El periplo del elefante "Hans".

Nació en Negombo, en la costa oeste de Ceilán, la actual Sry Lanka, alrededor de 1783. Al año siguiente sería capturado junto a una hembra y embarcados ambos rumbo a Holanda. La pareja de elefantes era el regalo que la poderosa Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales ofrecía a su soberano. En 1784, año del fin de la Cuarta Guerra Anglo-Holandesa, arribaron al puerto de Vlissingen y fueron trasladados a Kleine Loo, palacete de recreo de la familia real holandesa, distante un kilómetro de La Haya, en la Holanda Meridional. Durante aquella corta estancia, según nos cuenta el escritor, dibujante, grabador y naturalista francés Jean-Pierre Houel (1) en su Histoire naturelle des deux éléphans mâle et femelle du Muséum de Paris venus de Hollande en France en l’an VI (1803), la pareja de elefantes serían bautizados con los nombres de Hans y Parkie. En varias ocasiones recorrieron el camino entre Het Kleine Loo y La Haya para que fueran admirados tanto por la corte como por los habitantes de la ciudad. Houel cuenta que los dos jóvenes elefantes caminaban con libertad por los jardines del palacete, y que incluso entraban en él, recorriendo apartamentos y subiendo y bajando escaleras, y asistiendo a los almuerzos donde los comensales les ofrecían bebida y comida que los paquidermos prendían con la trompa.

Hans y Parkie. Frontispicio de una obra alusiva de Vignier publicada en 1798 (2).

En 1786, dos años después de la derrota en la contienda contra los ingleses, con una República de los Países Bajos empobrecida, y ante el surgimiento de tumultos revolucionarios, el estatúder de las Provincias Unidas de los Países Bajos, el príncipe Guillermo V de Orange-Nassau y su corte se trasladaron al más tranquilo palacio de Het Loo, en Appeldorn, Güeldres, a unos ciento veinte kilómetros de La Haya. Y con ellos viajaron Hans y Parkie, que fueron instalados en el zoológico del recinto. En enero de 1788 falleció el cornaca, plaza que a partir de febrero ocuparía un inglés apellidado Thompson, que se convertiría en compañero inseparable de los animales. La caída del rey Luis XVI y el alineamiento de las monarquías europeas en contra de la Revolución propició que Napoleon ocupara, entre otras naciones, los Países Bajos en 1795, estableciendo la República Bátava y confiscando todos los bienes reales, incluidos el Gabinete de Historia Natural (3) y el Zoológico. El Museo Nacional de Historia Natural de París envió un grupo de empleados a Het Loo con el encargo de preparar el traslado a Francia de los bienes decomisados. Entre el grupo de funcionarios se encontraba Lassaigne, el ebanista encargado de construir las jaulas que contendrían los animales vivos que debían trasladarse hasta la Ménagerie de la capital francesa, un personaje con quien pronto nos reencontraremos.

Dibujo de Jean-Pierre Houel representando a Hans y Parkie (1803).

El 31 de agosto de 1796 llegó a París la comitiva con los animales del zoo real holandés pero, para decepción del comité de bienvenida, sin la pareja de paquidermos. El 20 de junio, día de inicio del viaje, Hans destrozó su jaula de madera en un intento de reunirse con Parkie, y el resto del grupo tuvo que partir sin ellos. Desconocemos si fue durante aquel incidente o días después cuando Hans perdió una de sus defensas. El 12 de noviembre de 1796 se intentaría por segunda vez el traslado de los elefantes. Unas mil personas acudieron a Het Loo a despedirlos, pero el carro que transportaba a Hans, tirado por dieciséis caballos, se rompió cuando apenas había recorrido un par de kilómetros, justo después de haber franqueado la verja del parque del palacio. Se tardaron cuatro días en reparar el carro, tras lo cual la caravana retornó al punto de partida. Mientras, en París el naturalista Antoine-Laurent de Jussieu se desesperaba ante la posibilidad de que finalmente los elefantes tuvieran que hacer el recorrido a pie. El tercer intento de traslado tuvo lugar casi un año más tarde, el 25 de septiembre de 1797. Se mobilizó un destacamento de artillería y un centenar de caballos de tiro. Se montaron ruedas de artillería a los carros de transporte. Una buena parte del trayecto, todo el que fue posible, se hizo en barco por vías fluviales. Embarcaron en Deventer, a unos once kilómetros de Het Loo. Descendieron el río IJssel, pasando por Zwolle y Kampen, de allí por el canal hasta Utrech, y por el río Lek hasta Rotterdam, donde la comitiva se reaprovisionó. Dordrecht, el río Merwede, y por canal hasta Berg op Zoom. Apenas comenzada la travesía marítima la comitiva se vio obligada a superar una violenta tormenta que duró tres días. Amberes, el río Schelde hasta Gante, donde permanecieron diez días y donde Parkie también perdió uno de sus colmillos. Siguieron el curso del Schelde pasando por Oudenaarde, Valenciennes, Bouchain y Cambray, donde desembarcaron. De allí, por tierra pasando por Saint-Quentin y hasta Noyon, donde alcanzaron el río Oise y después el Sena, que el séquito remontó hasta París.

Hans dibujado por Nicolas Maréchal alrededor de 1798 (4).

El 23 de marzo de 1798, tras seis meses de viaje y casi 920 kilómetros recorridos, Hans y Parkie llegan al Jardin des Plantes. Fueron los primeros elefantes asiáticos que acogió el zoológico parisino, que se había inaugurado cinco años antes. Los detalles de los primeros días en la ménagerie los cuenta pormenorizadamente Houel. El 29 de mayo se les ofreció un concierto de bienvenida en el que dieciséis músicos del Conservatorio interpretaron obras de Gluck, Rameau y otros compositores de moda. Causaron sensación desde su llegada. Los visitantes pudieron contemplar las muestras de felicidad de aquella pareja, una relación que con profusión se recogió en la prensa de la época. Jean-Pierre Houel también las detalla en su libro, que acompaña de una veintena de grabados dibujados por él mismo. Parkie sería rebautizada poco tiempo después con el nombre de Marguerite. 

El 6 de enero de 1802 Hans falleció a causa de una neumonía, según el dictámen de Georges Cuvier que fue el encargado de practicar la autopsia. Houel nos relaciona además el peso y las medidas. Su altura hasta la cruz era de 2,48 metros. Se pesó descuartizado. El peso total del animal fue de 2.691 kilos y su piel pesó 285. Algunas partes del animal se aprovecharían para preparaciones anatómicas. La piel se emplearían en su disecado. Entre 1802 y 1803, Louis Dufresne, jefe del laboratorio de Taxidermia del Museo de Historia Natural de París, asistido por Desmoulins (5), taxidermista especialista en mamíferos, y un buen número de asistentes (6), se esmeran en montar al célebre elefante. El proceso de desollado, preparación de la piel y montaje de Hans es descrito por Dufresne en 1803 en el artículo Taxidermie que escribió para el Nouveau Dictionnaire d'Histoire Naturelle poco antes de dar el animal por terminado. El texto íntegro es el siguiente: 
   "Llegamos en este punto a los animales más grandes, los más costosos y al mismo tiempo los más difíciles de montar. 
   En el momento en que escribimos, acabamos de terminar el del Museo de París, fallecido en el zoológico en el año X. El detalle de los distintos procedimientos supondría una descripción bastante larga, nos limitaremos pues a hacer un resumen. 
   He visto dos elefantes montados en Inglaterra y uno en París: todos están muy deformados, el nuestro parece estar algo mejor. Indicaremos sucintamente los medios que hemos empleado para conseguir preparar de una manera más conveniente los despojos de este que murió en el Museo. 
   El cadáver del elefante tendido en el suelo nos facilita la tarea de tomar nota de todas sus dimensiones. Los grosores se tomaron con una especie de regla que el señor Lassaigne, el ebanista del Museo, fabricó sobre el terreno, un instrumento parecido a un gran compás como el usado por los zapateros. Las curvas del dorso, del vientre, etc., se levantaron con barras cuadradas de plomo de nueve líneas de grosor. Este material al no tener elasticidad se adapta a todas las curvaturas que se le haga tomar y las conserva para disponer de ellas cuando sea preciso. 
   Tomadas las medidas, mi colega Desmoulins ejecutó sobre una de las paredes del taller donde había de construirse el maniquí, el dibujo del animal a tamaño natural. Hecho esto, procedimos al desollado del elefante. Lo pudimos poner panza arriba con la ayuda de polipastos pendidos del techo. En esa posición le practicamos una incisión en forma de doble cruz; la línea central partía de la boca hasta el ano, las otras se dirigían desde la punta de los dos piés izquierdos hasta la de los dos piés derechos; la cola y la trompa se abrieron por debajo longitudinalmente. Rodeamos la planta de los piés a una pulgada de su borde, con la finalidad de que las uñas permanecieran a continuación de la piel; para lograrlo nos vimos obligados a emplear el cincel y el mazo. Esta operación resultó muy costosa. 
   En fin, tras cuatro días de trabajo de unas cuantas personas conseguimos separar la piel del cuerpo; pesó quinientas setenta y seis libras, la extendimos en el suelo con la finalidad de quitar los restos de músculos cutáneos que aún conservaba interiormente, particularmente en la cabeza. 
   La piel en este estado se depositó en una gran tanque, donde esparcimos en todos sus pliegues una gran cantidad de alumbre molido, y enseguida pusimos a hervir agua añadiéndole alumbre, de modo que después de la ebullición aún quedaron restos en el fondo de la caldera. Ese agua se vertió sobre la piel, y seguimos hirviendo más hasta que la piel quedó cubierta unas seis pulgadas por encima. 
   "Habiendo sido tomadas todas estas medidas, Lassaigne construyó un cuerpo artificial en madera de tilo y de castaño."Para mayor precisión de las dimensiones que debía tener el maniquí o estructura encargada de recibir la piel, moldeamos en yeso la mitad de la cabeza desollada, así como una pata delantera y otra trasera. 
   Habiendo sido tomadas todas estas medidas, Lassaigne construyó un cuerpo artificial en madera de tilo y de castaño. Es aquí donde el lector encontraría los detalles demasiado largos y minuciosos si describiéramos los varios e ingeniosos procedimientos que Lassaigne inventó, fuera para cortar madera o bien para conservar las formas que tuvo que dar a esta gran masa. Para evitar toda prolijidad baste decir que construyó este elefante de madera de forma que todas sus partes pudieran ser desmontadas. Podía retirar un panel, no importa de qué parte del cuerpo, e introducirse en el interior por medio de esta obertura, con el fin de disminuir el grosor de la madera o por cualquier otro motivo de utilidad durante su construcción. La cabeza, la trompa, todo hueco para asegurarse de que el cuerpo, complicado al principio por el peso que se le supone, pudiera ser fácilmente transportado de un lugar a otro, sin demasiado esfuerzo.
   El día 12 del vendimiario del año XII, después de haber retirado el agua con alumbre del tanque donde se encontraba la piel, la volvimos a calentar y la vertimos hirviente sobre la piel, dejándola hora y media en ese estado, trás lo cual la retiramos para colocarla aún caliente sobre el maniquí. Esta operación no fue fácil, pero lo que más nos contrarió fue el comprobar que el cuerpo artificial era un poco grande, puesto que la piel no lo cubría enteramente. Sólo había una alternativa. Como no se podía disminuir el grosor de la madera más que a expensas de las proporciones. Por otra parte los pernos y tuercas que unían la estructura hubieran perdido su fuerza, corriendo el riesgo de que la construcción colapsara. Mandé bajar la piel y colocarla sobre los caballetes para disminuir su grosor con la ayuda de unos grandes cuchillos, cortando fuertes y largas tiras de toda su superficie interior. Este trabajo ocupó cinco personas durante cuatro días. Aquellas tegumentos de piel pesaron ciento noventa y cuatro libras. Durante esta operación la piel se secó y por consecuencia perdió su flexibilidad. La mandé introducir en un tanque de agua dulce y fría. Al día siguiente la colocamos de nuevo sobe el maniquí y la fijamos mediante alfileres y clavos chapados; los que sostenían el borde de la piel se clavaban del todo, y el resto solamente hasta la mitad, puesto que buena parte de ellos se eliminarían cuando la piel estuviera suficientemente seca. 
   El desgruesado de la piel nos satisfizo por dos motivos fundamentales: el primero fue que nos facilitó la tarea de cubrir enteramente el maniquí cuyas formas no fueron modificadas, y el segundo que nos aseguraba un secado más rápido. Este último punto no era el menos inquietante, puesto que se temía que la humedad que ocultaba esta piel no se concentrara tanto (a pesar de haber tenido la precaución de haberle dado una mano de pintura al óleo a la estructura de madera) como para que apareciera moho en las partes expuestas al aire. Donde había saturación de alumbre seguramente cristalizó este en el exterior, lo que le dio un color gris bastante desagradable, pero que conseguimos hacer desaparecer del todo frotando la superficie de la piel primero con esencia de trementina y después con aceite de oliva. 
   Los ojos de este animal están perfectamente imitados en porcelana y, cuando sean colocados, le acabarán de dar, por así decir, la vida a cada uno de los grandes cuadrúpedos que hasta el presente no hemos podido más que ofrecer en nuestros gabinetes como una masa amorfa y desprovista de las actitudes naturales.
   La jirafa, el cuaga, el condoma (7), que se encuentran en las galerías del Museo de París, se montaron del mismo modo; y será igual para la mayoría de los grandes animales, como el caballo, la mula, el toro, la vaca, el dromedario, el camello, etc. etc." 
En la siguiente edición del Dictionnaire d'Histoire Naturelle de 1819, Dufresne eliminaría las referencias a las fechas indicadas según el calendario revolucionario y la descripción de los ojos de porcelana, puesto que poco después se impondrían los de vidrio.

La estructura de madera de Hans dibujada por Bourdet de la Nièvre (1820).

La estructura de madera que diseñó Lassaigne fue dibujada por Pierre-François-Marie Bourdet de la Nièvre (8), un joven estudiante que en aquella época recibía clases de Historia Natural en el Museo, y que más tarde adjuntaría como grabado ilustrativo de su libro Mémoire à Méssieurs les professeurs-administrateurs du Muséum d'Histoire Naturelle au Jardin du Roi, (...) suivi d'un traité de Taxidermie (1820), tratado de Taxidermia copiado del de Dufresne. 

Joan Grau-Bassas también se inspiró en Maréchal para ilustrar su tratado (9).

Amandine Péquignot, Philippe Candegabe y Michèle Lemaire en su artículo L'histoire retrouvée de l'éléphant Hans, publicado en 2005, nos aportan algunos detalles a partir de la documentación conservada en el Museo de París. En el registro de facturas aparece anotado que el 3 de octubre de 1802 se le reembolsaron a Lassaigne los gastos ocasionados por la compra de los útiles necesarios para la construcción de aquella estructura de madera, y que pocos días más tarde se le abonarían 300 francos a un curtidor apellidado Aubigny (10) por haber adobado la piel. El mismo registro aporta información acerca de cuándo se terminó el trabajo, puesto que el 27 de junio de 1804 se le entregaron veinte francos a Dufresne para que los repartiera entre los obreros que participaron en el traslado de Hans desde el taller de Taxidermia hasta la sala de cuadrúpedos del Museo. 

La galeria del Museo de París. Hans es el elefante de la derecha. Tarjeta postal de principios del siglo XX.

Parkie, que fallecería en 1816, también fue disecada y expuesta al lado de su pareja en el Museo de París. En julio de 1931 se decidió trasladar a Hans al Museo de Historia Natural de Bourges, villa del departamento de Cher, donde se puede ver en la actualidad. En 1989 sería restaurado y en octubre de 2003, como dicen en el propio Museo, coincidiendo con el bicentenario de su preparación, fue redescubierto. Se trata del elefante disecado más antiguo que se conserva en Francia (11). 

Antes de concluir observemos una curiosidad. En los grabados de Maréchal, de Bourdet y de Grau-Bassas Hans tiene adelantada la pata anterior derecha, mientras que en las fotografías aparece avanzada la pata anterior izquierda. La explicación es la siguiente. Maréchal lo dibujó del natural en la Ménagerie al poco de su llegada en 1798. Su dibujo se grabó para ilustrar algunas obras (4) que tuvieron bastante difusión y fue copiado por, entre otros, Grau-Bassas y Bourdet de la Nièvre para las suyas, este último con tan mala fortuna como para ilustrar una fase del montaje taxidérmico de Hans representándolo con una postura errónea, y ello a pesar de que fue testigo, en su época de estudiante de Historia Natural en el Museo de París, del trabajo del equipo de Dufresne.

Hans en la actualidad (12).
El Museo de Historia Natural de la villa de Bourges se fundó en 1927 a partir de la colección de animales disecados provenientes de las expediciones a África y a la India de Guy Babault, miembro correspondiente del Museo Nacional de Historia Natural de París, la colección de insectos de Gabriel Foucher y la ornitológica de Albert Maës. En 1932 se inauguró el actual edificio del Parc Saint-Paul, en Les Rives d'Auron, en la avenida René Ménard. El Museo recibió importantes aportaciones como la de ciencias naturales del Museo du Berry, del mismo Bourges, y algunos grandes mamíferos provenientes del Museo de París y de la colección de Raymond Rollymat. El edificio fue rehabilitado entre los años 1988 y 1989, circunstancia que fue aprovechada para restaurar a Hans. En esa época el Museo se especializa en quirópteros y poco más tarde se ampliaría con nuevos edificios. Actualmente ocupa unos 2.000 metros cuadrados. Además de a Hans, quizá el animal más icónico del Museo, que se encuentra ubicado en el anfiteatro, el visitante encontrará un ejemplar disecado de kuprey, un raro bovino indochino que se halla en peligro de extinción, muy escaso en colecciones, que llegó al zoológico del Jardin des Plantes en 1781 y que no se consiguió identificar hasta 2003.


Notas y créditos.- 
(1) Houel escribe parte de su libro a partir de las narraciones del cornaca Thompson, el cuidador de los elefantes, y de Lassaigne, un ebanista empleado del Jardin des Plantes. Ambos apareceran en el relato en breve.
(2)  Frontispicio de la obra de Vignier Vertus morales des deux éléphants mâle et femelle nouvellement arrivés à la ménagerie nationale du Jardin des Plantes, précédées d'un Traité sur le genre de ces animaux, tiré de Buffon (Gueffier jeune, Paris, 1798).

(3) Las incautaciones por parte del ejército francés que empobrecieron el Gabinete de Historia Natural del príncipe holandés comprendieron, entre otros, unos 10.000 minerales, unos 3.900 especímenes vegetales, unos 5.000 insectos, 9.800 especímenes malacológicos y casi 1.200 aves disecadas.
(4) El dibujo de Nicolas Maréchal se grabaría más tarde, en 1808, para incluirlo en la obra Illustrations de la Ménagerie du Muséum National d'Histoire Naturelle, escrita por Cuvier y Lacépède. El grabado reproducido en este artículo lo coloreó S. Milne a partir del grabado del de Maréchal y se incluyó en la traducción inglesa de Le Règne Animal de Cuvier, que se publicó en Edimburgo entre 1835 y 1839. Como comprobaremos en las siguientes ilustraciones, el dibujo de Maréchal inspiraría otros más.
(5) Desmoulins ocupó el puesto de ayudante-naturalista entre 1794 y 1832.
(6) Dufresne no menciona los nombres de los ayudantes. En 1803 los ayudantes-naturalistas del Museo, además de Dufresne y Desmoulins, eran Valencienne, Deleuze, Duméril y Mirbel, según cuenta Jean-Baptiste Pujoulx en su Promenades au Jardin des Plantes.
(7)
Así nombró Buffon al kudú africano.
(8) Pierre-François-Marie Bourdet, natural del departamento de la Nièvre fue un militar, viajero y naturalista aficionado, que en 1800 marchó a París para recibir su enseñanza secundaria, tras la cual, en 1803, empezó a asistir a las clases de Historia Natural que en el Museo impartían Cuvier, Lacépède, Geoffroy, Lamarck, Desfontaines, Thouin, Jussieu y otros. Fue en esa época de estudiante cuando coincidió con el montaje de Hans.
(9) Esta lámina apareció en la obra de Joan Grau-Bassas Torà Nociones de Taxidermia. Manual  de disecar y embalsamar los animales, publicado en Barcelona en 1849.
(10) Posiblemente se trate de Jean-Antoine Derubigny de Berteval (1732-1811), que ejercía en el número 41 de la rue Censier de París, la calle de los  curtidores, muy próxima por cierto al Jardin des Plantes y al Museo. En diciembre de 1777 Desubigny fue encarcelado once días en la Bastilla a causa de una disputa sobre la reglamentación que regulaba el gremio de curtidores. Entre el 19 de febrero de 1794 ingresó de nuevo en la prisión de Luxembourg, donde permaneció dos meses. En 1796 "abrió en nombre del pueblo soberano", tras la Revolución, la primera iglesia de París, la de Saint-Médard, próxima a la calle Censier. Escribió el libro Observations importantes à la patrie sur l'abus et les devoirs des répresentants du peuple, un opúsculo con observaciones a la Convención Nacional, otro con reflexiones patrióticas, uno más de llamamiento a la religión católica, y finalmente también escribió otro poco más extenso, igualmente dirigido a la Convención, sobre observaciones económicas de carácter gremial. En 1789 fue elector de París.
(11) Con motivo del décimo aniversario de su redescubrimiento, en octubre de 2013 se programó una conferencia científica y una conferencia musical en el que se interpretaron las mismas obras que en aquel recibimiento en la Ménagerie de París en mayo de 1798. En el díptico del evento se podía leer "Hans el más antiguo elefante disecado en el mundo se encuentra en el Museo de Bourges", una afirmación poco más que inexacta, puesto que en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid se puede admirar también la doble preparación de un elefante indio disecado y su esqueleto, que datan de 1778, un cuarto de siglo anterior a la de Hans.
(12) Fotografía extraída de la página web del Museo de Historia Natural de Bourges.


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Taxidermidades, 2015.


Bibliografía:
Pierre-François-Marie Bourdet de la Nièvre  Mémoire à Messieurs les Professeurs-Administrateurs du Muséum d'Histoire-Naturelle au Jardin du Roi, sur les qualités et les conaissances que doit avoir un Naturaliste-Voyageur, sur les moyens de recueillir, de conserver et d'expédier una grande quantité d'objets d'histoire-naturelle, le plus sûrement et le plus écononomiquement possible; suivi d'un traité de Taxidermie , Walthard et Burgdorfer, Fischer y Desrogis, Berna, Lausana y Ginebra, 1820. 
Louis Dufresne   Taxidermie , en Nouveau Dictionnaire d’Histoire Naturelle, tomo 21, Deterville, Paris, 1803.
Louis Dufresne   Taxidermie , en Nouveau Dictionnaire d'Histoire Naturelle, tomo 32, Deterville, París, 1819.
Louis Dufresne Taxidermie ou l’art de préparer et de conserver la dépouille de tous les animaux, pour les Musées, les Cabinets d’Histoire Naturelle, apliquée aux Arts, etc. , Deterville, Paris, 1820.
Jean-Pierre Louis Laurent Houel   Histoire naturelle des deux éléphans mâle et femelle du Muséum de Paris venus de Hollande en France en l’an VI  , Paris, 1803.
Amandine Péquignot, Philippe Candegabe y Michèle Lemaire  L'histoire retrouvée de l'éléphant Hans , en La lettre de l'OCIM, nº 97, Office de Cooperation et d'Information Muséographiques, Dijon, 2005.
Jean-Baptiste Pujoulx  Promenades au Jardin des Plantes, à la Ménagerie et dans les galeries du Muséum d'Histoire Naturelle , Guilleminet, Paris, 1804.

Recursos:
Artículo Banquete en el interior de la elefante "Parkie" en Taxidermidades. 
Artículo Louis Dufresne, jefe del laboratorio de Taxidermia del Museo de París en Taxidermidades.
Articulo "Taxidermie", el influyente tratado de Louis Dufresne en Taxidermidades.
Artículo El Museo Nacional de Historia Natural de París en Taxidermidades.
Página web del Musée d'Histoire Naturelle de Bourges dedicada al elefante Hans.
Artículo Pierre-François-Marie Bourdet, su tratado de Taxidermis y su elefante en Taxidermidades.
Artículo La historia del elefante "Solimán" en Taxidermidades.