El gabinete de Albertus Seba.

Retrato de Albertus Seba y portada del Thesaurus (1).

Hijo de granjeros, Albertus Seba nació en Etzel Friedeburg, en la Frisia alemana (2), el 12 de mayo de 1665. Interesado ya de niño por la naturaleza, su maestro en la escuela le dio clases adicionales de latín y ciencias naturales. Con diecinueve años comenzó a prepararse como farmacéutico y aprender neerlandés en Neustadtgödens, un asentamiento de menonitas holandeses. Un año más tarde se trasladó a Groningen y al siguiente a Amsterdam, donde estuvo de aprendiz en la botica de Cornelis van der Veer. Trabajó varios años como ayudante de farmacia, además de en Amsterdam, en Núremberg y Estrasburgo, ciudades donde descubrió algunas colecciones de Historia Natural, como por ejemplo la del farmacéutico Johann Leonhard Stöberlein que le acogió en Núremberg. En 1697 se empadronó en Amsterdam donde el 11 de junio del mismo año aprobó el examen que le permitiría abrir su propio establecimiento.

La casa de Seba en Amsterdam (3).
Seba se casó en 1698 con Anna Loopes, hija de un colega, con la que compartiría cuatro hijas. En 1700 adquirió una espaciosa casa cerca del puerto, en Haarlemerdijk, la actual número 110 de Haarlemmerstraat, donde abrió su oficina, a la que llamó De Duitsche Apotheek, La Farmacia Alemana. La proximidad a uno de los puertos más comerciales de Europa contribuyó a su éxito económico. Además de atender a la botica, donde le asistían un buen número aprendices, fundó una empresa de comercio y exportación al por mayor de medicinas que incluso contó entre su clientela con la corte rusa.

Su interés por la Historia Natural, una afición bastante común entre los boticarios, y el trasiego y constante llegada de barcos procedentes de tierras lejanas, facilitó que en poco tiempo Albertus Seba llegara a acumular una notable colección de animales, plantas y minerales. Él mismo importaba plantas exóticas para emplearlas en sus recetas, y entre su clientela abundaban los marinos, a quienes a cambio de tratar sus males les pedía que le trajesen animales en piel o sumergidos en alcohol, además de mariposas, conchas, frutos y plantas. Compraba incluso objetos para revenderlos o intercambiarlos con otros coleccionistas.

Grabado del Tesauro.
Además de recibir objetos remitidos por correspondientes de Sri-Lanka, Groenlania, Virginia y Batavia, la actual Yakarta capital de Indonesia, Albertus Seba estableció relación e intercambió especímenes con otros coleccionistas célebres como el londinense Hans Sloane (4), presidente de la Royal Society; el médico y naturalista zuriqués Johann Jakob Scheuchzer; el naturalista alemán Johann Jacob Baier, presidente de la Academia Leopoldina; o el conde boloñés Luigi Fernando de Marsigli. Sus relaciones propiciaron su ingreso en las academias de Bolonia (1722), Leopoldina (1727), y en la Royal Society (1729), instituciones en cuyas publicaciones Seba iría publicando sus ensayos, como por ejemplo The Anatomical Preparation of Vegetables, o An Account of the Cinnamon Tree in Ceylon, ambos de 1729 y publicados en Philosophical Transactions; o bien Historia exoticorum quorundam medicamentorum simplicium, en 1737 en la Acta physico-medica de la Leopoldina de Ciencias Naturales alemana. Seba fue amigo de su colega farmacéutico amsterdanés y eminente botánico, anatomista y coleccionista Frederik Ruysch.

Su colección pronto alcanzó renombre mas allá de los Países Bajos. Conocedor de que el zar de Rusia tenía previsto realizar en breve un viaje a Holanda para, entre otros propósitos, visitar y adquirir colecciones para aumentar su propio gabinete, el sutil de Seba envió a Pedro I el Grande una descripción del contenido de la suya, con la intención de preparar el terreno para una posible venta. Dicho inventario daba cuenta de varios armarios con 72 cajones repletos de conchas, 32 más con alrededor de un millar de insectos, y casi 400 tarros de vidrio con sujetos sumergidos en alcohol. Efectivamente, el zar compró a Seba su colección en 1717 por la suma de 15.000 florines. En la actualidad buena parte de ella puede admirarse en el Museo Zoológico de San Petersburgo.

Con los ingresos obtenidos por la venta de su primera colección Seba comenzó de inmediato una segunda. Su interés se centró sobre todo en los animales marinos (peces, moluscos, zoófitos, ...), los reptiles y los insectos; aunque también acumuló algunas aves y mamíferos. Seba primó en esta ocasión la calidad o excepcionalidad de cada pieza, lo que le valió que, pronto de nuevo, su gabinete volviera a despertar el interés de los científicos y que, por ejemplo, volviera a ser visitado por Pedro I de Rusia.

Grabado a doble página coloreado del primer volumen del Thesaurus.

Hacia 1730 Seba decidió reproducir los especímenes de su colección en un libro. En octubre de 1831 firmó un contrato con dos editores locales. Él mismo se haría cargo del importe correspondiente a un tercio de los gastos, mientras que las dos terceras partes restantes se obtendrían por la suscripción, abonada también por adelantado, de los compradores de la obra, que obtenían así un descuento del treinta por ciento respecto del precio final de venta al público. El empeño dio trabajo a trece dibujantes y grabadores, entre los que destacan los tallistas Jacobus Houbraken, Pieter Tanjé, Frans de Bakker, Adolf van de Laan o Jan Punt. En total fueron 446 grabados en blanco y negro de gran formato, 176 de ellos a doble página, algunos de ellos tomados prestados de dibujos de otros coleccionistas, como por ejemplo del farmacéutico alemán Heinrich Linck, y de obras anteriores, que se acompañaron de textos principalmente del propio Seba, pero también de algunos otros naturalistas amigos como su conciudadano Ruysch para las serpientes, el sueco Peter Artedi para los peces, Hieronymus David Gaub, Pieter van Musschenbroek, Louis de Jacourt y Jean-Baptiste Robinet. Los compradores que optaban por recibir los grabados coloreados debían ellos mismos hacerse cargo de ese trabajo extra, realizado por J. Fortuÿn, el mejor especialista.

El Tesauro de Albertus Seba, cuyo nombre completo era Locupletissimi rerum naturalium thesauri accurata descriptio, et iconibus artificiosissimis expressio, por universam physices historiam. Opus cui, in hoc rerum genere, nullum par exstitit. Ex toto terrarum orbe collegit, digessit, descripsit et depingendam curavit Albertus Seba Etzela Ostfrisius, alcanzó los cuatro volúmenes, que se imprimieron en tamaño folio mayor y se encuadernaron en cuero. El primer tomo apareció en 1734, se editó en latín y holandés, y reunía plantas y algunos animales de América y Asia. El segundo, en latín y francés, lo hizo al año siguiente, y además de algunas plantas y animales, abarcaba sobre todo serpientes y lagartos. El tercer volumen, que vio la luz en 1758 reunía producciones marinas como peces, conchas, estrellas de mar, cefalópodos y erizos. Finalmente el último (1765) contenía casi un centenar de láminas con insectos, y unas pocas más con minerales y fósiles. El largo periodo de tiempo transcurrido entre la publicación del segundo y tercer volumen se debió a la muerte del propio Seba, el 3 de mayo 1736 en Amsterdam a causa de un cólico renal, y las dificultades económicas derivadas que obligaron a sus herederos a desprenderse de la colección -se subastó en 1752- para poder financiar los dos tomos restantes. Algunas piezas de esa segunda colección se encuentran en la actualidad en el Museo Zoológico de San Petersburgo, en el Museo de Historia Natural de Leiden y en los Museos de Historia Natural de Estocolmo y Londres.

En el Tesauro es frecuente que especies de distintos grupos compartan lámina.

Fruto de la época, incipiente en el estudio de las Ciencias Naturales, el Tesauro de Seba carecía de coherencia metodológica, a pesar de lo cual Carl von Linné, que visitó la colección, se refirió en numerosas ocasiones a dicha obra en su Systema Naturae, el primer trabajo clasificador que estandarizaba una nomenclatura científica, publicado en 1735 precisamente en los Países Bajos. Algunos objetos representados responden no obstante más a un gabinete de curiosidades que a una colección científica. Así podemos contemplar a un bebé nacido muerto sumergido en alcohol, o a una cabra y un gato, ambos con una cabeza y dos cuerpos. Cabe apuntar además que la mayoría de los animales, sobre todo peces, serpientes y reptiles, pero también aves y mamíferos representados en las imágenes, correspondían a especímenes inmersos en tarros. La práctica de la Taxidermia comenzaría a desarrollarse precisamente a mediados del siglo XVIII. Llama igualmente la atención la disposición de los especímenes en los grabados, muchos de ellos colocados de una manera artística. El número de especies reproducidas da cuenta de la extensión que alcanzó esa segunda colección de Seba. Por citar algunos grupos, aproximadamente unos 140 peces, unos 50 mamíferos o unas 650 mariposas.

El libro de Taschen.
El Tesauro de Albertus Seba se reeditaría a finales del XVIII y principios del XIX. Recientemente, en 2001, la editorial alemana Taschen publicó un volumen que reproducía las láminas coloreadas originales del ejemplar que se conserva la Biblioteca Real de La Haya, con explicaciones introductorias en inglés, alemán y francés.


Notas.-
(1) Retrato de Seba. Grabado de Jacobus Houbraken a partir de una pintura de de Jan Maurits Quinkhard.
(2) La llamada Frisia Oriental perteneció al Sacro Imperio Romano Germánico hasta 1680.
(3) Fotografía de Rudolphus/Wikimedia Commons.
(4) Cuya colección daría origen al British Museum.


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Taxidermidades, 2017.


Bibliografía:
Albertus Seba  Cabinet of Natural Curiosities. Das Naturalienkabinett. Le Cabinet des curiosités naturelles , Taschen, Colonia, 2001.


Recursos:
Biografía de Albert Seba en Wikipedia. (en alemán)
Artículo Los Gabinetes de Curiosidades en Taxidermidades.
Artículo El gabinete de curiosidades de Ulisse Aldrovandi en Taxidermidades.
Artículo El gabinete de Francesco Calzolari en Taxidermidades.
Artículo El "Teatro de la Naturaleza" de Ferrante Imperato en Taxidermidades.
Artículo El Museo de Ole Worm en Taxidermidades.
Artículo El gabinete de curiosidades de los Tradescant en Taxidermidades.
Artículo El gabinete de Manfredo Settala en Taxidermidades.
Artículo El Museo Kircheriano en Taxidermidades.
Artículo El Museo Cospiano en Taxidermidades.
Artículo "Museum museorum" (1714) de Michael Bernhard Valentini en Taxidermidades.