El innovador Francesco Comba, taxidermista del Museo de Turín.


Retrato de Francesco Comba (1).
Quizá el texto donde hallamos mayor número de detalles biográficos de Francesco Comba, nuestro protagonista, taxidermista del Museo de Ciencias Naturales de Turín, sea el que le dedicara Alipio de Miranda Ribeiro, entonces preparador interino de la sección de Zoología del Museo Nacional de Río de Janeiro, en su informe Os processos de Taxidermia e o Museo Nacional do Rio de Janeiro (1912), que redactó tras haber visitado numerosos museos de Historia de Natural de Europa y de Estados Unidos:
   "Los principales preparaciones que merecen ser mencionados en Italia se encuentran en el Instituto Zoológico de Roma, el Museo de Vertebrados de Florencia, el Museo Cívico de Génova y el Museo de Historia Natural de Turín.
   En el Instituto de Roma vi una pantera que inmediatamente me llamó la atención. Sin la gordura que normalmente se encuentra en estas preparaciones de felinos, toda la anatomía del animal se representaba con una verdad deslumbrante; y su expresión mostraba claramente el genio de quien la había preparado.
   En Turín fui a ver un elefante del mismo maestro, un león verdaderamente soberbio; era tan bueno que había sido retirado de las vitrinas para que sirviera de modelo para el montaje de otro que, en aquella ocasión, montaba el doctor Peracca (2).
   Preguntando por el autor de estas maravillas de la Taxidermia, me informaron que ya había fallecido. De hecho, su valor lo había convertido en el favorito de Víctor Manuel II, quien le había confiado la preservación de sus piezas de caza. Así era como el profesor de Geología de la Universidad de Turín, el señor M. Baretti, informaba del fallecimiento de ese taxidermista:
   "Una de esas vidas dignas de admirar, terminó esta mañana a las 4 de la mañana. El señor Francesco Comba ha fallecido: una parálisis del corazón ha condenado a su organismo extremadamente robusto. A pesar de tener 82 años, en los tristísimos días que precedieron a la inevitable catástrofe, Comba mantuvo siempre un espíritu lúcido, tranquilo, sereno, revelando una conciencia tranquila de una vida siempre íntegra.
   Nacido en Solbrito (3), señorío de Asti. A los 12 años se incorporó a la antigua casa Solei, una fábrica de pasamanería de seda: su gusto y sentimiento artístico innatos y su talento para el dibujo, le valió que fuera elegido, a los 16 años, para los trabajos de decoración del teatro real de Turín, de la Fenice de Génova y del trono real que se puede admirar en la Logia Turinesa.
   A los 18 años ingresó como dibujante en el Museo de Historia Natural de Turín; y allí permaneció hasta 1864 como primer preparador taxidermista, y enseñando Taxidermia práctica en la Universidad. Durante este tiempo estuvo a cargo de varios trabajos especiales en el Museo, entre ellos el viaje a Cerdeña, en compañía de Alberto La Marmora, con el fin de recoger y transportar los restos fósiles del mastodonte de Dusino, que actualmente forman parte de las colecciones paleontológicas del Museo de Geología de la Real Universidad de Turín (4). En 1864 fue llamado por su majestad Víctor Manuel II, para dirigir el Zoológico y los laboratorios anexos, permaneciendo en el ejercicio de dichos cargos hasta la muerte del ilustre soberano.
   Innumerables son las obras que dejó Comba, trabajos que llevó a cabo de manera perfecta, gracias a la experiencia y la práctica, al talento artístico del que estaba dotado y al gran cuidado que prestaba a los detalles de las operaciones a su cargo. Quedaron, el elefante, el tigre, el antílope nilgau, los leones y muchos otros, además del alce premiado en la exposición de Londres de 1851 (5).
   Le debe los restos fósiles del rinoceronte, excavados en 1882 cerca de la villa franca de Asti y restaurados para el Museo de Geología y Paleontología; y una serie de especímenes zoológicos de las colecciones reales de Moncalieri y Mandria (6).
   Su vida fue digna, laboriosa y noblemente ocupada."
   Estos datos sobre Comba me los dio otro valioso taxidermista italiano, el señor Riccardo Magnelli, primer preparador del Museo de Historia Natural de Florencia. Allí fui a buscarlo, a su modesta oficina, donde cada rincón indicaba un trabajo constante y un despliegue tenaz de inteligencia.
   Amigo y fiel compañero de Enrico Giglioli, el difunto Director del Museo de Florencia, Magnelli ha dedicado su esfuerzo y actividad a ese Museo durante 50 años. Pintor emérito, es un Comba más en el arte de preparar animales."

 

El alce que Comba presentó en la Exposición de Londres de 1851 (7).


A continuación un testimonio escrito del propio Francesco Combra data de 1833, contaba entonces veintitrés años y hacía ya cinco que trabajaba como dibujante y asistente taxidermista en el Museo de Turín. En su entrega del mes de junio la publicación Biblioteca Italiana incluyó el siguiente texto suyo que, no obstante el título, no se trata propiamente de un método de conservación de aves, sino más bien algunos consejos para prolongar la corrupción de un ave muerta antes de su desollado:
   "Método para conservar durante tiempo las aves que se pretendan preparar para colecciones. 
   Tras muchos y variados experimentos a lo largo de dos años, en busca de un método que sirviera para preservar durante un cierto tiempo de la putrefacción las aves que deseaban prepararse para las colecciones zoológicas, llegué finalmente a descubrir una que podrá satisfacer muy bien el propósito propuesto. Consiste en una operación sencilla, que puede practicarse en cualquier sitio o condición en que se encuentre el aficionado, y que no requiere auxilio de herramientas ni de sustancias medicinales; y como las pruebas que hice en el laboratorio del Museo de Turín no me albergan duda alguna sobre su utilidad real y constante, lo publico para provecho de la ciencia y para facilitar a quien la cultiva.
   El método es el siguiente. Tan pronto como haya matado un ave (no me refiero ya a los muy grandes), póngale una lazada de hilo alrededor del cuello, que, cuando llegue a apretarse, no pueda dañar las plumas; luego tome su pico entre sus labios e introduzca aire con fuerza, tal como se hace para inflar una vejiga: la fuerza del aire introducido dilata los pulmones, de ahí penetra a las células membranosas, de estas a las cavidades de los huesos, y a otros lugares que no conozco muy bien como para definirlos, también entre el cuerpo y la piel, de manera que el ave es capaz de llenarse y esparcirlo en cada una de sus partes. Para que el aire se distribuya por igual y en todas las direcciones posibles, se debe tener cuidado de comprimir el ave ligera y adecuadamente con los dedos en todas sus partes durante el inflado. Con el fin de que el aire introducido ya no pueda salir, sin el cual se perdería trabajo y aliento, apriete el nudo corredizo colocado alrededor del cuello del ave. Sin embargo, cabe señalar que en el caso de que el ave no tenga heridas externas, es raro que el aire no quede allí aprisionado por sí mismo sin la ayuda de la mencionada ligadura. Dejo la explicación del fenómeno a otros más cultos que yo, pero es un hecho bien probado que el ave así acondicionada permanece invariable de ocho a veinte días según la especie, la estación y el método de su muerte. 
   En los meses templados o fríos, el estado de perfecta conservación se extiende a veinte y más días; desde mayo hasta finales de agosto la duración máxima es de ocho a diez días. 
   Ello respecto a las aves que fueron atrapadas en redes, lazos, etc. En cuanto a aquellas que murieron por un arcabuzazo u otro instrumento hiriente, es necesario añadir advertencias y otras pequeñas operaciones, puesto que como la piel está perforada en uno o más lugares, el aire no permanecería allí, y es preciso retenerlo. Para evitar este inconveniente, tome un poco de cera, y caliéntela de tal manera que pueda moldearse fácilmente, haga una pequeña bolita cuyo diámetro sea casi el doble del de la herida, y adelgace un extremo, de manera que se forme un pequeño cono. A continuación se introduce el aire y, durante la operación, se introduce la punta del cono en la herida, y se presiona la parte exterior de la piel circundante, levantando las plumas y separándolas convenientemente. Si la herida es única, se liga el cuello del ave y se termina la operación; si hay más, se repite cuanto sea necesaria la aplicación de cera.
   Los ornitólogos sedentarios rara vez precisarán recurrir a este método de conservación; sin embargo, no así los viajeros, que no cuentan siempre y en cualquier lugar con las comodidades de alojamiento, materiales y demás circunstancias adecuadas para la taxidermia. Ser capaz de diferir en tiempo y lugar adecuados la preparación de las aves que se matan en lugares extraños y desiertos, y asegurarse de encontrarlas frescas e inalteradas después de un número considerable de días, redoblará su amor por la investigación y la ciencia, lo que le reportará no pequeñas ganancias.   
                             Francesco Comba
                             Dibujante y 2º preparador del Museo Zológico de Turín."

El elefante Fritz, preparado por Comba (7).

 
El mismo escrito de Comba se reprodujo poco después en el Bolletino delle cognizioni industriali e dilettevoli. Se tiene constancia de que durante el curso 1839-1840 Comba seguía siendo segundo preparador de las colecciones zoológicas del Museo de la Universidad de Turín. El primer preparador era Francesco Ferrerati. En 1848 Comba recibió el encargo de preparar los huesos fósiles de un mastodonte descubierto en Dusino, a unos 15 kilómetros al este de Turín y a unos tres de Solbrito, su pueblo natal.
 
En la Exposición Universal de Londres de 1851 Comba representó al Reino de Cerdeña. El trabajo que mostró fue un alce que, además de valerle la concesión de una medalla como reconocimiento, mereció el elogio por escrito del jurado del certamen, tanto por su novedosa técnica de montaje como por el resultado final:
   "Este espécimen es de lo más notable. Exhibe a la perfección el arte de representar al animal vivo, no sólo en su forma y carácter general, sino también marcando las finas y delicadas ondulaciones de la carne y de los músculos, y de todos los detalles anatómicos distinguibles externamente. La dificultad de efectuarlo es tan grande que generalmente apenas se intenta; pero en el presente caso el artista ha tenido notable éxito. El proceso adoptado por el señor Comba, el expositor de este ejemplar, ha sido el de modelar el animal en barro, y a partir de ese modelo confeccionar un molde que le permitió construir una figura de un material parecido al papel maché sobre la que, conservando toda la fidelidad del modelo original, se coloca la piel."
 
En 1852 Comba y su equipo se encargó de la preparación del elefante indio Fritz, animal que tuvo que ser sacrificado tras matar a su cornaca en el zoológico del Palacete de Caza de Stupinigi. El paquidermo había sido un regalo que el rey Carlo Felice de Cerdeña recibió en 1827 del virrey egipcio Mohamed Alí. El cadáver del elefante fue donado al Museo Zoológico de la Regia Universidad de Turín, y en la actualidad sigue expuesto en el Museo Regional de Ciencias Naturales (8).

 
Íbice nubio dibujado por Comba hacia 1834 (9).
 
 
El Calendario dell'Anno Scolastico 1852-1853 per la Regia Università di Torino nos informa de que la plantilla del laboratorio de Taxidermia del Museo Zoológico universitario estaba compuesta por Francesco Ferreratti como primer preparador, Francesco Comba como segundo, y Vittorio Ferreratti como ayudante preparador. Cuatro años después, en 1857, Comba era ya primer preparador y su cargo como segundo se encontraba Vittorio Ferrerati, hijo de Francesco Ferreratti (10).
 
En 1858 Comba participó en la Exposición Nacional de Productos de la Industria de Turín. La crónica de la Rivista Contemporanea era la siguiente:
   "Pasando a otra sala, hacia una nueva serie de objetos, mencionaremos en primer lugar los animales disecados del talentoso taxidermista del Real Museo Zoológico, Francesco Comba, entre ellos el mandril preparado con un método consistente en desollar al animal, disecar sus músculos, colocarlo en posición, hacer molde en yeso, convertirlo en pasta de papel, y colocar la piel en la estatua; – el tigre real, preparado con otro método, precisamente para animales de cuyos cadáveres no se puede disponer, y que consiste en modelar la estatua en arcilla, hacer el molde de yeso, sacar la forma en papel y colocar la piel encima ; – el nilgó, preparado con un tercer método que consiste en hacer un esqueleto de madera, modelando la anatomía en heno y enluciéndolo con una pasta hecha de cola, yeso y estopa para luego superponer la piel y la cabeza hecha en pasta de papel; - y finalmente el oso de los Alpes preparado con un último método que resulta de desollar el animal y limpiar cuidadosamente el esqueleto; poniendo los hierros necesarios, unidos a lo largo de las extremidades y la columna vertebral, y luego modelar los músculos en heno para colocar la piel encima: en cuanto a la cabeza, se modela en arcilla y una vez se le da forma, se procede como en los métodos anteriores. La ejecución de estas obras es tan perfecta, tan espontánea y tan natural que al verlas es difícil superar una súbita sensación espeluznante, casi como si estuviéramos en presencia de bestias realmente vivas y hambrientas. Una vez que hayamos alcanzado este pináculo del arte, cualquier palabra de elogio sería, en nuestra opinión, tan apropiada como una gota de agua en el océano."
 
El jurado de la Exposición de Turín concedió a Comba una medalla de plata como reconocimiento a su mérito. Según podemos leer en Giudizio sull'Esposizione Nazionale (1860):
   "Francesco Comba (947), taxidermista del Museo Real de Turín. Expuso seis animales preparados con cuatro métodos diferentes, que ofrecen la misma duración. Como objetos de arte, estas obras deben considerarse obras maestras, y no hay museo que posea preparaciones más escogidas que las que se exhibieron. El mérito de Comba fue apreciado con razón en la Exposición de Londres, donde obtuvo su primera medalla, al reconocer que el alce que preparó era una obra maestra de la taxidermia, y quitó toda esperanza de ver uno mejor. El artista no quiso exhibir el mencionado alce en esta exposición nacional, para que el juicio de los expertos no quedara de alguna manera ligado a los honores de Londres; pero las obras expuestas pueden compararse con el alce, y en efecto la elaboración del nilgó es superior en este aspecto por las mayores dificultades superadas. La reproducción de este animal fue difícil, pues es delgado por naturaleza, y la piel es poco adecuada debido al pelo corto; además de ello el artista no poseía el esqueleto del animal, sino sólo la piel importada de Holanda, sin embargo superó todas estas grandes dificultades, modelando dicho cuadrúpedo con tal perfección como si hubiera dispuesto del esqueleto: de manera sorprendente mantuvo todas las particularidades anatómicas del animal vivo, y reprodujo los medios tonos con tanta naturalidad, que podían servir de estudio a los artistas. El método utilizado por Comba fue confeccionar un esqueleto de madera, modelar la anatomía en heno, enluciéndolo con una pasta hecha de cola, yeso y estopa para luego aplicar la piel. La cabeza fue modelada en arcilla, extrayendo un molde de su forma y realizándola en pasta de papel.
   El sistema con el que el exponente modela el mandril es el más rápido, y es el que generalmente utilizan los taxidermistas, reproduciendo en yeso la forma del animal de cuyo cadáver disponen.
   El método con el que Comba preparó al oso alpino es más difícil, puesto que sobre el esqueleto del animal asegurado con hierros, modeló los músculos con heno, y le aplicó la piel. Entonces el sistema con el que reprodujo el tigre real fue muy difícil, ya que al no tener el cadáver, fue necesario que el artista modelara la estatua en arcilla, realizara un molde en yeso, extrajera un vaciado en papel y aplicara la piel sobre él.
   En todos estos sistemas, tan diferentes y difíciles, Comba destaca por la gran naturalidad en los movimientos de los animales, siempre variados según sus diferentes naturalezas, y demostró la máxima inteligencia anatómica reproduciendo los animales no sólo en su carácter general, sino también en las más delicadas y finas ondulaciones de la carne y los músculos y en todas las particularidades anatómicas externas, por las que se puede afirmar que el artista ha superado dificultades no intentadas hasta ahora con muy feliz éxito.
   La ciudad de Turín puede enorgullecerse de tener para su museo zoológico un taxidermista, envidiado por las grandes capitales, que en sus obras no tiene a nadie que le iguale en la representación exacta de la verdad.
   El Comité, por tanto, no ha dudado en proponer por unanimidad un premio de elevado grado a Francesco Comba por la perfección a la que ha llevado sus obras, superior a la obtenida anteriormente tanto en arte, buen gusto y superación de dificultades."
 
Arrendajo. Dibujo de Comba (9).

 
Apenas hay más referencias a los métodos de Comba. En el número de julio de 1911 la revista La szienza per tutti, en su sección de preguntas y respuestas, resumía toscamente una de las técnicas del preparador, al que calificaba como "el taxidermista valiente". Concretamente la que empleó con el oso alpino, con un único detalle añadido, la aplicación a los huesos de "aguarrás arsenical", una protección compuesta por 50 gramos de arsénico disuelto en 1 litro de aguarrás, para a continuación modelar los músculos. En dicho texto se alude al tradicional curtido de la piel con agua, sal y alumbre, y la aplicación posterior de la "pasta conservante de Bécoeur" (11), aunque lo hace antes de citar al disecador, motivo por el cual no podemos asegurar que Comba lo empleara. Hallamos una segunda referencia con calificativo elogioso en Fauna d'Italia (1870) compilado por Emilio Cornalia, quien se refiere a nuestro protagonista como "el inalcanzable taxidermista turinés".
 
Sus innovadoras técnicas de montaje convierten pues a Francesco Comba en precursor de precursores. Su método dermoplástico (nilgó y oso) lo empleó antes de que la escuela alemana de dermoplastia (Martin, Kerz, Ter Meer) lo popularizara. Y el llamésmole método dermoplástico ligero (alce, mandril y tigre) de confección de una escultura a partir de la cual confeccionar un molde y extraer de este una ligera y sólida escultura en papel maché, Comba lo utilizó décadas antes de algún primer ensayo en Estados Unidos a finales del XIX (Rowley) y de que se generalizara a partir del siglo XX (Akeley, Jonas). En la Exposición de Londres Comba había coincidido con Hermann Ploucquet, que había presentados dos escenas de caza de agarres de perros a un jabalí y a un ciervo, que el de Wurtemberg también había preparado mediante el método dermoplástico ordinario. 
 
Serpiente de diadema (9).
Algunos detalles biográficos más. Comba ingresó como miembro ordinario de la Real Academia de Agricultura de Turín el 2 de junio de 1860, según da cuenta
Annali della Reale Accademia. En 1862 Comba seguía como adscrito a la Universidad, pero además impartiendo clases de Taxidermia a los alumnos de la Facultad de Ciencias Naturales, según el Calendario generale del regno d'Italia de aquel año. Martino Baretti nos informaba que Comba se jubiló en 1864, algo que confirma la Gazetta Uficciale del Regno d'Italia del 30 de julio de 1868, que da cuenta de que al "cavaliere Francesco Comba" nacido "el 10 de febrero de 1810 en Solbrito", se le concede una pensión de 1440 liras con efectos retroactivos a fecha de 1 de febrero de 1864. No obstante Comba, como también confirmaba Baretti, permanecería al servicio de Víctor Manuel II, preparando sus trofeos de caza y los animales que causaban baja en el zoológico, hasta la muerte de este en 1868.
 
En 1880 un Comba ya hacía tiempo jubilado asesoró en la preparación y montaje de los restos fósiles de un rinoceronte, hallado aquel año en el mismo yacimiento donde hacía tres décadas había aparecido el mastodonte, en Dusino. Una nota del profesor Baretti leída en la Real Academia de Ciencias de Turín por el zoólogo Michele Lessona da cuenta del hecho:
   "De inmediato me dirigí al lugar siendo acompañado por el caballero Francesco Comba, antiguo preparador en el Real Museo Zoológico, cuya experiencia me ha sido de gran utilidad, siendo oriundo de aquellos lugares, y habiendo realizado todas las operaciones de excavación, transporte y restauración de los restos de mastodonte en 1848."
Francesco Comba fallecería en 1892 a la edad de 82 años. De acuerdo con el testimonio biográfico de Baretti, a los dieciséis años Comba ya trabajaba como dibujante y pintor de edificios públicos, y a los dieciocho ingresó en el Museo de Zoología gracias a su faceta como dibujante. Del taxidermista, que dibujo y pintó toda su vida (12), se conservan algunas acuarelas y lienzos. Quizá su cuadro más conocido sea el óleo La llegada del rey Víctor Manuel II a Venecia, posterior a 1866 y que, con la tela rasgada, se conserva en el castillo real de Racconigi. El volumen diecisiete de Memorie della Reale Accademia della Szienze di Torino (1834) contiene varias litografías de animales grabadas a partir de dibujos suyos.
 
En la actualidad siguen expuestos numerosos especímenes preparados por Comba. Además de los que podemos admirar en el Museo Regional de Ciencias Naturales de Turín, en el recinto de los Apartamentos Reales del castillo de Mandria se puede visitar la Galería de las Aves, un pasillo de 90 metros de largo repleto de vitrinas donde, además de algunos trofeos de caza de gamo y cabra montesa, se exponen unas 150 aves disecadas que pertenecieron al rey de Cerdeña y a partir de 1861 primer rey de Italia. Entre ellas destacan los grupos de abejarucos y de carracas. Algunas aves pertenecieron y fueron donadas al rey por el naturalista Ferdinando Arborio di Breme, a su vez prefecto de palacio. En Mandria, donde tenía un taller de disecado, Comba dirigía el zoológico de aclimatación, activo entre 1819 y 1852, preparando además aquellos animales que causaban baja.
 
 
La llegada del rey Víctor Manuel II a Venecia, óleo de Comba posterior a 1866.

 

Notas y créditos.-
(1) Fotografía de estudio de Luigi Montaboni de alrededor de 1865.
(2) Mario Giacinto Peracca, herpetólogo del Instituto de Zoología de la Universidad de Turín.
(3) San Paolo Solbrito.
(4) Información tergiversada. Desconozco si Comba acompañó al militar y naturalista La Marmora en alguna de sus expediciones a Cerdeña para la obtención de especímenes para el museo turinés, pero como se comentará más adelante el mastodonte se halló en Dusino, a unos 15 kilómetros de Turín, muy próximo al pueblo natal de Comba.
(5) En el texto original "1831".
(6) Castillos reales de Moncalieri y de Mandria.
(7) Imágenes propiedad del Museo Regional de Ciencias naturales de Turín.
(8) En 2015 se realizó una réplica en resina de Fritz que se instaló precisamente en el Palacete de Caza de Stupinigi.
(9) Litografías impresas por Michele Ajello e Compagnia a partir de dibujos de Francesco Comba, publicados en el volumen 17 de Memorie della Reale Accademia della Szienze di Torino.
(10) En 1859 un tal Carlo Ferreratti era preparador interino del Museo. Aquel mismo año marcharía para dirigir el Museo de Ciencias Naturales de Bucarest entre 1859 y 1867.
(12) El hermano de Francesco, Pietro Comba, fue asimismo pintor de temática cinegética para el rey Víctor Emanuel II.
 
 
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Taxidermidades, 2023.
 
 
Bibliografía:
--- La Szienza per tutti , año 23, vol. 59, Sonzogno, Milán, 1 de julio de 1911.
--- Catalogo de la Sesta Exposizioni Nazionale di Prodotti d'Industria nell' anno 1858 , Stamperia dell'Unione, Turín, 1858.
--- Rivista Contemporanea , vol. 14, Tipografia Cerutti, Derossi e Dusso, Turín, 1858.
--- Giudizio sull'Esposizione Nazionale de prodotti delle Industrie seguita nel 1858 in Torino, Stamperia dell'Unione, Turín, 1860.
--- Calendario generale del regni d'Italia pel 1862, Stamperia dell'Unione, Turín, 1862.
--- Gazetta Uficciale del Regno d'Italia , Florencia, 30 de julio de 1868.
Martino Baretti   Sui resti fossili di rinoceronte nel territorio di Dusino , en Atti della Reale Accademia delle Szienzie di Torino, vol. 15, 7ª entrega, Stamperia Reale, Turín, mayo de 1880.
Francesco Comba  Metodo di conservare a lungo gli uccelli che si vogliono preparati per raccolte, en Biblioteca Italiana ossia Giornale di letteratura, szienze ed arti, vol. 70, Milán, junio de 1833.
Francesco Comba  Metodo di conservare a lungo gli uccelli che si vogliono preparati per raccolte , en Bolletino delle cognizioni industriali e dilettevoli, Dall'Olmo e Tiocchi, Bolonia, 1833.
Emilio Cornalia  Fauna d'Italia , parte 1, Francesco Vallardi, Milán, 1870.
Alipio de Miranda Ribeiro  Os processos de Taxidermia e o Museo Nacional do Rio de Janeiro, Papelaria Luiz Macedo, Río de Janeiro, 1912.
 
Recursos: