La "Kuntskámera" de Pedro el Grande. El Museo Zoológico de San Petersburgo.

La Kunskámera del zar Pedro I en 1741. Grabado de Musei Imperialis Petropolitani (1).

Después de haber visitado en 1697 en Amsterdam al anatomista Frederick Ruysch y de admirar los excelentes gabinetes de curiosidades de Levinus Vincent, de Albertus Seba y de Jacob de Wilde, el zar ruso Pedro I Alekséievich (1672-1725), apodado Pedro el Grande, decidió reunir el suyo propio. Alojada en un principio en el Salón Verde del Palacio de Verano, la colección reunía gran número de objetos de Historia Natural, pero también preparaciones anatómicas y rarezas humanas y animales. Más tarde, alrededor de 1716, se incorporaría al gabinete la colección de minerales, piedras preciosas, conchas y ámbar con insectos y plantas recién adquirida al doctor Gotvald de Gdansk, que posteriormente se iría ampliando con especímenes rusos. Aquel mismo año, compró las colecciones de Seba, Ruysch y de Wilde. La colección de Albertus Seba, por la que pagó 15.000 florines, contenía 340 tarros con animales conservados en alcohol, una buena cantidad de peces y "producciones marinas", además de "piezas artificiales y curiosas". La de Ruysch, comprada por 30.000 florines -su propietarío pedía 60.000-, abarcaba cuadrúpedos, aves, cocodrilos, lagartos, serpientes, anfibios, insectos, un herbario con miles de plantas secas, y preparaciones anatómicas. El zar llegó incluso a dictar en 1718 un decreto ordenando que los niños con deformaciones que naciesen muertos fueran enviados a la colección imperial. El decreto prometía 100 rublos a quien aportara un "monstruo de hombre viviente", 15 si se aportaba muerto, y diez, siete o tres rublos por un monstruo animal según fuera vivo, raro o muerto (2).


Jacob de Wilde y Pedro el Grande el 13 de diciembre de 1797 (grabado de Maria de Wilde).

En 1719 Pedro I decidió construir un edificio en el muelle Universitétskaya que alojase su Kunstkámera (3). En 1724, un año antes del fallecimiento de su promotor, la colección del zar se incorporaría a la Academia de Ciencias de San Petersburgo. El edificio se terminaría en 1727. Entre 1742 y 1745 se publicaría en tres volúmenes Musei Imperialis Petropolitani, el catálogo ilustrado de la colección, que alcanzaba por entonces los 7.000 especímenes. Un incendio en 1747 mermó el gabinete, que temporalmente se trasladó a otro edificio hasta que en 1766 finalizaron las obras de restauración. Durante ese periodo se adquirió en una subasta celebrada en 1756 la segunda colección que reunió Albertus Seba. En 1767 el zoólogo y botánico berlinés Peter Simon Pallas, ingresó como miembro de la Academia y fue nombrado conservador de la sección de Zoología. Pallas promovería las expediciones científicas en territorio ruso, que contribuirían además a recuperar y aumentar las colecciones. En 1776 Jean Bacmeister, bibliotecario adjunto de la Academia, publicó Essai sur la Bibliotèque et le Cabinet de Curiosités et d'Histoire Naturelle de l'Académie des Sciencies de Saint Petersbourg, un segundo catálogo. De esta edición, menos exhaustiva y por tanto más reducida, reproduzco el siguiente texto donde se detalla el contenido de la sección de Historia Natural:
   "La sala del segundo piso afecta agradablemente a la vista, tanto por sus adornos, como por la multitud de objetos que contiene. Podrá ver cuadrúpedos y aves de todas partes. El número de los primeros asciende a 469. Uno no deberá requerirme que añada a este cuadro general datos sistemáticos que una pluma más hábil trazará algún día para los amantes de la Historia Natural. Me atrevo a decir que en nuestro almacén hay de todo cuanto gabinetes extranjeros contienen de raro, y que además hay piezas que quizá no se encuentren en aquellos. Se pueden contemplar catidad de especies de monos y monas, el Babuino, el Midas, el Tamarindo, el Tití, el Lorys y el Lémur, murciélagos de un tamaño monstruoso, vampiros, el "fer de lance" (4), el gato volador de Ternate (5), cantidad de zarigüeyas y Opossum con sus crías en la bolsa de su vientre, numerosas Marmotas tanto machos como hembras, la Musaraña, el Desmán, los Armadillos o Tatús con una, siete o nueve bandas, diablos de Tajova (6), o Pangolines de distinto tamaño, varios Hormigueros, el Capibara o Carpincho, el Paca, el Agutí, incluso un feto de Tapir, un Puercoespín, el Cuandú, el Ursón y bastantes Perezosos; la mayor parte de las bestias feroces conocidas como el León, el Tigre real, diferentes especies de Leopardos, y de Gatos silvestres, de los que conservamos tres hermosos fetos, el Lince, el Jaguar, el Coatí, varias comadrejas extranjeras, en fin, el Elefante de 28 pies y medio de largo por 16 y medio de alto (7), la Cebra, el Ciervo ratón, varios fetos de Ciervos extranjeros componen nuestra colección exótica en esta especie.
Portada de Musei Imperialis (1842).
   Un gran número de cuadrúpedos particulares de la parte asiática del Imperio ruso, la mayoría de los cuales no se encuentran en ningún otro gabinete de Europa, conceden una preferencia notable al nuestro. Tales como el Asno de Persia, el Muflón de las montañas de Turquía, o el de la Siberia conocido con el nombre de Argali, el Búfalo de crin de caballo del Tíbet, el Íbice de Siberia, la Zeren, el Saiga, los dos del género de los antílopes o gacelas, el Ciervo almizclero del que tenemos muestra de los dos sexos, y de todas las edades, incluso una variedad totalmente blanca, el Oso blanco del mar glacial, el Glotón, el Chacal, el Zorro blanco del norte, la Marta cibelina, el Turón rojo de Siberia, el Armiño en todos sus estados, la Comadreja blanca, la Nutria del mar de Kamtchatka, el Castor, la Rata almizclera, una Liebre totalmente negra capturada en la provincia de Kazán, otra piel del mismo color procedente de Siberia, la Liebre de Tolai, Los Conejos segadores de las montañas de Siberia, el Bobac que es la marmota de ese país, el Suslik o pequeña marmota, el "Slépez" (8), especie de topo totalmente privado del órgano de la vista, y que por sus dientes se aproxima al género de las marmotas, la "Gerboise" (9), la Allactaga, una variedad totalmente negra de Hamster, el Topillo de Siberia, que forma almacenes de raíces, el gran Ratón de campo que se tiene sobre las ramas del Tamarisco, el "pequeño Gris" (10), la Ardilla suiza (11), la Ardilla voladora, diferentes Erizos.
   En cuanto a animales marinos tenemos una Morsa entera, varias especies de Focas grandes y pequeñas del mar del Norte, la cabeza y algunas partes de León marino oceánico, dos fetos de Manatí conservados en alcohol, del que uno de la longitud de un dedo es una pieza única por su pequeñez, y el otro de aproximadamente un pie muestra más distintivamente la forma de este singular animal, que vislumbra la progresión de los cuadrúpedos a los cetáceos, y que proporciona una prueba evidente de la concatenación de los seres. Añadamos, aunque se le asignó un lugar más abajo, una gran Marsopa conservada completa, y el Delfín blanco del mar glacial, imperfectamente conocido de los naturalistas extranjeros, con su pequeño, del color negruzco que tiene al nacer, y que comienza a blanquear por el vientre.
   Paso por alto los monstruos de distintos cuadrúpedos, que pueden ser observados como caprichos, a los cuales la naturaleza parece haber abandonado en su formación como animales.
   Nuestra colección de partes sueltas de diferentes animales no es menos importante. Un prodigioso número de los famosos huesos de Mamut, que se encuentran enterrados tanto en Rusia como en Siberia, así como de Elefantes, Rinocerontes, Búfalos, Bisontes de América, y otros animales de gran tamaño, captarán nuestra atención. Entre otras piezas sólo destacaremos un cráneo de Rinoceronte de 33 pulgadas de largo por 11 pulgadas y 3 líneas (12) de ancho, y un gigantesco cráneo fósil de Búfalo que mide 21 pulgadas de largo por 13 pulgadas y 11 líneas de ancho. En la actualidad no se conocen otros individuos de este talla ni en los Andes, ni en África, ni entre los Bisontes de la América boreal.
Portada del ensayo de Bacmeister de 1776.
   Entre el resto de osamentas, que conforman nuestra colección en este género, bastará citar la "massacre" (13) de la Cabra salvaje, portadora del bezoar (14), y que fue enviada de Persepa per el señor profesor Gmelin (15), los cuernos de Muflones de Siberia, que pesan de 15 a 20 libras (16) cada uno, los esqueletos de un Elefante, de un León, de Lince y de Almizclero, numerosos dientes de Buey marino y de Manatí, cabezas de Babirusa destacables por sus colmillos retorcidos, y enfin, varios restos de Ballena, que antes del incendio formaban un esqueleto completo.
   Una magnífica colección de aves ocupan el resto de armarios de esta sala. Su número, que supera las 1.200 piezas, responde a otras partes de este gabinete, y le asegura uno de los primeros puestos.
   Los más grandes y los primeros que se se presentan son el Avestruz y el Casuario.
   Nada se aproxima a la belleza de las aves del Paraiso, de los Loros y Periquitos, de los Turpiales, de los Colibríes, del Faisán dorado de China, del Zarapito de Surinam.
   Pero por qué buscar la gloria con la belleza de las aves de climas alejados, cuando el Imperio ruso nos los proporciona en un número considerable, que la naturaleza no los distinguió menos por la belleza de su plumaje, por la nobleza de su porte, y por las singularidades que ofrece su natural.
   Nuestros Faisanes salvajes en ningún caso son inferiores a los extranjeros, y se admirarán los bellos colores de nuestros Flamencos, del Calamón común, de nuestros Zarapitos verdes y dorados, de nuestros Arrendajos, de nuestras Carracas, de la Oropéndola, de nuestros Abejarucos, de los Martines pescadores, del Estornino rosado, de las Currucas de Siberia con la garganta roja o amarilla, de los Herrerillos azules y barbados, de los Picogordos y los Pinzones de Siberia de color rosa, de las Alondras de la nieve, y de tantos otros; la elegancia de la Garcilla y de las Garzas es igualmente remarcable, así como el arte del Tejedor, que construye su nido en forma de bolsa tantas veces admirado.
   No hay curioso a quien no le haya impactado la cantidad y variedad de aves de presa. Desde el más singular conjunto de Búhos, entre los que se encuentran cantidad de blancos de Siberia, y algunas especies de Lechuzas propias de ese país, adaptadas para superar el rigor del clima ártico.
   También estamos bien abastecidos de Águilas de casi todas las especies, de Halcones peregrinos y lanarios, y de Azores distinguibles por su plumaje, además de un gran número de especies menos apreciadas, como el Águila culebrera, el Alcotán, el Cernícalo, el Esmerejón, el Aguilucho pálido, el Halcón abejero, el Ratonero, o los Alcaudones.
   Uno de los principales ejemplares de este género es el "Jelloo" (17) mongol o el Buitre barbado de Siberia (18), que mide 9 pies de envergadura, y que corresponde con la figura que ha dado el señor Edwards (19) de su Buitre de África.
   La variedad de nuestras aves acuáticas es sorprendente. Se pueden admirar varias especies de Gaviotas, de Golondrinas de mar, de Colimbos, de Somormujos, de Fochas, de Pollas de agua, de Cormoranes, el Pelícano, Becadas y otras aves que frecuentan el agua, de las cuales la más grande es la Grulla blanca de Siberia, una de las más remarcables. No terminaría sin detallar todas las especies de Patos, el Friso, el Cuchara, las Cercetas, los Silbones, los Porrones, los Colorados, los Negrones, los Tarros, las Barnaclas, y otras Ocas salvajes, de los que conservamos sus restos disecados con arte.
   Las variedades de aves albinas merecen aún la atención de los curiosos; nos limitaremos a citar algunos Cuervos manchados, una Corneja y una Urraca casi enteramente blancas, un verdadero Urogallo o Gallo de Bruyère reconocible por su cola con forma de horquilla, y que es de la más perfecta blancura, un Pato de un blanco sucio, un Martinete y algunos Gorriones blancos.
   El grupo de aves de los mares del Norte y de Kamtchatka es de lo más completo, contiene entre otros el Albatros oceánico, las Ocas con las que rellenamos el edredón, multitud de especies de Loros marinos poco conocidos, los Petreles y otros, que no se encuentran más que raramente en gabinetes extranjeros."
El Museo Zoológico en 1901 recién instalado en el nuevo edificio.


Bacmeister afirmaba que en el gabinete había 886 tarros con anfibios y reptiles sumergidos en alcohol, o 353 con peces, citando además algunos de los especímenes que a su juicio merecían ser destacados. Los insectos se almacenaban en 332 frascos. También había cefalópodos y zoofitos conservados en licor, unos 1.500 especímenes. Suspendidos del techo relacionaba dos cocodrilos, uno de 14 pies y otro de 9 y cuarto; un delfín; un pez espada de 10 pies; un cráneo de narval con su colmillo y varios colmillos de la misma especie de hasta 7 pies de longitud; una serpiente de 14 pies, y conchas de tortugas marinas. Alrededor de los pilares se mostraban insectos, peces, reptiles, crustáceos y estrellas de mar, todos disecados; y zoófitos sobre los armarios.  Por aquella época, 1776, Pallas había emprendido la tarea de ordenar y clasificar la colección según el sistema de Linné. Los herbarios sumaban 16.000 especímenes vegetales y los minerales rondaban los 8.000. De las paredes del gabinete colgaban cuadros de pintores famosos, entre los que destacaba algún óleo de Rembrandt; también dibujos de plantas e insectos de Maria Sibylla Merian. Abundaban en las salas valiosos objetos de orfebrería, algunos elaborados en plata, oro y piedras preciosas. La colección de medallas y monedas era excelente e incluía centenares de piezas griegas y romanas.

Diorama de gaviotas cabecinegras en la actualidad.
A principios del siglo XIX las guerras provocarían un estancamiento de la colección de Historia Natural. Más tarde algunas expediciones científicas marinas por el mundo y alguna terrestre, como la promovida por el naturalista alemán Georg Heinrich von Langsdorf a Brasil, mantendrían su crecimiento. En el año 1830 la sección de Zoología se segregó de la Kuntskámera aunque continuaría vinculada a la Academia de Ciencias de Rusia, y dos años después se alojaría en tres salas de un ala del Museo de la Academia. La fecha oficial de fundación del Museo Zoológico de la Academia es la del 4 de julio de 1832. En 1882 el Museo ocupaba 32 salas y reunía más de 40.000 especímenes. En 1896 la colección se almacenó en los sótanos de la Antigua Bolsa de San Petersburgo, hasta que en 1901 se instaló en un edificio de nueva construcción, el actual Museo de Historia Natural, situado también junto al río Neva, vecino de la Kuntskámera y de la sede de la Academia, y en la orilla opuesta al Palacio de Invierno y el Hermitage.

Momia natural restaurada de Mamut lanudo expuesta en el Museo.

En la actualidad, la sala principal del Museo contiene la colección zoológica que perteneció a Pedro el Grande, además de varios esqueletos de cetáceos, como el de una ballena azul que alcanza los 27 metros de largo, y de una buena muestra de focas, morsas y leones marinos, además del único ejemplar de pingüino albino del mundo que se expone disecado. La galería superior de esa estancia alberga la colección de insectos. En la segunda sala se muestra la colección de aves, peces, reptiles, anfibios y moluscos, tanto disecados, como esqueletos o preservados en formol. La tercera y mayor sala contiene la colección de mamíferos, entre los que destaca el mamut lanudo hallado en 1900 a orillas del río Berezovka, dos momias naturales de mamuts jóvenes, dos esqueletos completos de mamut y el mayor esqueleto que se exhibe en el mundo de Archidiscodon -Mammuthus- meridionalis, un ejemplar que se encontró al norte del mar de Azov y que las tropas alemanas se llevaron en 1942 durante la guerra y que más tarde sería devuelto. Buena parte de las piezas expuestas en esas enormes segunda y tercera salas se muestran en grupos y en dioramas, incluyendo jirafas y leones. El Museo Zoológico abre a diario entre las 11 a 18 horas, excepto los martes.

Plano del actual Museo Zoológico de la Academia de Ciencias.


Notas y créditos.-
(1) Las imágenes del gabinete del zar y del Museo de San Petersburgo que ilustran este artículo son propiedad del Museo Zoológico de la Academia de Ciencias de Rusia de San Petersburgo.
(2) Las compras de colecciones y el decreto comentado lo detalla Jean Bacmeister en el catálogo del Museo de 1776. Véase la bibliografía.
(3) En la actualidad el edificio alberga el Museo Pedro el Grande de Antropología y Etnografía de la Academia de Ciencias, que contiene, entre otros, la parte restante del gabinete imperial.
(4) Traducido literalmente del francés, hierro de lanza. Desconozco de qué especie se trata.
(5) Isla filipina.
(6) Quizá se refiera a la población eslovaca del mismo nombre
(7) 1 pie equivale a 0,305 metros aproximadamente.
(8) Desconozco de qué especie se trata.
(9) Nombre que popularmente recibe la Allactaga.
(10) Así se conoce popularmente en Francia a la ardilla común.
(11) Nombre popular de la Tamia o ardilla listada.
(12) Una línea, medida de longitud antigua, es una doceava parte de una pulgada. La línea francesa equivale a 2,26 milímetros aproximadamente.
(13) Literalmente en el original.
(14) El bezoar o piedra bezoar es una acumulación de sustancias no digeribles que algunos animales acumulaban en el estómago o en los intestinos, a la que se atribuía poderes como antídoto. De hecho bezoar en persa significa precisamente antídoto.
(15) El naturalista alemán Johann Georg Gmelin (1709-1755) realizó un viaje de exploracón a Siberia entre 1733 y 1743.
(16) 1 libra equivale a 0,456 kilogramos aproximadamente. 
(17) Literalmente en el original.
(18) Quebrantahuesos.
(19) George Edwards (1693-1773) está considerado como uno de los padres de la ornitología inglesa. Entre 1743 y 1751 publicó en cuatro volúmenes History of Birds con grabados coloreados a partir de dibujos suyos. A uno de esos grabados se refería Bacmeister.


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Taxidermidades, 2017.


Bibliografía:
--  Musei Imperialis Petropolitani. Vol.I. Pars prima qua continentur Res Naturales ex Regno Animali , Academiae Scientiarum Petropolitanae San Petersburgo, 1742.
Jean Bacmeister  Essai sur la Bibliotèque et le Cabinet de Curiosités et d'Histoire Naturelle de l'Académie des Sciencies de Saint Petersbourg , Weirbrecht et Schnoor, San Petersburgo, 1776.


Recursos:
Página web del Museo Zoológico de la Academia de Ciencias de Rusia de San Petersburgo. 
Artículo Foma Ignatiev, el "monstruo" de la Kuntskámero de Pedro el Grande en Taxidermidades.
Artículo "Lisette", la yegua del zar Pedro I el Grande en Taxidermidades. 
Artículo El gabinete de curiosidades de Ulisse Aldrovandi en Taxidermidades.
Artículo El gabinete de Francesco Calzolari en Taxidermidades.
Artículo El "Teatro de la Naturaleza" de Ferrante Imperato en Taxidermidades.
Artículo El Museo de Ole Worm en Taxidermidades.
Artículo El gabinete de curiosidades de los Tradescant en Taxidermidades.
Artículo El gabinete de Manfredo Settala en Taxidermidades.
Artículo El Museo Kircheriano en Taxidermidades.
Artículo El Museo Cospiano en Taxidermidades. 
Artículo "Museum museorum" (1714) de Michael Bernhard Valentini en Taxidermidades.