y tiene el secreto de conservarlos sin que se apolillen: las personas que deseen ver sus obras o emplearle en estos trabajos, los que hará con toda equidad, acudirán a la calle Sta. Maria del Arco (1), frente al Cuartel de Walones, número 15."

Carta de Ter Meer a Benedito. Efectos de una crisis económica.


Como hemos tenido ocasión de comprobar con frecuencia aquí en Taxidermidades al abordar biografías de taxidermistas, los hemos conocido exitosos económicamente, pocos;  privados, con su fase ascendente incluidos traslados a locales más amplios y céntricos, y descendente, replegándose; a tiempo parcial, compatibilizando su afición con otros trabajos; de museo, con sueldos de funcionario; o pluriempleados, en nómina de un museo y a la vez con taller propio. Entre estos últimos se encuentra nuestro protagonista.
 
 
Carta de Herman H. ter Meer a Luis Benedito Vives (1).

 
El documento no está fechado pero su contenido nos permite acotarlo. Se trata de una carta del conocido taxidermista dermoplástico Herman Hendrikus ter Meer, empleado en el Museo del Instituto Zoológico de la Universidad de Leipzig, a su discípulo Luis Benedito Vives, del Museo de Ciencias Naturales de Madrid. Ambos se comunicaban en francés. Benedito se encontraba en el trance de montar la piel del elefante africano del Museo y mandó un dibujo a su maestro para que éste le certificara si algunas medidas eran factibles o precisas. Aquel esbozo retornó a Madrid y en el reverso Ter Meer escribió lo siguiente: