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El manejo de productos químicos tóxicos en Taxidermia. Precauciones. Historia.


Ejemplar de mediados del siglo XIX restaurado.
A modo de introducción histórica recordemos que en las instrucciones taxidérmicas que Giovanni Pietro Olina incluyó en su Uccelliera (1622) este empleaba sal, vinagre y alumbre (1) para conservar la piel de las aves. René Antoine Ferchault de Réaumur (1747 y 1753), considerado como el precursor del arte de la Taxidermia, utilizaba aloe (2), mirra (3), pimienta, cal (4) y alcanfor (5). Otras sustancias empleadas como preservativos fueron el tabaco, la canela, el almizcle (6), el cardenillo (7), el azufre (8) o la esencia de trementina (9), por citar algunos. La ineficiencia de la mayoría condujo a la búsqueda y hallazgo de algunos compuestos tan eficaces como venenosos. Se tiene conciencia además del riesgo de algunos de ellos, para la salud de quien los manipula, casi desde el principio de su empleo. Uno de los primeros fue John Woodward, quien en su Brief instructions for making observations in all parts of the World (1696) facilitaba la fórmula de una "solución de mercurio sublimado" -mercurio mezclado con agua y alcohol- y avisaba de la peligrosidad de este veneno. Los siguientes autores que lo recomendaron fueron Tesser Samuel Kuckhan (1770), Thomas Davies (1771) o Johann Reinhold Forster (1771), este último advertía asimismo de su nocividad. El corrosivo sublimado o bicloruro de mercurio se emplearía ampliamente sobre todo en Inglaterra durante la totalidad el siglo XIX, tanto como preservativo para la piel como protector superficial del plumaje. He contabilizado alrededor de una cincuentena de tratados editados durante ese siglo y primer cuarto del XX que lo mencionan. Quien más lo popularizó fue el excéntrico Charles Waterton a partir de la publicación en 1825 de su Wanderings in South America.

La revelación de la fórmula secreta del jabón arsenical de Bécoeur.

Página de Instruction donde se revela la fórmula.
Tras cinco años de pruebas, Jean-Baptiste Bécoeur (1718-1777) creó en 1748 el jabón arsenical, uno de los productos preservativos más conocidos de la historia de la Taxidermia. Una exitosa y efectiva mezcla, aunque nociva para la salud del disecador, que el boticario de Metz mantuvo siempre en secreto, lo que le valió ser criticado en numerosas ocasiones y acusado de querer lucrarse con ello. La mayor polémica la mantuvo durante varios meses de 1773 y 1774 con el médico Pierre Jean-Claude Mauduyt de la Varenne en las páginas del Journal de Physique del abad Rozier y en el Journal Encyclopédique editado por Rousseau. Mauduyt defendía sus fumigaciones sulfurosas como el mejor método de conservación de las colecciones de animales disecados a la vez que, "por el bien de la ciencia", conminaba a Bécoeur a hacer pública su fórmula (1). A aquella controversia se sumó el químico, y también boticario y taxidermista de Nancy, Pierre-François Nicolas.

Las directrices para la conservación de objetos de Historia Natural de Vicq d'Azyr.


Portada de Instruction sur la manière.
El entonces profesor del Museo de Historia Natural de París, Félix Vicq d'Azyr, publicó en 1793, el año dos de la recién instaurada Primera República Francesa, Instruction sur la manière d'inventorier et de conserver, dans toute l'étendue de la République, tous les objets qui peuvent servir aux arts, aux sciences et à l'enseignement, en español Instrucción sobre la manera de inventariar y conservar, en el ámbito de la República, todos aquellos objetos que sirven a las artes, a las ciencias y a la enseñanza. El texto, de setenta páginas, fue encargado por la Comisión Temporal de las Artes tras la incautación de bienes bajo la Revolución, y adoptado por el Comité de Instrucción Pública de la Convención Nacional. En su sección dedicada a la Historia Natural, Vicq d'Azyr escribía (1):

"Taxidermie", el influyente tratado de Louis Dufresne.


Louis Dufresne forma parte, sin duda alguna, de la decena de autores más influyentes de la historia de la Taxidermia. Su trabajo como ayudante-naturalista y jefe del laboratorio de Taxidermia del Museo Nacional de Historia Natural (MNHN) de París, el mejor museo de la época; su condición de autor que popularizó el término Taxidermia; de ser el gran divulgador del jabón arsenical de Bécoeur y el primero en dar a conocer su formulación a través del profesor Félix Vicq d'Azyr; y su visión crítica de técnicas contemporáneas o anteriores, como las hasta entonces desconocidas de Jean-Baptiste Bécoeur, de gran valor para el historiador; contribuyeron a que Dufresne se convirtiera muy pronto en todo un referente.

 
Principio de Taxidermie en el Nouveau Dictionnaire d'Histoire Naturelle (1803).

Louis Dufresne, jefe del laboratorio de Taxidermia del Museo de París.


Louis Dufresne, hijo de familia numerosa, nació en Champien, una aldea de la Picardía francesa, el 18 de enero de 1752. Tras asistir a la escuela local marchó para estudiar Historia Natural y aliviar a su familia. Ornitólogo y disecador, comenzó temprano a reunir sus colecciones personales. En 1793, fecha oficial de creación del Museo de Historia Natural de París, continuador del Jardin Royal des Plantes, Dufresne fue nombrado ayudante-naturalista incorporándose al laboratorio común de las cátedras de Zoología y Anatomía. Tres años después estuvo al servicio de la cátedra del entomólogo Jean-Baptiste Lamarck. En 1802 fue elegido tesorero de la Sociedad de Historia Natural de París y en 1806 nombrado jefe de los trabajos zoológicos -jefe del laboratorio de Taxidermia- del Museo. Fue además responsable de clasificar y ordenar las colecciones de vertebrados e invertebrados.
 

El elefante Hans montado por Dufresne y su compañero Desmoulins en 1803 (1).

El naturalista Daudin, el primer autor en emplear el término "Taxidermia".

Portada del libro de Daudin.
El zoólogo francés François Marie Daudin publicó en el año 1800 su Traité élémentaire et complet d'Ornithologie, ou Histoire Naturelle des Oiseaux, en español Tratado elemental y completo de ornitología o historia natural de las aves, que contenía un capítulo titulado Sur l'art de la Taxidermie considéré par rapport aux Oiseaux; c'est-à-dire, sur l'art de dépouiller, de droguer, de conserver et de monter les Peaux d'Oiseaux, Sobre el arte de la Taxidermia considerada en comparación a las aves; es decir, sobre el arte de desollar, drogar, conservar y montar las pieles de aves. En el prefacio de su tratado Daudin agradecía a Georges Cuvier y a André Marie Constant Duméril su colaboración, y también a Louis Dufresne que, además de amigo suyo, era ayudante naturalista y jefe del laboratorio de Taxidermia del Museo de París, de quien decía que "el ciudadano Dufresne me ha proporcionado todas las principales indicaciones sobre la manera de desollar, de conservar y de montar las aves". Y añadía, "con gran placer aprovecho para agradecerles, como a los demás naturalistas distinguidos que he tenido el placer de conocer, la favorable y amistosa acogida que se han dignado concederme". Unas páginas más adelante, volvía a reconocer la colaboración de Dufresne: "El ciudadano Dufresne, miembro de la sociedad de Naturalistas, poseedor desde hace veinte años de un gabinete de historia natural preparado por él mismo, y que continua ampliando, ha tenido a bien darme las indicaciones y notas que componen el capítulo." Aquel capítulo sobre la preparación de aves, de veintitrés páginas, que ya en sí constituía un tratado, comenzaba de la siguiente forma:
   "El arte de arreglar, conservar las pieles, y de disecar (1) o más bien montar los animales muertos, o la TAXIDERMIA (2), puede tener un origen muy remoto; pero realmente no ha empezado a progresar hasta hace aproximadamente un siglo."

La polémica entre Bécoeur y Mauduyt. Parte 3.


Mauduyt, en cambio, sí redactaría una dúplica. La Réponse a la seconde Critique de M. Bécoeur aparecería publicada el mes siguiente, noviembre de 1774, en Observations, el Journal de Physique del abad Rozier. En esta ocasión, la carta, que apenas ocupaba cuatro páginas, obligaba al editor a añadir largas notas a pie de página con el propósito de ayudar al lector a no perserse, algo que a estas alturas podia ocurrir sin no mucha dificultad, como de hecho a nosotros casi nos está sucediendo. El texto era el siguiente: 
 
Respuesta de Mauduyt a la segunda crítica de Bécoeur.

La polémica entre Bécoeur y Mauduyt. Parte 2.


En mayo en el Journal de Physique y en junio en el Journal Encyclopédique, apareció publicada la carta de réplica de Mauduyt de la Varenne a Bécoeur en la que confirmaba su autoría de la anterior y en la que contraargumentaba a su oponente. Una nota al pie de página a cargo del editor, sobre la carta de Bécoeur, decía: 
   "Todos los hechos enunciados en esta Carta, relativos a la colección del Gabinete del Rey, son de público conocimiento. No ha escrito sobre este tema ni una sola palabra que no sea conforme a la más estricta y rigurosa verdad. No obstante, si alguien albergara dudas sobre la realidad de algunos de estos hechos; si el señor Bécoeur refutara uno sólo de ellos, invito al lector a suspender su opinión, y a no pronunciarse más que después de haber consultado a los señores Conservadores del Gabinete."
Carta de respuesta de Mauduyt a Bécoeur.

La polémica entre Bécoeur y Mauduyt. Parte 1.


El enfrentamiento público entre Bécoeur y Mauduyt es un hecho conocido por quienes se han acercado a la historia de la Taxidermia. La publicación en agosto de 1773 en el Journal de Physique de los métodos de conservación de aves del inglés Kuckahn, incitó a Mauduyt a puntualizar y a exponer los suyos, entre los que se encontraba la fumigación con vapor sulfuroso de las aves ya preparadas, una técnica que había usado Réaumur décadas antes. Un mes después de esa primera carta Mauduyt publicaría una memoria sobre la preparación de especímenes, destinada a viajeros y corresponsales. Bécoeur se sintió, cómo no, concernido. Mauduyt, conocido suyo y conocedor de sus métodos, no se había referido ni a él ni a su jabón arsenical, y Bécoeur publicó una carta de réplica en un tono belicoso que hacía prever lo que sucedería después. Tres cartas más, de Mauduyt a Bécoeur, de Bécoeur a Mauduyt y una última de Mauduyt en noviembre de 1774. Cada uno defendiendo su método como el mejor posible. En aquel duelo también intervendrían Bonnet, un naturalista de Ginebra, Nicolas un farmacéutico de Nancy, y los editores del Journal. Año y medio de disputas, varios concernidos, siete cartas, dos memorias y unas 140 páginas publicadas, todo ello no es más que una muestra de la importancia que llegaron a adquirir los gabinetes de Historia Natural en aquel tiempo. La lectura de esas cartas nos permite, además, descubrir la personalidad de sus protagonistas, y también conocer sus ambiciones.  
 

Las cartas de Kuckahm en el Journal de Physique.

El jabón arsenical de Bécoeur.


Ejabón arsenical de Jean-Baptiste Bécoeur (Metz, 1718-1777) es, sin lugar a dudas, el producto preservativo más conocido de la historia de la Taxidermia.

Preocupado por la conservación de las colecciones y por los efectos destructivos de los insectos, a partir de 1738 Bécoeur comienza a experimentar la efectividad de unos cincuenta productos químicos para determinar cual de ellos es el más eficaz, aplicándolos a aves preparadas por él mismo. Cuatro años más tarde sólo cuatro pájaros se salvaron de la voracidad de los insectos, y decide combinar los cuatro productos químicos empleados en ellos (alcanfor, arsénico, sal tártara y cal) en una sola preparación, añadiéndole jabón. En 1743 Bécoeur crea el jabón arsenical.

Hasta entonces se habían utilizado toda clase de productos para conservar la piel. Por citar sólo algunos, Olina (1622) prepara las pieles con vinagre, sal y alumbre. Woodward (1696) usa sublimado de mercurio (sublimado corrosivo). Réaumur (1747 y 1753) aplica aloe, mirra, incienso, pimienta, cal pulverizada y alcanfor. Turgot (1758) además de pimienta y alumbre propone, como el más seguro, el alcanfor.  Davies (1770) usa alumbre, alcanfor y canela a partes iguales. En las fórmulas propuestas por Kuckahn (1770) encontramos productos como esencia de trementina, alcanfor, tabaco, pimienta negra y corrosivo sublimado.

Bécoeur jamás dio a conocer públicamente la composición de su exitosa fórmula, lo que le valió numerosas críticas. Algunos naturalistas acusaron a Bécoeur de mantenerla en secreto para poder lucrarse. Bécoeur respondía a estas acusaciones afirmando que ésta había sido el resultado de largas y costosas investigaciones.

Bécoeur: apuntes biográficos de un personaje clave en la historia de la Taxidermia.


Retrato de Buffon realizado por Drouais.
Jean-Baptiste Bécoeur nace en Metz (Francia) el 16 de abril de 1718, en el seno de una familia de farmacéuticos. Estudia con los jesuitas y trabaja como aprendiz con su padre. En esa época ya empezieza su relación con la Taxidermia “desecando, inyectando y desollando aves”. Se traslada a laboratorios de Alemania para perfeccionarse como farmacéutico. Retorna a Metz para, en 1738, superar las pruebas de doctorado en Farmacia. Se traslada a París para seguir los cursos en el Jardin Royal des Plantes, donde Buffon era el director y donde siguió clases, entre otros, con Bernard de Jussieu, conservador del Gabinete de Historia Natural. Es allí donde mejora su técnica taxidérmica y donde empieza a preocuparse por la conservación de las colecciones. Es precisamente Jussieu quien propone a Bécoeur la plaza de farmacéutico que Felipe V, rey católico de España y nieto de Luis XIV, deseaba que ocupara un francés. Bécoeur, que adoptó las ideas filosóficas del momento y se convirtió en anticlerical, no acepta trasladarse a Madrid y prefiere volver a Metz, donde se casa en 1741 con Madeleine Béchamps, y donde compra una farmacia a un viejo apotecario que huyó por causas religiosas. Su curiosidad natural le lleva a completar sus conocimientos literarios y científicos estudiando matemáticas, filosofía y escritos de autores reconocidos. Numerosos eruditos visitaron frecuentemente su oficina de farmacia. En 1744 el rey Luis XV visita Metz donde, a su llegada, sufre una grave fiebre paratifoidea.  Bécoeur atiende al monarca en la catedral, cercana a su farmacia.