El Grupo de Abejarucos, obra de José María Benedito Vives.

En la visita a un museo de ciencias naturales suelen llamarnos más la atención los grandes montajes o la presencia del gran mamífero disecado que parece presidir una estancia. Es inevitable. Es fácilmente apreciable cuando nos detenemos a observar la circulación de los visitantes por las salas. Pero de esa tendencia natural, los que nos dedicamos a practicar la taxidermia tampoco escapamos. Quizá por ello haya preferido fijarme, en esta ocasión, en un grupo de aves que, aunque bastante conocido, merece su espacio. Se trata del Grupo de Abejarucos (Merops apiaster) que José María Benedito Vives realizó para el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid y del que, lamentablemente, no se dispone de mucha información.

Grupo de Abejarucos del Museo Nacional de Ciencias Naturales (1).


José María Benedito Vives (2).
José María Benedito nació en Valencia en 1873. Durante su juventud trabajó como contable a la vez que ayudaba a su padre, el taxidermista José María Benedito Mendoza. En 1899, tras el fallecimiento de su progenitor, se hizo cargo del taller familiar. En 1904 ocupaba el puesto de ayudante disecador en la Universidad de Valencia. En octubre de ese año vendió al Museo de Ciencias Naturales de Madrid una colección de aves preparadas por él. En 1905, gracias a la mediación de un amigo, ingeniero agrónomo que trabajaba para la Casa Real, fue nombrado naturalista disecador del rey Alfonso XIII. José María Benedito se trasladó e instaló en Madrid. Dos años más tarde, también gracias a la intermediación de otro amigo, en este caso el ministro de Fomento, Benedito es nombrado Disecador del Laboratorio de Taxidermia del Museo de Ciencias Naturales de Madrid. En 1908, el resto de la familia Benedito, su madre y sus hermanos, se traslada a Madrid y abre un taller de taxidermia en la calle Ramón de la Cruz. Su hermano Luis, doce años menor, se dedicaría también, y con notable éxito, a la taxidermia. José María Benedito consiguió arrancarle al director del museo, Ignacio de Bolívar, una beca para que Luís, en 1911, pudiera aprender las técnicas taxidérmicas más avanzadas en el extranjero. A su vuelta, el joven Luis Benedito se incorporó al taller de taxidermia del museo, especializándose en el montaje de mamíferos. Por su parte, José María, especializado en el montaje de aves, ejerció como Jefe del Laboratorio de Taxidermia del museo hasta su jubilación en 1943. Quizá sea ese momento, en el que situamos al artista en su taller, el más adecuado para abandonar sus biografías, a las que ya dediqué otro artículo.

José María Benedito Vives, realizó la mayoría de sus grupos de aves entre los años 1914 y 1929. Así, el Museo de Ciencias Naturales de Madrid conserva, sólo por citar algunas de sus obras, familias de ortegas, gangas, sisones, faisanes, avutardas, estorninos, abubillas, colines; parejas de martinetes, cigüeñas, cernícalos, gavilanes; rapaces con su presa, como el águila pescadora; grupos de buitres, aves marinas, patos de la Albufera valenciana. Algunos trabajos, como el grupo de rabilargos o el de flamencos -que se desmontó en 1944-, estaban firmados por ambos hermanos. Entre los más conseguidos se encuentran el grupo de jilgueros (Carduelis carduelis), la familia de búhos reales (Bubo bubo) y el de los abejarucos, que para autores como Santiago Aragón y Santos Casado, y estoy de acuerdo con ellos, es "una de las joyas taxidérmicas del Museo".

Gracias a un artículo que escribió Ángel Cabrera, durante aquella época Naturalista Agregado del museo,  y que apareció en 1915 en la revista Alrededor del Mundo, tenemos conocimientro de que en esa fecha José María Benedito ya había realizado algunos dioramas con anterioridad al de los abejarucos. También nos apunta algún detalle del método de trabajo de nuestro protagonista:
   "(...) Los grupos de búhos y lechuzas, de urracas y de mirlos, de gavilanes y de jilgueros, que el curioso puede ver en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, son verdaderos cuadros arrancados á la naturaleza. Hay, sobre todo, una pareja de cernícalos y una bandada de golondrinas puestas en los hilos del telégrafo, que son una maravilla desde el doble punto de vista artístico y científico.
   Para que tenga idea de la escrupulosidad con que trabaja el autor de estos grupos, baste decir que en un nido de golondrinas que figura también en el Museo, se ha copiado tan fielmente el trozo de pared en que fue recogido, que hasta se quitaron de él, para ponerlos en la reproducción, un clavo y un trozo de soga vieja."

Así pues, los hermanos Benedito se encontraban en el momento cumbre de su carrera. Luis había acabado recientemente su Grupo de Rebecos de los Picos de Europa (1913-1914) y José María se disponía a ejecutar su obra maestra. La inscripción manuscrita en la amarillenta etiqueta adherida al montaje dice:
"Abejaruco.
Merops apiaster. L.
Grupo biológico tomado exactamente del natural en el
Real Sitio del Pardo durante el verano de 1916."
De aquel verano, se conservan algunas fotografías de José María Benedito en el Monte del Pardo. Las fotografías aparecen en el libro-dosier Museo Nacional de Ciencias Naturales. Estado actual de la enseñanza en España, publicado por el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes en 1929. En una ellas, vemos al taxidermista, con sombrero, camisa blanca, corbata y chaleco, arremangado, encaramado a un árbol a metro y medio de altura, recogiendo un nido y entregándoselo a un guarda forestal con uniforme y escopeta al hombro. En otra, una tercera persona recoge un nido a unos tres metros sobre el suelo, donde Benedito, apoyado en el árbol da indicaciones, y el guarda aparece reposando en el suelo unos diez metros más allá. En la tercera fotografía, que se reproduce en este artículo, fue tomada aparentemente el mismo día. Vemos al taxidermista arrodillado, inclinado hacia delante y apoyado en el suelo. El pie de la fotografía es el siguiente: "En el campo. Estudiando un nido de abejaruco para su reproducción en un grupo biológico". José María Benedito había emprendido en 1903 el proyecto de reunir una colección de nidos y huevos de la Península Ibérica, una iniciativa novedosa en la época, y que nos permite descubrir el interés de nuestro personaje por la vertiente científica de la ornitología, interés y rigor que podemos comprobar al observar sus trabajos taxidérmicos, y especialmente al admirar el Grupo de Abejarucos.
 

Benedito estudiando un nido en el Monte del Pardo (4).

 
Varios aspectos de este diorama llaman poderosamente la atención del espectador. En primer lugar la cantidad de especímenes que lo forman, treinta y sietes abejarucos, entre machos, hembras y recién nacidos. No podía ser de otra manera en un ave que vive formando colonias. En segundo lugar, su colorido. Benedito escogió como protagonista para este numeroso grupo al abejaruco que, además de por el número de ejemplares, impactaba por sus vistosos colores: el pecho verde, el manto castaño y la garganta amarilla. Finalmente, el abejaruco anida en terraplenes, excavando túneles. Con este grupo Benedito nos permitió acceder hasta el nido. Todos los ejemplares adultos muestran las dos plumas rectrices de la cola, fotografía de un instante de la época de cría en la que no caben ejemplares inmaduros. Rigor científico y espectacularidad.

Detalle del grupo (1).
Cuatro abejarucos sobrevuelan grácilmente el grupo. La mayoría están posados sobre las raíces que sobresalen del talud, un par de ellos se ordenan las plumas con el pico y otros se achuchan. A la derecha, un adulto alimenta a una cría en la boca del túnel, por el lateral otra cría recorre el túnel para llegar hasta la entrada y recoger su ración de insectos, mientras que los pollos menos espabilados -parte posterior- esperan en el nido la llegada de sus padres con comida. En un segundo nido la hembra incuba pacientemente mientras el macho aguarda en la entrada. En el tercero, uno de los padres, vigilante, nos permite ver su puesta con seis huevos.

Este montaje tuvo bastante repercusión en su época. La revista Ibérica lo llevó a su portada en 1920. En 1924, en la revista La Esfera, el naturalista del museo Ángel Cabrera se refería al grupo de abejarucos como muestra de la modernización del Museo de Ciencias. La imagen del diorama de los abejarucos encabezaba el artículo de H. de la Peña Las grandes riquezas que guarda el Museo están expuestas a perderse que se publicó en la revista Nuevo Mundo (1928), donde el autor denunciaba la falta de presupuesto del museo madrileño, justo en el momento en que Luis Benedito se encontraba montando el elefante. En diciembre de 1958 el diario ABC dedicaba dos páginas al Museo de Ciencias y una de las ilustraciones era, precisamente, la de este grupo de abejarucos.

Detalle de un nido (1).
En estos momentos el Grupo de Abejarucos, obra de José María Benedito Vives, se encuentra en la galería central del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, un espacio dedicado a exposición permanente sobre la biodiversidad, en la zona dedicada al Mediterráneo. Está protegido por una vitrina y es visible por los cuatro lados.


Notas:
(1) Fotografías propiedad del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid.
(2) Fotografía cedida por Carlos Ramos Benedito, bisnieto de Luis Benedito Vives.
(3) De fecha inexacta, esta postal fue impresa por Kallmeyer y Gautier.
(4) Fotografía perteneciente al libro Museo Nacional de Ciencias Naturales. Estado actual de la enseñanza en España de 1929.


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Taxidermidades, 2014.

Bibliografía:
Santiago Aragón y Santos Casado  Fauna ibérica en el Museo Nacional de Ciencias Naturales. Los grupos biológicos de los hermanos Benedito , Ed. Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid, 2012 (imagen de la izquierda).
Ángel Cabrera  Taxidermia moderna. Cómo se diseca en el Museo Nacional de Ciencias Naturales  , en Alrededor del Mundo, nº855, Madrid, 18 de octubre de 1915.
Ángel Cabrera   La evolución de un Museo , en La Esfera, Madrid, 30 de agosto de 1924.
José María Dusmet Alonso   El Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid , en Ibérica, nº 323-24, Edit. Observatorio del Ebro, Tortosa, 10-17 de abril de 1920.
Alfonso Iniesta  Visitas en la Villa. El Museo de los niños  , en ABC, Madrid , 12 de diciembre de 1954.
H. de la Peña   Las grandes riquezas que guarda el Museo están expuestas a perderse  , en Nuevo Mundo, nº 1793, Madrid, 1 de junio de 1928.
Maria José Rubio Aragonés Familia Benedito: un siglo de taxidermia y arte en la caza, Ed. Ayuntamiento de Badajoz, Badajoz, 2001.
----  Museo Nacional de Ciencias Naturales. Estado actual de la enseñanza en España, Ed. Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, Madrid, 1929.


Página de la web de CienciaTK , del Consejo Superior de Investigaciones científicas, dedicada el Grupo de Abejarucos, que incluye un vídeo de 2'24" con imágenes de este diorama.
Página web del Museo de Ciencias Naturales de Madrid.