"L'Art de la Taxidermie au XXe Siècle" de Didier y Boudarel.

Cubierta del libro.
Publicado en 1921, el volumen L'Art de la Taxidermie au XXe Siècle, escrito por Robert Didier, zoólogo, entomólogo y profesor asociado, y el taxidermista Albert Boudarel, ambos empleados del Museo Nacional de Historia Natural de París, supone ante todo el testimonio de la adopción y empleo de los métodos taxidérmicos dermoplásticos en dicha institución. La obra, de 74 páginas, abundantemente ilustrada, 57 dibujos y 49 láminas fotograbadas, se define como un "compendio de técnica práctica de Taxidermia para naturalistas profesionales, aficionados y viajeros". En realidad sus mayores aportaciones son la histórica y la gráfica. L'Art de la Taxidermie se reeditaría en 1948, 1968, 1974 y 1981.

La introducción de la obra a cargo de Édouard Louis Trouessart, profesor de mammalogía y ornitología del Museo de París, es un repaso sucinto a la historia de la Taxidermia. Ante la la ausencia de evidencias de cierta preparación taxidérmica de los animales tanto en textos antiguos como de la Edad Media, Trouessart se refiere a la preparación de cadáveres de personas y animales en el Antiguo Egipto y al empleo de las pieles de animales como vestimenta, y afirma que "en los primeros siglos de la Edad Media" restos de ciervos y jabalíes -sobreentendemos cráneos y colmillos- decoraban las galerías de los castillos a modo de trofeos de caza. "Durante aquel periodo", prosigue, "los alquimistas, zahoríes y nigromantes, para impresionar a los profanos que los visitaban en su gabinete, decoraban los muros con restos de animales desconocidos por el vulgo y preparados por procedimientos a menudo muy primitivos". Trouessart remite a la imperfecta colección de Historia Natural de René-Antoine Ferchault de Réaumur; y a la invención del jabón arsenical de Jean-Baptiste Bécoeur, quien además poseía según el naturalista François Le Vaillant, una excelente colección de aves europeas muy bien preparadas (1), como el punto de inflexión, segunda mitad del siglo XVIII, que opera como revolución en este arte. Trouessart sobrevuela la evolución en la preparación de los mamíferos, desde el simple y tosco empajado, pasando por el modelado de una escultura de madera, o de cartón piedra como se aplicó primeramente en el Museo de Leiden (2), o empleando las técnicas dermoplásticas -no cita a los renovadores taxidermistas alemanes- que en el museo parisino adoptó Jules Terrier. Trouessart concluye su texto advirtiendo acerca del mantenimiento de las colecciones y la necesidad del empleo de la naftalina (3), el alcanfor (4), la bencina (5) o el más peligroso sulfuro de carbono.
 

Tela metálica superpuesta a la silueta de tablero. Fotograbado del libro.

 
Los autores insisten en su prefacio en los aspectos históricos. Se refieren nuevamente a las momificaciones egipcias y establecen hacia 1750 el surgimiento de la Taxidermia, primero aplicada a aves y pequeños mamíferos y más tarde a grandes mamíferos (6); primero simplemente henchiendo la piel curtida, y a continuación empleando armazones. Didier y Boudarel citan algunos de los ejemplares del Museo. El cuaga montado sobre un maniquí de madera durante el reinado de Luis XVI. La jirafa que trajo Le Vaillant montada por Pierre-Antoine Delalande en 1820, utilizando una estructura de hierro pero emborrando la piel. El elefante asiático hembra montado en 1817 sobre una estructura de madera (7) fabricada por Lassaigne. La jirafa montada por Théodore Poortman en 1845 (8) sobre una escultura de madera; o los gorilas asimismo montados por Poortman (9), un macho adulto y una cría, los primeros de la especie montados en el mundo, tomando como modelo una escultura a escala realizada por él mismo en arcilla, probablemente la primera ocasión en que se empleó una maqueta como muestra en el Museo de París. A. Quentin ensayó con escaso éxito el montaje de la piel de un asno salvaje sobre una escultura recubierta con arcilla y papel encolado. "Y llegamos a los métodos actuales" prosiguen:
   "Es el señor Terrier, todavía en la actualidad jefe de los trabajos de Taxidermia en el Museo, quien, en 1894, probó el empleo de yeso de modelar; esta idea le vino mientras realizaba la escultura en heno del búfalo que montaba. La escultura de este maniquí fue hecha con la ayuda de una silueta de madera, completada con aros; los huesos se copiaron en madera a partir de los del animal, puesto que el esqueleto completo se conservó en el laboratorio de anatomía comparada (grabado III). Sobre este armazón de madera, el maniquí fue completado con mechas de heno entrelazadas hiladas con grandes agujas (grabado IV). Hizo una maqueta en arcilla de este búfalo cuando vivía en el zoológico, y a partir de esta maqueta, para reproducir sobre su maniquí de heno exactamente la forma de las protuberancias musculares, se sirvió de yeso; el ensayo fue exitoso, puesto que el búfalo que puede admirarse en las galerías del Museo es una verdadera obra maestra de montaje (grabado V). Es al señor Terrier, igualmente escultor de gran talento, a quien debemos la base del procedimiento que en nuestros días ofrece las mayores garantías de solidez y precisión en la forma.
   El procedimiento actualmente empleado y que oportunamente describiremos es un perfeccionamiento, asimismo aportado por Terrier a su procedimiento tipo: silueta en madera del cuerpo del animal, armazón de hierro, tela metálica recubierta de mechas de yeso y la piel aplicada encima." (10)

Didier y Boudarel, como Trouessart, obviaban también en su texto que la técnica de Jules Terrier ya existía y que se practicada hacía décadas en algunos museos europeos.
 

Escultura terminada en escayola lista para recibir la piel.

 
Herramientas e indicaciones acerca del empleo de alambres. Los preservativos que proponen los autores para aves o pequeños mamíferos son el jabón arsenical o su fórmula ligeramente modificada y compuesta por 1.000 gramos de jabón blanco, 500 de ácido arsenioso, 250 gramos de carbonato de potasa (11), 50 gramos de alcanfor y 1.500 de Blanc de Meudon (12). Para el curtido de pieles de mamíferos reportan el tradicional curtido al alumbre en las siguientes proporciones: 1 kilo de alumbre de roca (13) y 1/2 kilo de sal marina por cada 9 litros de agua. Una cuarta fórmula, empleada para pulverizar periódicamente las colecciones con el propósito de mantenerlas y ahuyentar los insectos devoradores, consiste en la mezcla de 500 gramos de alcohol de 90º, el alcanfor "suficiente hasta saturar el alcohol", 50 gramos de esencia de tomillo o de serpol (14), 500 de bencina, y 20 gramos de ácido fénico (15) cristalizado.
 
Entrelazado de alambres en las aves.
Las indicaciones para el desollado y la preparación de aves y mamíferos de pequeño tamaño no suponen novedad alguna respecto a la generalidad de manuales, incluso evidencian un paso atrás, puesto que no emplean un cuerpo artificial en sustitución del original, proponiendo por contra un entrelazado en el interior de la piel de los alambres de las extremidades, y el simple henchido con estopa cortada, técnica que ya se empezó a abandonar un siglo antes en favor de la confección del mencionado cuerpo ficticio.

La preparación que se describe de los mamíferos de talla grande sí se hace en cambio de acuerdo con las técnicas en boga, lo que convierte al libro de Didier y Boudarel en una suerte de certificado de asunción por parte de la Taxidermia francesa de cierta dermoplastia evolucionada, la que desde hacía un par de décadas en Estados Unidos ya ensayaba esculturas huecas y materiales más ligeros (16). Esta sección, mucho más breve de lo esperado, es la que justifica el título de la obra y la que pretendían publicitar sus autores. Obviando el ordinario desollado y curtido de la piel, el montaje propuesto se realiza efectivamente sobre una escultura hueca confeccionada a partir de una silueta del animal recortada en un tablero, sostenida en el aire por unas varillas de hierro con la curvatura precisa de las patas, y una quinta varilla sujetando el cráneo. El volumen del cuerpo se obtiene sobreponiendo alambres y tela metálica, y sobre esta, estopa empapada en escayola, terminando finalmente la escultura con una fina capa de yeso. Una vez seco el maniquí, se aplica a su superficie una mano de aceite de linaza que actuará como aislante. Dos o tres días más tarde se unta la parte interna de la piel curtida con una pasta compuesta por harina de trigo disuelta en agua y algo de aceite de oliva y se procede a colocar, fijar y coser sobre la escultura.
 

Montaje terminado.

 
El tratado prosigue abordando la preparación de reptiles, anfibios y peces. Las serpientes desolladas a partir de una incisión en el vientre hasta el ano, la piel curtida al alumbre y rellena introduciendo un alambre envuelto con estopa -entendemos que por la boca-. Los lagartos y cocodrilos procediendo como con los pequeños mamíferos. Las tortugas lo mismo separando el plastrón. Los anfibios desollados por la boca o de forma más fácil mediante una incisión en la barriga y montados como los mamíferos. Los peces desollados practicando una incisión longitudinal en el vientre y montados formando un óvalo de alambre que también servirá de soporte, y rellenando la piel con algodón o estopa cortada, secándolos en oscuridad y si han perdido el color, aplicándoles una ligera mano pintura diluída en esencia de trementina (17). El libro concluye aconsejando acerca de la conservación de reptiles, anfibios y peces sumergidos en alcohol o acetato de sosa,  y sobre el almacenamiento y conservación de las colecciones.
 
 
La piel de los pequeños mamíferos simplemente henchida y cosida.

 
Robert Didier (Porte de Saône, 4 de febrero de 1885 - París, 10 de mayo de 1977), médico cirujano, trabajó en el Hospital Péan y fundó el Hospital Croix Saint-Simon, ambos en París. Asimismo naturalista, se incorporó al Museo de Historia Natural de París, donde su amigo Eugène Louis Bouvier dirigía el Laboratorio de Entomología, y donde ejercería como profesor asociado. Especialista en mamíferos, aves y lucánidos, publicó decenas de artículos científicos. Entre sus libros más destacados podemos citar, además de L'Art de la Taxidermie, Les Mammifères de France (con Paul Rode, 1935), y Études sur les Coléoptères Lucanides du Globe (1937).

Escultura de Albert Boudarel.
Albert Vidal Alexandre Boudarel (París, 19 de septiembre de 1888 - 9 de septiembre de 1969), hijo de un profesor de francés, segundo de cinco hermanos, escultor animalista, alumno de Paul-Louis Lausea-Rousseau, a partir de 1908 expone en el Salón de Artistas Franceses donde en 1910 obtiene una mención, en 1914 una medalla de bronce y en 1920 una medalla de plata y el premio Palais de Longchamp. Ese mismo año es nombrado aprendiz taxidermista en la Cátedra de Zoología del Museo de París en sustitución de Kollman, convirtiéndose en discípulo de Jules Terrier. Viajó a Kenia en la expedición científica del Museo de Guy René Babault. En 1919 se casó con Aurélie Alice Randé, con quien tuvo dos hijos, André-Albert (1909) y Louise (1911). Se desconoce hasta cuándo estuvo en activo.
 

Notas y créditos:
(1) Le Vaillant recibió clases de Taxidermia de Bécoeur.
(2) Jacobus Thomas ter Meer, el segundo miembro de la saga de los ter Meer, dinastía que destacaría en el empleo, evolución y difusión de la dermoplastia a lo largo del siglo XIX y principios del XX, ingresó en el Museo de Leiden en 1825. Sus hijos Franciscus Hendrikus y Hermanus Hendrikus y su nieto Hermanus Hendrikus jr. trabajarían asimismo en el museo neerlandés. Este último, que a partir de 1907 ingresaría en el Instituto Zoológico de Leipzig, se convirtió en uno de los mayores publicistas de dicha técnica.
(3) Sustancia cristalina que se obtiene de la destilación del alquitrán de hulla empleada como antipolillas.
(4) Antiséptico que originalmente se obtenía de la madera del árbol alcanforero (Cinnamomum camphora), y que en la actualidad se sintetiza a partir del aceite de trementina.
(5) Éter de petróleo.
(6) En este punto recordemos la existencia de mamíferos montados más de un siglo antes, como por ejemplo los caballos de los archiduques Alberto de Austria e Isabel montados hacia 1600, o el hipopótamo de la Universidad de Pavía preparado por el médico Girolamo Fabrici d'Acquapendente en 1601.
(7) Sobre ello trata el artículo Banquete en el interior de la elefante "Parkie", publicado en Taxidermidades, y que precisamente parte de la litografía que a modo de frontispicio contiene L'Art de la Taxidermie au XXe Siècle.
(8) En el texto se aporta erróneamente la fecha de 1842. Sobre este ejemplar véase el artículo "Zarafa", la jirafa del rey Carlos X del Museo de Historia Natural de La Rochelle.
(9) Los gorilas aparecen en una de las láminas del libro. Algunos detalles sobre esta preparación y biográficos de Poortman se recogen en el artículo "Tableau du Préparateur de Zoologie". Théodore Poortman publicado aquí en Taxidermidades.
(10) Véase el artículo Jules Terrier, introductor de la técnica dermoplástica en el Museo de París, donde además de reunir datos biográficos acerca del personaje, se describe el montaje de este búfalo ilustrado precisamente con los grabados que aquí se citan.
(11) Conocida popularmente como sal tártara.
(12) Compuesto por un 90 % de carbonato de calcio y un 10 % de arcilla.
(13) Sulfato de aluminio y algún otro metal. Mineral con propiedades curtientes.
(14) Plantas aromáticas del género Thymus.
(15) Fenol. Potente fungicida, bactericida, antiséptico y desinfectante.
(16) John Stewart Rowley, por ejemplo, ya empleaba en 1898 la técnica de malla metálica revestida de escayola que se describe a continuación en el texto. Véase el artículo Los tratados de Rowley: "The Art of Taxidermy" y "Taxidermy and Museum Exhibition".
(17) Aguarrás. Disolvente.
 
 
 
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Taxidermidades, 2021.
 
 
Bibliografía:
Robert Didier y Albert Boudarel  L'Art de la Taxidermie au XXe Siècle, Paul Lechevalier, París, 1921.
 
Recursos:
Artículo Réaumur, precursor de la Taxidermia en Taxidermidades.
Artículo El jabón arsenical de Bécoeur en Taxidermidades.