El gabinete de curiosidades de Ulisse Aldrovandi.

Uno de los gabinetes de curiosidades naturales más conocidos es, sin duda, junto al de Ferrante Imperato o el de Francesco Calzolari, el que formó Ulisse Aldrovandi (Ulysses Aldrovandus). Todos ellos formaron sus museos con el propósito común de coleccionar, observar, comparar, investigar y comunicar sus avances, a diferencia de otros gabinetes de curiosidades, los conocidos como studiolos, recintos cerrados al público donde los nobles o príncipes renacentistas de retiraban a reflexionar y contemplar su preciada colección de objetos, adquiridos en su inmensa mayoría.
 

El gabinete Aldrovandi conservado en el Palazzo Poggi  (1).

El naturalista, botánico y entomólogo italiano Ulisse Aldrovandi nació en Bolonia el 11 de septiembre de 1522. Su biografía la recoge Giovanni Fantuzzi en su Memorie della vita di Ulisse Aldrovandi (1774). Hijo de Teseo Aldrovandi, notario y secretario del Senado de Bolonia, y de Veronica Marescalchi, era el tercero de cuatro hermanos, tres niños y una niña. Quedó huérfano de padre cuando contaba seis años. Los hermanos estudiaron con un tutor privado y Ulisse destacó como el mejor predispuesto para el estudio. Con doce años, sin conocimiento de los suyos y sin dinero, marchó a pie a Roma. Su madre, preocupada, escribió al cardenal Campeggi y a otro pariente suyo, Filippo Maria Rossi, para que se hicieran cargo de su hijo. El cardenal le consiguió trabajo y acomodo como paje de cámara del obispo de Cerdeña, pero el joven Ulisse sólo le sirvió cuatro meses. Regresó a Bolonia para proseguir con sus estudios. Estudió matemáticas y a partir de 1536 empezó a trabajar como contable con un negociante, primero en Bolonia y más tarde en Brescia, para contribuir con un "onorevole stipendio", un buen sueldo, a la economía familiar. 

Aldrovandi retratado por Bartolomeo Passerotti.
El inquieto de Ulisse volvió a Bolonia y en 1538 viajó de nuevo a Roma,  para buscar trabajo con algún mercader, pero no encontró ningun alojamiento que se adaptara a sus necesidades. Los ruegos de su madre y de parientes y amigos determinaron su regreso a Bolonia. En el camino de vuelta, a la altura de Castel San Pietro se unió a un peregrino siciliano que hacía el Camino de Santiago de Compostela. Como cuenta Giovanni Fantuzzi "así, mientras su madre esperaba impaciente su retorno a casa, Ulisse viajaba a Compostela y a medida que avanzaba iba sufriendo todas las incomodidades y los peligros a que están sujetos los peregrinos y que ampliamente se describen y citan en su vida". Atravesó la Provenza francesa durante el final de la primera guerra entre Carlos I de España y Francisco I de Francia. Pasó por Barcelona, donde renovó su ropaje, y por el monasterio de Montserrat, donde permaneció tres días. Sin recursos y contando solamente con la hospitalidad que se le ofrecía llegó hasta los entonces confines de la tierra, la iglesia de Santa María das Areas de Finisterre. A la vuelta, embarcó en Marsella y al arribar a Génova, decidió emprender una nueva peregrinación a Jerusalén, pero su compañero de viaje no estaba dispuesto a acompañarlo, y finalmente desistió. En 1539, con diecisiete años, regresó a Bolonia donde empezó a estudiar Letras y Derecho. Su hermano mayor, Floriano, había fallecido durante su ausencia. Su otro hermano, Achille, escogería la carrera eclesiástica llegando a ser nombrado primero abad y más tarde comendador en Roma. De su hermana Lucrezia no sabemos nada. En 1541 Ulisse ya ejercía de escribano o notario y acabó graduándose en 1546. En 1547 siguió cursos de filosofía, y al año siguiente se trasladó a Padua para estudiar lógica, filosofía, medicina y matemáticas. De nuevo en Bolonia, en 1549 conoció al botánico Luca Ghini que le despertó su interés por el conocimiento de las plantas. Sin conocer los cargos, la Inquisición lo acusó de herejía. En realidad, sus relaciones con el anabaptista Camillo Renato lo convertieron en sospechoso. Fue detenido junto a otros boloñeses el 12 de junio y, aún después de abjurar, fue conducido a Roma con el propósito de enjuiciarlo de nuevo. La muerte del papa Pablo III y el proceso sucesorio favoreció su absolución.
 

Cerdo marino (Oxynotus centrina). Grabado contenido en De piscibus.

 
Durante su obligada estancia en Roma se interesó por la escultura y escribió Le statue antiche di Roma, publicado en Venecia en 1566. Allí conoció al médico francés Guillaume Rondelet, acompañante del cardenal François de Tournon asistente al cónclave, que en aquel momento se encontraba escribiendo su tratado sobre peces. Fantuzzi cuenta que durante aquella estancia Aldrovandi compró algunos peces, que serían los primeros especímenes que formarían su futuro gabinete de curiosidades. En 1551 y 1554 organizó expediciones botánicas con el objetivo de recolectar plantas con las que empezaría a formar su impresionante herbario. En 1551 participó en la excursión al Monte Baldo, junto a Luigi Anguillara, director del Jardín Botánico de Padua, Andrea Alpago, médico y profesor en Padua, y Francesco Calzolari, boticario de Verona y propietario, como hemos comentado, de otro magnífico gabinete de curiosidades, y que fue quien escribió una obra sobre aquella expedición. A la vuelta, Aldrovandi permaneció unos días en Padua visitando al profesor Gabrielle Falloppio que le propuso dictar algunas clases en aquella universidad, lo que le sirvió para enemistarse involuntariamente con Anguillara, responsable del orto botanico local.Aldrovandi era partidario del estudio de la naturaleza sin condicionamientos metafísicos o religiosos. En 1553 se doctoró en Filosofía y Medicina con el propósito de habilitarse y poder optar a una cátedra. A finales de año fue admitido como profesor numerario en la Facultad de Filosofía y Medicina, aunque esta última no la ejerció.  A partir de 1554 enseñó gica y, a pesar de que la universidad no acostumbraba a cambiar a un lector de cátedra al menos en un periodo mínimo de tres años, en 1555 empezó a impartir Filosofía, asignatura que mantuvo hasta 1600. El senado boloñés le asignó un sueldo de 200 liras. Docente e investigador, Aldrovandi era partidario del estudio de la naturaleza sin condicionamientos metafísicos o religiosos. En el debate de su época se alineó con las tesis de Averroes que defendía a Aristóteles y afirmaba que la filosofía no contradecía a la religión. Además de herborizar y recoger especímenes para su museo, visitaba y consultaba a prestigiosos estudiosos de las ciencias naturales. Sus periodos de vacaciones del mes de mayo los aprovechó para viajar a los montes de Alvernia (1557), a los Alpes de Sibilla, y a lo largo de la costa adriática, recogiendo plantas y producciones marinas.
 

Unicornio o Rinoceronte. Grabado contenido en Quadrupedum omnium.

 
Fantuzzi escribe sobre las clases extraordinarias de historia natural que impartía Aldrovandi:
   "Era vastísima la erudición que Ulisse había adquirido con el estudio de las cosas naturales; era tan grande el placer con que trataba la materia, que se recordaban sus lecciones tanto por lo uno, como por lo otro. El mismo espíritu movía a los estudiantes; la concurrencia siempre muy numerosa y un aplauso general acompañaba siempre el final de las lecciones."
Era tal el éxito de sus lecciones de historia natural, que el 11 de febrero de 1561 el senado de la ciudad aprobó un decreto, sin necesidad de votación, aceptando una propuesta del propio Aldrovandi para que aquellas lecciones se convirtieran en ordinarias. Así surgió su cátedra, la Lettura de' Semplici. A la lección inaugural asistieron el gobernador de la ciudad, un arzobispo, un obispo, un cardenal, y varios senadores y nobles. Las clases de botánica de Aldrovandri solían finalizar con un ejercicio práctico en el que mostraba a sus alumnos lo explicado en la lección, y lo hacía en su jardín botánico donde cultivaba las plantas que precisaba. El éxito le valió que el senado le aumentara el sueldo en 200 liras.

Durante el Concilio, Aldrovandi viajó hasta Trento acompañando a un senador conocido suyo que fue a visitar a un hermano cardenal, auditor del Tribunal de la Rota, y a otro conocido, amante de la historia natural. Por el camino, en Mantua visitó el jardín botánico de Borfato, las canteras de mármol de Verona y los alrededores de Trento. De retorno a Bolonia, se detuvo en Padua, donde su amigo Falloppio le regaló minerales metálicos procedentes de Alemania, y en Venecia. 

Persuadido por familiares y amigos, Aldrovandi se casó en 1563 con Paola Macchiavelli, una joven perteneciente a una ilustre y antigua familia boloñesa. El matrimonio duró solamente 19 meses. Su joven esposa enfermó gravemente y murió en 1565 a la edad de 18 años. Tras la pérdida, para recuperarse marchó una temporada a Ravena, junto a su hermano Achille, entonces abad de un convento. De vuelta a Bolonia no tardó mucho en contraer nuevo matrimonio. El 10 de octubre de 1565 se casó con Madonna Francesca Fontana, hija de un noble de la ciudad, con quien tuvo dos hijos, una niña que sólo vivió seis meses, y un niño que sólo vivió dos. A Aldrovandi le sobrevivía, no obstante, un hijo ilegítimo fruto de sus años de juventud.

En 1568 el Senado de Bolonia aprobó la propuesta de Aldrovandi de creación de un Orto Pubblico, que él mismo dirigiría durante 38 años, hasta su fallecimiento. La primera ubicación de aquel jardín botánico fue un patio del Palazzo Pubblico, cercano al aula donde Aldrovandri impartía sus enseñanzas. El 7 de octubre de 1571 inició una expedición naturalista que le llevó a Ferrara, a Mantua, donde Ippolito Serena le procura dibujos de plantas y aves, a Verona, donde visita el gabinete de Calzolari, a Vicenza, a Padua, donde visita el orto botanico público y la colección de historia natural de Giacomo Cortuso, para retornar a Bolonia haciendo una parada en Ferrara.

Frontispicio de Ornithologiae libri XII.
Hombre inquieto, promovió en Bolonia el establecimiento del Protomedicato, el organismo que, además de formar al personal sanitario, vigilaba el buen ejercicio de la medicina y la farmacia. El Protomedicato debía establecer un antidotario, es decir, el libro que reuníese los medicamentos y estableciese su composición. El senado de la ciudad propuso a Aldrovandi como presidente del Protomedicato, a espaldas del Colegio de Médicos de la ciudad, y este comunicó al sabio que se considerase expulsado de la entidad. Para reconducir la situación, el senado encargó al Colegio de Médicos que redactara, conjuntamente con Aldrovandi, el antidotario, Antidotarii Bononiensis Epitome, que se publicó en 1574, y del que Aldrovandi se desentendió al no ver reconocido su trabajo en las dedicatorias de la obraEn 1575, a causa de una disputa con los farmacéuticos boloñeses acerca de la teriaca (2), una popular medicina, fue suspendido de toda función pública por un período de cinco años y expulsado del Colegio de Médicos de Bolonia. El origen del problema fue que el Orto Botanico proveía de plantas a un convento de monjes que preparaban la conocida melaza, un trabajo que estaba reservado a los farmacéuticos. Además, los monjes no habían seguido la fórmula contenida en el Antidotarii y el naturalista intercedió para que el Protomedicato no prohibiera la teriaca de los monjes. El Protomedicato decidió, por nueve votos contra tres, prohibirla. Ulisse no acató la decisión de la mayoría y el Colegio de Médicos no tuvo más opción que decidir su expulsión.

La intercesión del papa Gregorio XIII, primo de su madre, consiguió que Aldrovandri fuese restituido al año siguiente como profesor y médico colegiado, además de apoyar económicamente la publicación de sus obras. Algunas de ellas están dedicadas al papa Clemente VIII, la autoridad de la iglesia católica en el momento en que se publicaron. Así, recibió una dotación de 1000 escudos como contribución a la publicación de sus obras, en las que trabajaron los mejores dibujantes, grabadores y copistas de la época: los veroneses Jacopo Ligozzi y Giovanni Neri, Lorenzo Bennino de Florencia, Cornelius Swintus de Frankfurt, y Christopher Coriolanus y su sobrino, grabadores de Núremberg. Aquella subvención contó con el apoyo mancomunado de los papas Gregorio XIII, Sixto V, Francisco I; Fernando I, duque de Toscana; Francisco María II, duque de Urbino; el arzobispo Gabriello Galleotti; el cardenal Alessandro Peretti; y del obispo de Mallorca Giambatista Campeggi, amigo de la familia. En 1578 empezó a escribir su Historia naturalis. Los grabados que aparecen en los diferentes volúmenes de la obra representan en su mayoría a especímenes que no se encontraban en su colección, muchos de ellos exóticos y otros casi imposibles de obtener, lo que demuestra el propósito enciclopédico de la empresa.

En 1577 Aldrovandi perdió a su único hijo a causa de una caída desde un balcón. Se desconoce su nombre. Estaba dotado para el estudio y el padre había depositado en él sus esperanzas de continuidad. Para recuperarse de este suceso se volvió a refugiar en el estudio, en su Jardín Botánico, intensificó su correspondencia y el intercambio de ideas y especímenes con renombrados naturalistas y botánicos, y engrandeció considerablemente su museo. En 1587, debido a la falta de agua en el Palazzo Pubblico, el Orto Botanico se trasladó a la Porta di Strada San Stefano.
 

Detalle del Gabinete de Ulisse Aldrovandi en el Palazzo Poggi (1).

 
Ulisse Aldrovandi, coleccionista, atesoró una gran cantidad de especímenes naturales en el que está considerado como uno de los primeros museos de historia natural, al que él definía como "teatro" o "microcosmos de la naturaleza", que reunía unos 18.000 objetos de historia natural, 11.000 animales, frutos y minerales, y unas 7.000 plantas secas contenidas en un herbario que abarcaba quince volúmenes. También formaban parte de la colección diecisiete tomos que contenían unas 8.000 dibujos originales coloreados a la tempera, de animales, plantas, minerales y monstruos; y catorce armarios que almacenaban las matrices de las xilografías de los volúmenes impresos. Se cuenta que los dos grandes armarios del museo contenían 4.554 pequeños cajones repletos de "cose sotteranee, et conchilii et Ostreaci". El museo de Aldrovandi, que ocupaba una amplia sala de su domicilio particular, cercano a la plaza de San Stefano, llegó a estar considerado como uno de los mayores y mejor surtidos de entre los museos italianos de su época. En 1604 los libros de visita del museo de Ulisse Aldrovandi recogían 1.574 firmas de visitantes, entre los que se encontraban príncipes, cardenales, obispos, caballeros e infinidad de personajes notables, además de profesores de distintas disciplinas y de estudiantes. La única mujer que firmó en el libro de visitas del gabinete fue Ippolitta Galeotti, una studiosa.  Otra curiosidad más fue la visita que recibió de tres miembros de la Inquisición. A diferencia de otros gabinetes de curiosidades contemporáneos, lamentablemente no se dispone de ningún grabado que muestre el museo en su conjunto.

A principios de 1600 Aldrovandi pidió que el Orto Botanico, bastante alejado, retornase a su ubicación original. Una nueva cisterna había solucionado los problemas de riego. Ese mismo año el Senado de Bolonia decretó la sucesión de Aldrovandi, que él mismo había pedido viéndose delicado de salud. Jan Cornelis Wterwer, holandés natural de Delft y alumno de Ulisse, lo sustituyó al frente del Orto -entre 1605 y 1619- y de su biblioteca.

Medalla dedicada (3).
En 1603 Aldrovandi, sin herederos, testó en favor de su esposa y del Senado de Bolonia, que debería velar por su patrimonio científico, almacenarlo adecuadamente y mantenerlo unido, con el propósito de que "sus trabajos continuaran tras su muerte, en honor y beneficio de la ciudad". Ulisse Aldrovandi falleció en Bolonia el 10 de mayo de 1605. Fue enterrado en la iglesia de San Stefano y sus amigos grabaron una medalla en su honor. En el anverso aparecía su efigie y se podía leer "ULYSSES ALDROVANDUS PHIL. BONON." ("Ulysses Aldrovandus filósofo boloñés"), y en el reverso un gallo con un anillo en el pico y una rama de laurel en una pata y la inscripción "SENSIBUS HAEC IMIS RES EST NON PARVA REPONIT" (4). Algún autor, como el médico y  botánico holandés Herman Boerhaave, afirma que Aldrovandi murió en la miseria en un hospital de pobres. Otro autor, el escritor y filósofo francés Pierre Bayle, en su Diccionario Histórico y Crítico afirma que en el momento de su muerte Aldrovandi poseía casa, bienes, capital en plata y dinero, según aparecía en sus disposiciones dictadas el 10 de noviembre de 1603 y recogidas en escritura redactada por el notario Carlo Antonio Manzolini. Giovanni Fantuzzi, afirma que el patrimonio de Aldrovandi "se consumía" por los gastos derivados de la edición y publicación de sus obras, y que "tuvo que mendigar" para conseguir financiación. Tras leer el testamento de Aldrovandi, le damos la razón a Bayle, Aldrovandi no murió pobre.

La ciudad y la Universidad de Bolonia, propietarios del museo, encargaron a Bartolomeo Ambrosini, médico, botánico, naturalista y sucesor de Aldrovandi como director del Orto Botanico, la supervisión y la publicación de las obras póstumas y del legado. Los fondos del Museo Aldrovandiano ocuparon seis salas del Palazzo Pubblico entre 1617 y 1742, año este último en que se trasladaron al Palazzo Poggi (via Zamboni, 33), dependiente del Instituto de Ciencias de la Universidad de Bolonia, y donde se puede visitar en la actualidad. En 1657 los fondos provenientes del gabinete del marqués Ferdinando Cospi se añadieron al legado de Aldrovandri y se expusieron en salas contiguas del mismo Palazzo Pubblico. La colección se dispersó durante el siglo XIX. En 1907, con motivo de los actos conmemorativos del tercer centenario de la muerte de Aldrovandi, se intentó volver a reunir la colección. Se consiguió sólo en parte, y es la que actualmente se expone. 

Buffon y Linné, que consultaron las obras de Aldrovandi, lo consideraron como uno de los fundadores de las ciencias naturales modernas. Buffon escribió en su Histoire Naturelle que era "el más laborioso y sabio de todos los naturalistas". A Aldrovandi se le atribuye la creación del término geología en el año 1603. Una especie de planta carnívora acuática, la Aldrovanda vesiculosa, le fue dedicada. Una plaza y el jardín botánico municipal de Bolonia también llevan su nombre. Una calle en Roma. Un sistema de crestas de la luna, la Dorsa Aldrovandi, que se encuentra en el Mar de la Serenidad, también honra al naturalista.

Grabado de Monstrorum historia.
Además de la citada, las obras de Ulisse Aldrovandi son Antidotarii Bononiensis, sive de usitata ratione componendorum, miscendorumque medicamentorum epitome (1574), Ornithologiae hoc est de avibus historiae libri XII (1599), Ornithologiae tomus alter cum indice copiosissimo variarum linguarum (1600), De animalibus insectis libri septem, cum singulorum iconibus ad vivum expressis (1602), Ornithologiae tomus tertius, ac postremus. Cum indice copiosissimo variarum linguarum (1603), De reliquis animalibus exanguibus libri quatuor, post mortem eius editi: nempe de mollibus, crustaceis, testaceis, et zoophytis (1606), De piscibus libri V et De cetis liber unus (1613), Quadrupedum omnium bisulcorum historia (1621), Serpentum et Draconum historiae libri duo (1640), Musaeum metallicum in libros quattuor (1648), Monstrorum historia cum Paralipomenis historiae omnium animalium (1642) y Dendrologiae naturalis scilicet arborum historiae libri duo (1668). Todas ellas son accesibles y se encuentran fácilmente en internet como libros electrónicos. Aldrovandi redactó centenares de manuscritos. Los más importantes los relaciona Giovanni Fantuzzi en la biografía del naturalista. Fantuzzi también reproduce en su libro el testamento de Ulisse Aldrovandi y numerosas cartas y elogios.


Notas.-
(1) Imágenes propiedad de la Universidad de Bolonia.
(2) La teriaca o triaca (theriaca) también le valió un contencioso con sus compañeros farmacéuticos al veronés Francesco Calzolari, amigo de Aldrovandi.
(3) Grabado contenido en la biografía de Ulisse Aldrovandi escrita por Giovanni Fantuzzi.
(4) Esta locución latina se corresponde con el verso 54 de la Égloga III de Virgilio, Publio Virgilio Marón (Mantua, 70 a.C.-19 d.C.). En esa bucólica, en la que aparecen los personajes Menalcas, Dametas y Palemón, enfrascados en pleno concurso poético, el segundo le pide al tercero:
"Quin age, si quid habes; in me mora non erit ulla
nec quemquam fugio. Tantum, uicine Palaemon,
sensibus haec imis —res est non parua— reponas"

Cuya traducción sería:
"Pues sea, si tienes algo que decir; en mí no habrá ninguna demora,
ni huyo de nadie. Sólo te pido, vecino Palemón,
que atiendas estas cosas con todos los sentidos -el asunto no es pequeño-" 
Así pues, la inscripción del reverso de la medalla equivaldría a un "Presta toda tu atención a todo -el tema no es menor-".


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Taxidermidades, 2014.


Bibliografía:
--   The Biographical Dictionary of the Society for the Diffusion of Useful Knowledge  , Longman, Brown, Green, and Longmans, Londres, 1842.
Giovanni Fantuzzi  Memorie della vita di Ulisse Aldrovandi  , Stampe di Lelio dalla Volpe, Bolonia, 1774. (libro electrónico)
Lorenzo Legati   Museo Cospiano : annesso a quello del famoso Vlisse Aldrovandi e donato alla sua patria dall' illustrissimo signor Ferdinando Cospi ..., fra' gli Accademici Gelati il Fedele, e principe al presente de' medesimi ,  Giacomo Monti, Bolonia, 1677.
Oliver Impey y Arthur MacGregor (eds.) The Origins of Museums. The Cabinet of Curiosities in Sixteenth- and Seventeenth-Century Europe, Ed. House of Stratus, Thirsk, 2001.
Patrick Mauriès  Cabinets de curiosités, Gallimard, París, 2002.
 
Robert Wilson Shufeldt   Scientific taxidermy for museums  ,  Extraído del Report U.S. National Museum, Smithsonian Institution, Washington, 1892.
Walter Tega   Guida al Museo di Palazzo Poggi. Scienza e Arte , Università de Bologna, Editrice Compositori, Bolonia, 2010.

Recursos:
Página web de Il Teatro della natura di Ulisse Aldrovandi de la Universidad de Bolonia. 
Página web del Museo Aldrovandi del Palazzo Poggi de la Universidad de Bolonia.
Artículo Los Gabinetes de Curiosidades en Taxidermidades.
Artículo El gabinete de Francesco Calzolari en Taxidermidades.
Artículo El "Teatro de la Naturaleza" de Ferrante Imperato en Taxidermidades.
Artículo El Museo de Ole Worm en Taxidermidades.
Artículo El gabinete de curiosidades de los Tradescant en Taxidermidades. 
Artículo El gabinete de Manfredo Settala en Taxidermidades.
Artículo El Museo Kircheriano en Taxidermidades. 
Artículo El Museo Cospiano en Taxidermidades. 
Artículo "Museum museorum" (1714) de Michael Bernhard Valentini en Taxidermidades.